Por Patricio Ballesteros Ledesma

Este lunes se informó desde la vocería oficial que la madre del primer mandatario Alicia Luján Lucich fue dada de alta en el Sanatorio Otamendi donde fue internada por un cuadro de hipertensión. Mientras tanto en el Gobierno ultiman todos los detalles para mantener a millones de jubilados y pensionados desprotegidos, no sólo en su alimentación sino en sus tratamientos médicos y farmacológicos.

El jueves pasado fracasó la reunión del Consejo del Salario Mínimo, Vital y Móvil y desde la Secretaría de Trabajo dieron por concluida esa instancia con sindicatos y empresarios, sin ponerse de acuerdo para fijar un nuevo valor de este índice orientador para las jubilaciones y pensiones, programas, asignaciones, desempleo, becas. La CGT pedía aumentar un 85% el salario mínimo actual de $156.000 a $288.600. 

Sin embargo, ayer el secretario de Trabajo Omar Nills Yasin oficializó que el SMVM pasará a ser de $180.000 desde el 1° de febrero de 2024, lo que en porcentaje significa apenas un incremento cercano al 30%, pero desde marzo. Además, estableció que para los empleados jornalizados el monto que recibirán por cada hora trabajada será de $900.

No obstante, a partir del 1° de marzo la suma total del SMVM ascenderá a $202.800, para los para todos los trabajadores que cumplan con una jornada completa de trabajo y reciban un pago mensual. Además, las personas que sean remuneradas por cada hora de trabajo cumplida pasarán a percibir una remuneración mínima de $1.014.

De acuerdo con el objetivo de Economía de reducir el déficit fiscal, y aunque el ajuste en la obra pública representó el mayor porcentaje (70%) interanual en enero, la caída del 43% en jubilaciones y pensiones representó el mayor monto con una retracción de $890.000 millones. Ahí está reflejado cuál fue el gran ahorro en el gasto público que eligió el Gobierno para alcanzar el aplaudido superávit fiscal primario.

Millones de trabajadores pasivos, con un nivel de haberes congelado de $160.000 en diciembre, enero y febrero, más un bono de $55.000, se encuentran en la indigencia, no sólo porque no tienen ingresos para cubrir la canasta básica alimentaria, sino porque además no pueden acceder a sus tratamientos y medicamentos con precios que suben muy por arriba de la inflación mensual, y claramente de sus depreciados pesos.

Todos cobraron el mismo haber en los tres meses, mientras que la inflación general de diciembre fue del 25,5%, la de enero del 20,6% y la de febrero se encamina al 18%, según el Relevamiento de Expectativas del Mercado (REM) del BCRA. 

Como viene ocurriendo hace meses el aumento del rubro Alimentos y Bebidas fue mayor que el IPC general, pero más alto aún fue el incremento de los precios de las drogas y medicamentos, y ambos tienen mayor impacto en las personas mayores sin otro ingreso que su jubilación y/o pensión.

Según el relevamiento mensual de la CAME, el índice de ventas minoristas de las pequeñas y medianas empresas cayó el 28,5% en enero, pero en el sector farmacia desbarrancaron el 45,8% interanual a precios constantes y 7,9% en la comparación intermensual.

Para los analistas de la cámara empresaria fue un pésimo mes para las farmacias, que se quedaron con un caudal de stock importante, frente a la drástica caída del expendio. Algunos empresarios consultados señalaron que las cifras de enero parecen las de un mes donde nadie se enfermó. Pero la visión cambia cuando se mira el componente de ese declive, donde el rubro más perjudicado fue el de Cuidados Personales.

De acuerdo con un informe del centro CEPA, dentro del aumento generalizado del 13,6% en enero que sufrió la canasta de medicamentos del ANEXO II, se destacan la suba del 31% en promedio de los 10 medicamentos que más aumentaron. En un ilustrativo gráfico muestran el impacto de la suba de precios en los remedios más usados por los adultos mayores desde el año 2020 hasta hoy.

Mientras tanto, desde el Gobierno nacional, lejos de conmoverse por la crítica situación que tenían los jubilados antes y la desesperación a que ahora los enfrentan, festejan que llegaron rápido al superávit fiscal primario que buscaban, en el que los trabajadores pasivos y los pensionados son los grandes ajustados sin piedad ni respeto. 

En las últimas horas el Gobierno publicó las fechas de cobro de haberes de marzo, abril y mayo para los jubilados y pensionados, y adelantó que recibirán una actualización del 30% y un bono extra. A través de la Resolución 37/2024, la Anses determinó el cronograma para todos los beneficiarios del Sistema Integrado Previsional Argentino del próximo trimestre.

Para entender un poco cuántos hombres y mujeres sobreviven en esta situación de vulnerabilidad, el 14 de febrero la Anses publicó la actualización de las Estadísticas de la Seguridad Social, que si bien corresponde al tercer trimestre del año pasado permite ver cuál es el universo involucrado en el SIPA y en el Sistema No Contributivo.

Según afirmó el lunes el Luis Caputo en una entrevista televisiva, los haberes tendrán una recomposición de aproximadamente el 30% a partir de marzo, y además los jubilados y pensionados de la mínima recibirán un bono extra con un monto a determinar.

Como el haber mínimo se encuentra hoy en $105.700 (más un extra de $55.000 en febrero), con la movilidad del 28,17% en marzo publicada hoy en el Boletín Oficial (Resolución 38/2024 de la Anses), pasaría a casi 137.500, sin contar un eventual nuevo bono, que según el ministro se les daría “para tratar de proteger la capacidad de compra”.

En el período de 12 meses terminado en enero, quienes tienen el haber mínimo perdieron 24,5% del poder adquisitivo, quienes nunca cobraron bonos compensatorios tuvieron una caída de 40,5%, y para quienes un año atrás percibían un refuerzo y dejaron de cobrarlo en septiembre el deterioro trepa a 44,3%.

Por lo pronto la Anses, que está acéfala desde que le pidieron la renuncia a su exdirector Osvaldo Giordano, aunque las resoluciones siguen saliendo con su firma, está buscando un nuevo titular para que se regularice su administración y prestaciones. Se habla de un abogado especializado en temas previsionales e incluso de la primera opción al asumir Milei, Carolina Píparo, pero todavía no se definió.

Está claro que la mayoría de los jubilados de la Argentina no están en una situación muy diferente a la de los empleados o los trabajadores informales desde que asumió el nuevo gobierno, el problema es que los que reciben los haberes mínimos viven una situación insostenible, desesperante e injusta, más aún los no que no tienen una familia que los contenga y ayude.