
El Staff del Fondo Monetario Internacional (FMI) anunció este martes por la noche que llegó a un acuerdo técnico con el Gobierno argentino por el desembolso solicitado, confirmando la cifra de US$ 20 mil millones, con un plazo de 48 meses.
El monto es el que había anticipado el ministro de Economía, Luis Caputo, días atrás para calmar las expectativas devaluatorias de los mercados, y el paper será girado para el tratamiento del Board (directorio) del organismo, posiblemente este viernes.
La celeridad de las actuaciones -tras meses de idas y venidas- responde a un recurso que presentó el Gobierno nacional pidiendo acotar los tiempos de tratamiento, acorde a las urgencias que atraviesa el programa económico de Caputo y Javier Milei.
Según el comunicado publicado, se trata de un nuevo "programa económico integral" en el marco del Programa de Facilidades Extendidas con Derechos Especiales de Giro (DEG) por un total de US$ 15.267 millones. El equivalente al 479% de la cuota del país.
Luego de la aprobación del staff, resta que el Board defina su aprobación. A pesar de la resistencia de los representantes de los países de la mesa chica, como Japón, Alemania, Francia o el Reino Unido, la preponderancia de Estados Unidos (que explica el 16,74% de la participación en el organismo) volvería a ser clave para un tratamiento favorable.
Cualquier parecido con el préstamo solicitado en 2018 durante la administración de Mauricio Macri, solicitado por Luis Caputo y facilitado por la administración de Donald Trump en Washington, podría no ser pura coincidencia.
En todo caso, aún si le extiende este salvavidas, el organismo impondría condiciones con consecuencias nada sutiles: el board tomó nota del caso 2018 y no tiene el mejor concepto del ministro de Economía.
Entre las principales exigencias del Fondo se dejaron trascender una devaluación del tipo de cambio sostenido los últimos meses a base de sangría de reservas y la flotación entre bandas del peso.
A esto, se le agregan las exigencias políticas de Trump, de romper relaciones financieras con China. Algo nada soslayable contemplando que el Swap entre el gigante asiático y nuestro país explica alrededor de US$ 18.000 millones de las reservas, que en total sumaban al cierre de este miércoles US$ 24.657 millones.
El Gobierno nacional deberá maniobrar para evitar lo más posible cumplir con las exigencias económicas y políticas del acuerdo, que desencadenarían una dinámica de aceleración inflacionaria de cara a las elecciones legislativas de octubre. La devaluación, con impacto en el corto plazo, y la ruptura con China en el mediano y largo.
IMF Reaches Staff-Level Agreement with Argentina on a 48-Month Extended Fund Facility (EFF) https://t.co/zMfi37yTo0
— totocaputo (@LuisCaputoAR) April 8, 2025
La escalada global de aranceles de dudoso fundamento que viene impulsando Trump en las últimas semanas tampoco le allana el camino al Gobierno. El riesgo de recesión desplomó los mercados globales desde mediados de la semana pasada, afectando de un cimbronazo el comercio internacional.
Abarcando sólo las consecuencias más inmediatas, el precio de los commodities más importantes que exporta nuestro país, el petróleo y la soja, se desplomaron resintiendo las expectativas de ingresos por exportación.
Esto sin dimensionar el impacto que puede tener el aumento de impuestos a las importaciones de cientos de países en el marco de un sistema de producción de bienes completamente descentralizado, donde los insumos para el ensamble de productos finales provienen de empresas diferentes naciones; en ocasiones con un alto grado de dependencia de la demanda estadounidense.
Una contracción de la demanda de productos chinos, por caso, podría resentir la economía de China, contrayendo la demanda de otros bienes y servicios desde el gigante asiático hacia otros países del mundo. Siendo China uno de los principales destinos de exportaciones de nuestro país, no es difícil predecir que la situación, de mínima, plantea inconvenientes que hasta ahora Argentina no tenía.
Si en mandarín la palabra "crisis" se configura como una suerte de moneda cuyas caras representan 'peligro' y 'oportunidad', para un Gobierno asediado por los peligros esta contingencia no es ninguna buena noticia.
Entre las novedades de esta situación, el gobierno de China anunció este miércoles por la mañana un aumento a 84% de los aranceles a los productos que se importen desde Estados Unidos.
La decisión es una respuesta al aumento a 104% para el ingreso de productos de China a Estados Unidos que entraron en vigencia hoy, en una vertiginosa escalada de hostilidades comerciales entre las máximas potencias globales Se trata de la cuarta suba de aranceles recíprocos.
La dulce espera por precisiones sobre el desembolso del Fondo se funde, al menos de reojo, con las ansias por una conclusión de las tensiones comerciales. El Gobierno necesita la liquidez inmediata, pero también previsiones alentadoras a mediano y largo plazo. De lo contrario la multimillonaria deuda contraída no tendrá más efecto que aflojar temporalmente la soga del cuello.