
El Gobierno nacional justifica sus horas de menor calidad institucional agitando los fantasmas de un intento de Golpe de Estado por parte de un enemigo presuntamente organizado, y promete profundizar su temperamento represivo.
Luego de la sangrienta represión del miércoles a una manifestación donde los jubilados que reclaman por haberes dignos se encontraron respaldados por hinchas de diferentes clubes del fútbol argentino, la ministra de Seguridad Patricia Bullrich retomó el oxidado libreto del enemigo interno para no retroceder un paso en su postura.
"La marcha fue un intento de golpe de Estado organizado por patotas, barras bravas, agrupaciones de izquierda y el kirchnerismo", instaló la ex funcionaria de Mauricio Macri y Fernando de la Rúa.
Horas antes, afirmaba sin ruborizarse que el fotógrafo Pablo Grillo -que luchaba por su vida en el quirófano tras ser alcanzado por un proyectil de la Policía en la cabeza- era un militante kirchnerista y se encontraba detenido. Si la mentira no hubiera tenido la gravedad propia de la situación de salud del joven, no pocos se hubieran alertado por el metamensaje de la ministra: ser kirchnerista es, aparentemente, causal de detención bajo el régimen de La Libertad Avanza.
Lo cierto es que el Gobierno no da un paso atrás y el mensaje desde Casa Rosada es de respaldo a la ex montonera, funcionaria de la Alianza, de Cambiemos, y ahora libertaria. Desde Balcarce 50 recuerdan el fracaso de la reforma previsional de Macri, cuando el Congreso debió interrumpir la sesión por los gravísimos incidentes que ocurrían en las inmediaciones y replican: "A nosotros, un 2017 no".
La última movilización vio a los jubilados que cada miércoles reclaman mejoras en sus haberes, cobertura de medicamentos y la continuidad de la moratoria acompañados de una convocatoria espontánea de hinchas de diversos clubes del fútbol argentino, inspirados por un grupo de simpatizantes de Chacarita que acudió a acompañarlos el miércoles pasado.
En contraste con la prédica oficialista, la represión de cada miércoles se viene realizando aún sin presencia de presuntos barras, militantes de izquierda y kirchneristas. Lisa y llanamente sobre adultos mayores indefensos.
La estrategia libertaria está clara desde el primer día: no se reconocen errores, se construye confusión y se profundizan las posturas luego de embarrar la cancha. Es así que Bullrich continúa en su cargo y con apoyo oficial, tras afirmar que se encontraba detenido por militante un joven que -de hecho- luchaba por su vida en el Hospital Ramos Mejía tras ser fusilado por las fuerzas con un casquillo de gas lacrimógeno.
Las milicias digitales de trolls que paga la sociedad con sus impuestos para construir opinión en favor del Gobierno en las redes sociales dan fe del mecanismo. Tras agitar al unísono un "intento de golpe", comenzaron a reivindicar el accionar con sus habituales muletillas cínicas como "es exactamente lo que voté" y hasta se jactaron de que reprimir jubilados les "sube 10 puntos la imagen".
Desde referentes como Daniel Parisini, mejor conocido como el "Gordo Dan" o hasta el diputado provincial de Buenos Aires Agustín Romo, se extendieron advertencias como "esto no es 2017. Acuérdense", e incluso amenazas: "Con la Ley Anti-Mafia van a ir todos en cana. Salgan a marchar otra vez, que los metemos en cana también".
En medio del operativo, se registraron con cámaras infiltrados encapuchados que salían de la manifestación y entraban sin problemas a las zonas operativas de las fuerzas y civiles 'plantando' armas en medio de la calle, que luego el relato oficialista intentó emplear como pruebas del plan de desestabilización.
[Las horas más opacas institucionalmente: el hábito de lesionar la democracia]
Pero la salvaje postura represiva y el libreto de manual que plantea un enemigo interno fue el hecho que eclipsó una semana cargada de avasallamientos sobre la Constitución Nacional, que plantea serias dudas sobre cuáles pueden ser los límites del Gobierno nacional en sus aspiraciones.
Iniciando por la decisión de Milei de autoaprobarse el acuerdo con el FMI vía DNU, en lugar de enviar un proyecto de Ley al Congreso; pasando por el mamarracho legislativo del presidente de la Cámara de Diputados, Martín Menem, levantando una sesión por una falta de quórum lograda a base de un patoterismo vulgar de diputados libertarios, y culminando en los aprietes públicos del ministro de Justicia Mariano Cúneo Libarona a la jueza que ordenó liberar a los detenidos en la marcha, las lesiones a la vida democrática vienen siendo moneda corriente en los últimos días.
Desmenuzando la situación, el presidente publicó este lunes un decreto que enviará al Congreso. Allí no se especifica ni el monto que desembolsará el FMI ni las condiciones en las cuales ocurrirá, e incurre en un atajo que es inconstitucional.
En lugar de aprobar un proyecto en ambas cámaras, la vía optada le permite avanzar si uno de los dos recintos no rechaza su propuesta (que, de nuevo, no espicifica qué se estaría aprobando), haciendo la vista gorda de que -según la Constitución- la toma de deuda externa debe tener aprobación parlamentaria con carácter de Ley.
Las otras dos graves situaciones ocurrieron luego de las escenas del miércoles en las inmediaciones del Congreso.
En línea con el relato de Bullrich, el ministro Cúneo Libarona denunció este jueves a "barra bravas criminales organizados" que "fueron al Congreso a destruir todo lo que tuvieran a su alcance y agredir a la policía". Tras negar que se tratara de una protesta genuina, advirtió que eran "delincuentes cometiendo delitos" y apuntó directamente contra el Poder Judicial.
"La jueza de la Ciudad Karina Andrade, en lugar de investigar quien envió a esos barras a sembrar el caos, decidió liberarlos en menos de 8 horas", expresó el ministro y hasta advirtió -en tono de amenaza- que "se analizará su actuación ante el Consejo de la Magistratura de CABA por posible incumplimiento de sus funciones".
La magistrada había expresado que al momento del ingreso de los detenidos en las instituciones no se especificó ni el lugar ni los motivos de la aprehensión, razón por la cual resolvió exonerarlos. Otra más de las irregularidades de un operativo pensado más de cara a las cámaras que al normal desarrollo de la manifestación.
El abierto apriete de un funcionario del Poder Ejecutivo a una funcionaria del Poder Judicial por no hacer lo que el Ejecutivo necesita pasó relativamente desapercibido; quizás por la vertiginosa agenda de irregularidades que propone el oficialismo, quizás por la eterna doble vara de quienes antaño observaban signos dictatoriales indagando en la gestualidad de otros jefes de Estado.
En línea con la primera de las hipótesis, podemos ilustrar el caso de la sospechosa ex azafata vinculada a un socio de Santiago Caputo que arribó al país con unas 15 valijas, las cuales no fueron revisadas por Aduana debido a una orden expresa de altas esferas del Poder Ejecutivo.
Pero volviendo a los escándalos más recientes, el último de calibre lo protagonizó el sobrino del ex presidente Carlos Saúl Menem e hijo de Eduardo "Lule" Menem, Martín. Ocurrió este jueves cuando la oposición había logrado reunir el quórum -con 131 presentes- para tratar una moción de la diputada Victoria Tolosa Paz, que pretendía derogar las facultades extraordinarias otorgadas a Milei a través de la Ley de Bases.
El titular de la cámara baja actuó en tándem con el bloque de diputados de La Libertad Avanza, que mientras hablaba la legisladora de Unión por la Patria (UxP) inició una burda estrategia de provocaciones dirigidas al bloque del MID encabezado por Oscar Zago, ex titular del bloque libertario que terminó por desertar de sus filas.
Tras el intento infructuoso de persuadir a los tres legisladores que conforman la bancada para que abandonen el recinto, el correntino Lisandro Almirón levantó a Zago a los empujones, patoteandolo como si se tratara de una mafia. Esto motivó la reacción del titular del MID que intentó irse a las manos con su ex correligionario.
Lilia Lemoine y Celeste Ponce intentaron lo mismo con Marcela Pagano y Rocío Bonacci; y en medio del violento despliegue, desde el peronismo acusaron la complicidad del jujeño Guillermo Snopek, que instó a algunas de las presentes a abandonar el recinto.
Cuando el sistema electrónico dio 128 presentes, Menem aprovechó y levantó la sesión abruptamente, mientras continuaban los empujones y tironeos de fondo; provocando la reacción de la bancada peronista que se acercó a reclamar al atril del presidente de la Cámara de manera unánime. "Vos no podes ser presidente de la Cámara", le advirtió Máximo Kirchner luego de que el hijo de "Lule" afirmara que no podía controlar a sus legisladores.
Todo esto mientras en el Congreso ya se encuentran encaminadas las investigaciones en Comision del criptogate Libra y la promoción de una beca de la Universidad del diputado oficialista "Bertie" Benegas Lynch por parte del presidente Javier Milei.
Una auténtica maratón de escándalos que se reproduce cotidianamente hasta tornar esta extraña normalidad, donde el Gobierno juega constantemente intentando difuminar los límites de lo institucional y democrático.