MYRYAN PRUNOTTO
El martes fue un día agitado. Mientras los diputados debatían si otorgaban poderes especiales al presidente Javier Milei, desde el otro lado de los Andes llegaba la noticia de la muerte, en un accidente aéreo, del expresidente de Chile, Sebastián Piñera. En simultáneo, en Israel, el jefe del Estado argentino imploraba en el muro de los lamentos y ratificaba que trasladará la Embajada Argentina a Jerusalén occidental. Fuera del campo visual de las noticias, en los grupos de WhatsApp, en casi todo el país, se venía organizando un nuevo cacerolazo si la ley ómnibus era aprobada.
En medio del caos del 7 de febrero, en una plaza de Bahía Blanca, una artista detenía el mundo. La estatua viviente, que encarnaba una argentina pobre y deshilachada, respiraba con imperceptibles movimientos. Solo cada tanto realizaba un suave cambio de posición. A los pies de la patria maltratada, sobre un pedazo de cartón, estaba pintado, rendido, un león.
Detrás de la estatua viviente, varios hombres de impecables trajes negros, provistos de intercomunicadores, se ubicaron en posiciones estratégicas. Móviles policiales interrumpieron el tránsito por la avenida. Un drone sobrevoló la plaza y como enjambre aparecieron cámaras y periodistas.
Marc Stanley, embajador de Estados Unidos en Argentina, bajó del auto adornado con dos banderitas de su país en los extremos del capot, y saludó al intendente, Federico Susbielles.
“La ciudadanía bahiense debe sentir orgullo por el coraje, el liderazgo y la determinación del intendente Susbielles para reconstruir la ciudad tras los daños que provocó la tormenta del 16 de diciembre", elogiaría más tarde Marc Stanley en su cuenta de X.
El representante de la primera potencia mundial, se refería a la trágica tormenta que ese día dejó un saldo de 13 muertos y una ciudad arrasada.
Entonces, Susbielles, que estrenaba el cargo de intendente, debió ponerse al hombro la reconstrucción de una ciudad con un costo estimado en 30.000 millones de pesos. El gobernador Axel Kicillof solicitó a la nación un ATN que chocó con la insensibilidad de un gobierno, cuyo presidente, fue al escenario de la catástrofe solo para estrenar su casaca símil militar.
“Es un día especial, quiero agradecerle al embajador porque el día posterior a la tormenta se comunicó con nosotros y habló con Manu Ginóbili y con Pepe Sánchez”, dijo el intendente a los periodistas tras recibir los 50 mil dólares que le entregó Stanley en nombre del gobierno de los Estados Unidos de América para reconstruir escuelas afectadas por el temporal.
“Es un compromiso de EE.UU con Bahía Blanca. Esperamos poder devolver algo de normalidad a las y los niños que dependen de estas escuelas”, apuntó el norteamericano.
A Ginóbili, Sánchez y Susbielles, no los une la política sino el básquet. Manu Ginóbili, es considerado el mejor jugador de América, con una carrera de 23 años colmada de gloria. Pepe Sánchez conquistó la medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Atenas 2004, y fue uno de los primeros jugadores argentinos en la NBA. Susbielles fue miembro de los seleccionados juveniles de baloncesto de Argentina, haciendo su debut en la Liga Nacional de Básquet durante la temporada 1986 y dedicando una década a ese deporte. El embajador de Estados Unidos es, a su vez aficionado al básquet, seguidor de la NBA y fanático de los Dallas Mavericks.
Stanley presentó sus cartas credenciales al entonces presidente, Alberto Fernández, el 24 de enero de 2022. El acercamiento del representante Biden a la ciudad viene de la mano de Sánchez y la empresa Dow.
Dow, ubicada en el polo petroquímico bahiense, produce polietileno y crackers y también materializó el sueño de "Pepe" Sánchez, un deportista al que califican como “adelantado a las épocas”, al crear un centro de entrenamiento deportivo de alto rendimiento y de ciencias aplicadas al deporte, estadio y espacio destinado a una vasta gama de actividades -único en Sudamérica- bautizado con el nombre de Dow Center.
Precisamente, durante el tiempo que permaneció Stanley en Bahía, cumplió con el ritual que dice: “Ningún viaje a Bahía Blanca está completo sin una visita al Dow Center”. No solo conoció el Dow Center: también recorrió la fábrica de polietileno y crackers.
“Es un centro deportivo y cultural impresionante y, como soñó Pepe Sánchez, un lugar verdaderamente inspirador para todos”, señaló Stanley, tras la recorrida por el lugar.
Sobre la labor de la empresa de origen estadunidense en nuestro país, Stanley dijo: “Dow lleva más de 60 años invirtiendo en Argentina y sus instalaciones de producción química se encuentran entre las mayores de América Latina. Es fantástico ver cómo la empresa sigue contribuyendo al desarrollo económico de Bahía Blanca y de la región”.
Para el intendente Susbielles, la llegada de Stanley representó también una oportunidad de negocios y crecimiento: “A pocas semanas del temporal, hoy somos una ciudad activa que avanza firme en la reconstrucción, pero a la vez tiene la mirada puesta en generar un horizonte de producción y trabajo para volver a crecer”, afirmó.
Una impresión que Stanley parece compartir: "Tres palabras: resiliencia, visión y liderazgo. Eso es lo que vi en Bahía Blanca. Me inspiró el compromiso de la comunidad de construir (y reconstruir) para las generaciones futuras” ", tuiteo a su regreso a Buenos Aires.
El presidente del Consorcio de Gestión del Puerto, Santiago Mandolesi Burgos, que acompañó al embajador en su recorrida por el polo petroquímico, opinó en el mismo sentido: "Mantuvimos un diálogo fructífero sobre la importancia de potenciar el intercambio comercial, destacando todas las ventajas que ofrece nuestro puerto y la ciudad", expresó.
“Recorrimos junto a la comitiva la Escuela N°36, el puerto y Dow. La calidad de nuestra educación, la robustez de nuestro puerto y el vigor de nuestras empresas son 3 firmes pilares sobre los que asentaremos el futuro. Gracias a la Embajada de los Estados Unidos por su compromiso”, concluyó el intendente Federico Susbielles.
Cuando las calles volvieron a la normalidad, y el embajador regresó a su despacho en CABA, los bahienses siguieron con sus preocupaciones cotidianas: la suba de los alimentos (un 4,8% en los supermercados locales en la primera semana de febrero) ; el paro de colectivos, la obra pública paralizada con 5 mil bahienses en riesgo de perder su trabajo; el aumento general de precios del 22,7 en enero (según el informe del Centro Regional de Estudios Económicos de Bahía Blanca) y el pedido de informes del Concejo Deliberante para saber que hace con las donaciones por la emergencia la municipalidad.
En la plaza, al finalizar el día, la estatua viviente vuelve a ser la mujer artista que, inspirada quizás en Mariela Olivera, la pionera de este arte en Bahía, o en Daniela Bocassi, la mítica estatua de Plaza Francia, desde su arte silencioso habla a quién quiera escucharla. Con la última luz del día, la Argentina pobre y deshilachada baja del pedestal. Se aleja caminando por la avenida desierta con un león rendido, pintado en cartón, debajo del brazo.
