El Gobierno metió mano para suavizar el incremento de las naftas, en medio de un aluvión de aumentos - Política y Medios
11-12-2024 - Edición Nº6158

SERVICIOS, ALQUILERES Y TRANSPORTE

El Gobierno metió mano para suavizar el incremento de las naftas, en medio de un aluvión de aumentos

La actualización se preveía en el orden del 4% y desde YPF se acotó a un 2,75%, esperando que la competencia remarque una cifra similar. El cóctel con el aumento de servicios atentaba contra la baja inflacionaria.

El Gobierno intervino en el aumento de las naftas, que desde este viernes aumentan un 2,75% en lugar del 4% que se esperaba, con el objetivo de no minar el sendero de baja inflacionaria que viene conquistando.

En un nuevo capítulo donde la realidad se impone sobre la teoría, la administración liberal libertaria de Javier Milei debió hacer uso de la herramienta reguladora del mercado que constituye la titularidad de la mayoría de las acciones de YPF.

La lucha contra la inflación es una de las principales banderas del La Libertad Avanza incluso desde antes de llegar a Gobierno, y el tándem del presidente y su ministro de Economía, Luis Caputo, ha demostrado que no tiene mayores pruritos para actuar desde el Estado como regulador del mercado cuando los objetivos de Gobierno lo demandan (a pesar de la narrativa liberal ortodoxa que predican).

En sus casi 11 meses de gestión, el éxito para darle un sendero descenendente al aumento de precios sin dudas constituye el mayor hito oficialista de cara a una población que sufre severamente las consecuencias de una recesión económica que desplomó todos los indicadores -situación que, entre otras variables, traccionó esta desaceleración-.

Así como ocurriera con los aumentos desmedidos de las prepagas, que fueron judicializadas por Caputo; o las presiones sobre los empresarios del rubro cadenas de supermercados para pedir moderación en los precios; la gestión libertaria vuelve a incurrir en medidas que en los histriónicos discursos de Milei son poco menos que palabra prohibida.

De esta manera, la nafta súper de YPF en la Ciudad de Buenos Aires trepó de $1.048 a unos $1.077 por litro, y desde que arrancó el año tuvo una suba de casi 95%, más de 10 puntos por debajo de la inflación, que lleva 107,5% en los primeros 10 meses y se prevé que sea de hasta 114% hacia finales de noviembre.

Desde que asumió Milei en diciembre de 2023, la nafta súper subió 166,5%, y las ventas de combustibles al público en estaciones de servicio volvieron a caer en septiembre y acumularon una baja del 6% en lo que va del 2024.

[El aumento de gas y luz, un cóctel letal para el bolsillo]

La decisión de atenuar el incremento de los combustibles se vio inducida no sólo por una actualización que -superior a la inflación general que se viene registrando- traccionaría aumentos desmedidos, sino también por el combo que se observaría al sumarse a otros aumentos que impactan de manera estructural en los precios, como los del gas y la luz.

El Gobierno dispuso subas del orden del 2,5% para las tarifas de electricidad y de 2,7% para las de gas, bajo el mismo fundamento que la nafta: compensar la devaluación del tipo de cambio oficial para que las empresas no vayan a pérdida en sus cuentas. 

Además, aprovecha el sendero desinflacionario para profundizar el retiro de subsidios al consumo energético y consolidar el superávit fiscal.

El aumento de 2,5% en la tarifa de electricidad rige desde hoy e incluye una suba de 6% en los cargos de transporte y distribución.

En el caso del gas el alza 2,7% entra en vigor la semana próxima y se compone del precio del gas en sí que se incrementa a la par del dólar oficial, y los cargos de transporte y distribución que subirán 3,5%.

Estos incrementos de carácter estructural en la economía se suman a otros de la economía particular de la ciudadanía, como los alquileres, colegios privados, las prepagas, el transporte y el agua corriente

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