La semana tuvo una sesión fallida por falta de quórum, que no hizo más que mostrar las internas en cada frente político. Y la renuncia de Elena Highton de Nolasco a la Corte retomó la polémica por los pliegos escondidos. Macri no tiene quién lo cuide. ¿Qué pasa en el PRO con las Malvinas?
[Máximo no llegó a quórum, pero festejó]
El jefe del Frente de Todos, Máximo Kirchner, no hizo mucho esfuerzo por alcanzar el quórum en la fallida sesión del pasado martes, convocada para tratar temas respaldados por al menos una parte de todos los bloques. Convocó un fin de semana y tuvo cinco ausencias entre los propios.
El principal proyecto en el temario era la ley de etiquetado frontal, que obliga a las empresas de alimentos a informar los nutrientes críticos en los envases de los productos.
De mínima, Máximo esperaba una sesión en la que Cambiemos exprese sus diferencias con esa ley, que ya se habían expresado en el debate en comisión.
Mientras un sector de la UCR y el PRO la promueve y hasta presionó a su gobierno en 2018 para impulsarla, hay otro que habla con las empresas alimenticias y la rechaza.
Pero todos coincidieron en no darle ese gusto a Máximo y dejar sus bancas vacías, con excepción de dos radicales mendocinos (Claudia Najul y Federico Zamarbide) que no quisieron boicotear las dos leyes para beneficiar viñateros que incluía el temario.
El jefe de los diputados oficialistas no tiene intención de volver a abrir el recinto hasta las elecciones y pretende usar el fracaso de la sesión como slogan de campaña. “Ellos no quisieron que se informe lo que comemos”, repetirán.
La ley podría tener otra oportunidad de ser sancionada la última quincena de noviembre, cuando lleguen al recinto los proyectos pendientes, antes del recambio legislativo.
[¿Quién maneja a los mendocinos?]
La historia se repite: en el Congreso los mendocinos responden a su partido político sólo después de tener las cuentas en orden en su provincia. Allí los votan y, sobre todo, les piden sostener la identidad.
Lo supo el jefe de los diputados radicales Mario Negri cuando sus dirigidos Claudia Najul y Federico Zamarbide le informaron que asistirían a la sesión convocada por Máximo Kirchner, porque incluía dos proyectos que beneficiaban a viñateros.
Se trata de una reforma previsional para que se jubilen a los 57 años y una laboral para que cobren los 12 meses del año. Además, el senador Julio Cobos le pidió a Negri por Twitter que no boicotee la ley de etiquetado frontal. No tuvo éxito, pero mostró su músculo con los rebeldes.
Cuentan en el Congreso que su interés se debe a que si los productos no tienen azúcar pueden reemplazar el sabor con endulzantes de uvas.
Majul y Zamarbide fueron los únicos opositores en ocupar sus bancas y aseguran que ganaron, porque el peronismo local no podrá atacarlos en cada viña mendocina.
Sin embargo, no apareció el presidente de la UCR Alfredo Cornejo, quien lidera la boleta de senadores que compite en Juntos. Al PJ mendocino tampoco le conviene que haya otra sesión en diputados antes del 14 de noviembre.
[¿Se cubre la vacante de Highton?]
La renuncia de Elena Highton de Nolasco a la Corte Suprema abre una vacante que debe ocuparse con el respaldo de los dos tercios del Senado.
Ese número sólo es posible con un acuerdo entre el oficialismo y Cambiemos que no parece cercano.
De hecho, es el que no se alcanzó en 2020 para votar a Daniel Rafecas como procurador el año pasado. Recién este año Cambiemos ofreció los votos cuando pensó que el oficialismo sancionaría la nueva ley del procurador.
Si no se llega el consenso, la vacante de la Corte quedará por un buen tiempo, como la que hay en otros cargos menores que se eligen por dos tercios y no fueron cubiertos.
La defensoría del pueblo está sin ocupar desde 2009, la procuraría penitencia tiene mandatos vencidos y en la procuración Eduardo Casal cumplirá cuatro años de interinato. Todo un récord.
[La Cámpora, al mando]
La diputada Paula Penacca reemplazó a la ahora ministra bonaerense Cristina Álvarez Rodríguez como secretaria parlamentaria del bloque Frente de Todos, un cargo que tiene la misión de garantizar la unidad.
Quien lo tiene debe chequear las presencias en comisiones y sesiones, escuchar reclamos y canalizarlo con las autoridades, o sea, con Máximo y Sergio Massa.
Pennaca es una militante de La Cámpora de la Ciudad, por lo que Máximo acudió a una figura de la agrupación para chequear a sus más de 100 dirigidos. A muchos no conoce bien porque viajaron poco y nada en pandemia.
Y tendrá que contener a varios rebeldes como el jujeño José Luis Martiarena, quien sin preguntarle presentó un proyecto para captar los fondos de los bancos en cuentas del Banco Central.
También Máximo se sorprendió con cinco ausencias en la votación de etiquetado frontal, algunas de diputados de zonas con empresas alimenticias, como Jujuy, Salta, Chaco y San Luis.
[Cuestión Malvinas, ajena al PRO]
Hay un tema no resuelto del PRO con la demanda argentina por la soberanía de Malvinas. Y nadie sabe bien cuál es, pero sobre especulaciones.
Lo cierto es que el partido tiene reticencia a pedir por las islas. Cuando Mauricio Macri fue presidente ignoró el reclamo en cada foro internacional.
Y conocido el decreto de Sebastián Piñera, Patricia Bullrich firmó rápido un comunicado en el que pide diálogo, pero no dice quién tiene razón. Hasta sugirió en un programa de TV que las Malvinas bien podían canjearse por vacunas.
Cuando el Senado trató y aprobó un repudio al decreto de Chile esta semana, ningún miembro del PRO abrió la boca. Sólo lo defendieron los radicales.
Pocos macristas de segunda línea entienden porqué Bullrich dice una cosa y hace otra y mucho menos porqué Macri actuaba igual.
Por si acaso, los diputados fueguinos de Cambiemos ya se preparan para sumarse al repudio a Chile y hacer como si Bullrich no existiera. No será fácil.
[Las cuentas de Macri]
Mauricio Macri se convirtió en el primer presidente de la democracia sin una ejecución presupuestaria aprobada por el Congreso y, en verdad, nadie sabe bien lo que le espera.
De mínima, no podrá presentar ese documento ante la justicia cuando lo denuncien por algún gasto sospechosos.
Muchos expresidentes esquivaron causas con ese documento, que consiste en una revisión integral de los gastos realizada por auditoría general de la nación y su posterior aprobación del Congreso.
Macri tiene más problemas para lo que viene. Porque si bien el Senado ya rechazó la cuenta de inversión de 2016, la de los otros tres años de gestión directamente no pasaron el examen de la AGN. Menos suerte tendrán en el Congreso.
La revancha llegará con la auditoría de 2020: los auditores de Cambiemos no aprobarán los gastos de la pandemia. Y si el frente tiene mayoría en el Congreso para cuando se trate, el problema será de Alberto Fernández.