Desmenuzando las alianzas políticas a un año del ballotage - Política y Medios
27-07-2024 - Edición Nº6021

OPINIÓN

Desmenuzando las alianzas políticas a un año del ballotage

Estando a menos de un año del Ballotage (porque los destinos del país seguramente se decidirán en segunda vuelta), es necesario analizar los diferentes frentes políticos, candidatos y los posibles escenarios electorales; todos contingentes y ninguno indiferente entre sí.

Por: Nicolás Mujico - Politologo UBA- Maestrando en Defensa Nacional UNDEF

 

Estando a menos de un año del Ballotage (porque los destinos del país seguramente se decidirán en Ballotage), conviene especular acerca de los diferentes frentes políticos, candidatos y los posibles escenarios electorales; todos contingentes y ninguno indiferente entre sí. No hay aquí variables independientes.   

Dentro del Frente de Todos y del peronismo, Cristina Kirchner dio la novedad al bajarse, frente al avance de la justicia, de la contienda electoral el año que viene. No obstante, en ningún momento anunció su retiro de la política por lo que es previsible que continúe siendo un actor relevante en el peronismo, en especial en la Provincia de Buenos Aires, donde pretende dejar herederos. En el plano nacional, CFK ya no es la única capaz de convocar un Concilio. La reunión de gobernadores en el CFI dejó en claro esa situación. Desde hace tiempo venía demostrando no ser infalible, ni tener capacidad de alzarse a la victoria. Las constantes demostraciones de fuerza no disuadieron a la justicia y expusieron una cierta debilidad de la ex presidenta.  

En el 2019, independientemente de su capacidad de movilizar a la militancia,Cristina tomó como referencia otras fuentes para decidir sus pasos políticos. En aquella oportunidad, dos derrotas de sus candidatos afines y dos victorias peronistas en el interior del país, la llevaron a delegar el poder en Alberto Fernández. La gran enseñanza quizá haya sido, el enorme costo político de haber prestado el nombre en la fórmula presidencial y gobierno. El atentado que sufriera el 1º de septiembre pasado no generó ninguna corriente de simpatía a favor suyo, lo que, sin duda, es un dato significativo y a la vez preocupante.  

Los otros jugadores del Frente le reconocen su liderazgo pero tienen actitudes esquivas. A Cristina se la obedece pero no se le cumple. En estas condiciones difícilmente pueda idear una estrategia de poder que tenga a ella o a su hijo como protagonistas. En cuanto al presidente, la opinión pública hace poco, daba por sentado que no sería candidato. Con la misma rapidez, poco tiempo más tarde, debatían su re-elección. Un par de actos de Cristina más tarde, las esperanzas de Alberto parecían sepultadas. Mundial de por medio, declinación de candidaturas mediante, Alberto sueña, aunque los sueños, sueños son. Por otro lado, luego de la inoportuna partida del Evita, que canjeó lealtad por una PASO en La Matanza a favor de la esposa de Emilio Pérsico, el único hombre que queda cerca y fiel al presidente, es curiosamente Sergio Massa, en momentos en donde la estadística parece volcarse mínimamente a favor de una pequeña estabilización. De pronto el ministro tiene con qué ponerse pretensioso.  

El escenario es tan complejo como la realidad. La pregunta adecuada podría ser: ¿todos necesitan lo mismo de un candidato presidencial? Una victoria bonaerense de Axel y Máximo, en un escenario de derrotas federales dentro del peronismo, no es un mal resultado más que para el candidato y probablemente para el país y el pueblo. Finalmente, la posibilidad de buscar una salida con Massa, depende exclusivamente de la estabilidad económica. Aún en ese caso, sería un reemplazo de Alberto pero no parecería modificar el resultado final. Wado de Pedro era, hace poco, un candidato igualmente capaz que cualquiera de garantizar una derrota correcta. La posibilidad de acordar con un gobernador es una salida extravagante para la expresidenta, porque pone las decisiones fuera de su zona de influencia. Sin embargo,realizó algunas exploraciones en la provincia de Chaco. A su vez, que exista un gobernador capaz de exponerse a enfrentar el liderazgo de la ex presidenta o someterse y sufrir las clausulas punitivas de acordar con el kirchnerismo (que incluyen maltrato y vergüenza pública), parece por lo menos difícil. Duele reconocer que como la fábula del escorpión y la rana, la Vice presidenta trabajó constantemente para llevar al gobierno al fracaso político, aún a costa de su destino. 

Por el lado opositor, la situación no es menos compleja. La disputa entre Rodríguez Larreta y Macri solo resuelve la disputa dentro del PRO. La renuncia de Cristina cancela en parte los proyectos del expresidente.  Sin embargo, la pregunta a responder es ¿qué puede ofrecer el candidato del PRO -sea Larreta, Macri o Patricia Bullrich-, que pueda seducir al radicalismo a no jugar por fuera de Cambiemos o que se someta a la estrategia de los porteños? Con cierta razón, Macri no se resigna a regalarle a Evolución la ciudad de Buenos Aires que tanto le costó conseguir a Larreta. Sin embargo, necesita a los radicales adentro para poder ir por el premio mayor. El precio de todo, es todo. Los radicales, entonces, elevan el precio. Larreta por su parte, explora nuevas alternativas con el ministro Fernán Quiroz y el escenario lentamente se le complica.  

Existe un sector del radicalismo que se encuentra muy a gusto formando parte de Juntos por el Cambio. Otro sector quiere CABA con Martín Losteau, Buenos Aires con Facundo Manes y Abad, Córdoba con Loredo y Santa Fe con Losada. También han insinuado candidatos propios en La Pampa, primera elección del año con el fin de marcarles la cancha, a pesar de que Maquieira ganó las elecciones de medio término en 2021. Con un calendario electoral en el que podrán garantizar sus tres provincias y quizás alcanzar alguna más, (y con unas elecciones nacionales en las cuales ponen en juego muchos senadores y no pueden retroceder), buscarán, seguramente, mejorar su representación en ambas cámaras y en los municipios. Manes y el fortalecido liderazgo de Abad luego de las recientes internas, no es inimaginable en la Provincia de Buenos Aires llevarse 7 u 8 diputados llevando un candidato propio. ¿Por qué negociar lista? El radicalismo podría superar los 50 diputados, los 20 senadores y seguir sumando municipios a los casi 600 que actualmente gobierna. Con semejante fuerza territorial e institucional, solo necesita un candidato que le permita convertirse en esa tercera vía que en 2015, con Massa  a la cabeza, fue capaz de obtener el 21% de los votos o, por lo menos, negociar en la hipótesis de que ese es su caudal electoral a nivel nacional.  En definitiva, en el periodo 2015-19, el PRO se dedicó  a armarles listas a todos los gobernadores e intendentes radicales a pesar de pertenecer al mismo espacio político y subestimó a la UCR en las decisiones gubernamentales. Volver a posicionarlo en el plano nacional parece ser la ambición de Gerardo Morales. Un partido que se viene reconstruyendo hace 20 años -y que piensa en el mediano y largo plazo-, es un problema para quienes tienen que resolver todo antes de junio del año próximo. 

Javier Milei, por su parte, tendrá siempre dificultades para desarrollar su armado político aunque es justo reconocer que ha logrado un interesante despliegue territorial. Su arraigo en los jóvenes y su presencia en medios y redes sociales, lo sostienen a la expectativa aunque su fortaleza  depende, en parte, de sus actitudes inflexibles o renuentes al acuerdo. Estas actitudes tienen su riesgo. Los candidatos de Juntos podrían buscar por medio del voto estratégico captar la atención de los libertarios. Otros jugadores pueden resultar igualmente molestos a la hora de saturar el escenario electoral de consignas: Carrió, Stolbizer y López Murphy también pueden aportar a la confusión general.  

Todas estas posibilidades no resuelven la complejidad de la crisis política argentina. Existe, sí, una oportunidad de encontrar una salida que se basa en el necesario crecimiento económico de la mano de las exportaciones y del desarrollo productivo. Para eso, habría que dar cuenta de los nuevos vientos que soplan. Cada tiempo encuentra su liderazgo y éste, pandemia y guerra mediante, es sin duda un nuevo tiempo y lo encontrará también. Hoy, desde el AMBA, se intenta obturar por todos los medios, el surgimiento de lo nuevo que poco a poco lo desborda.   

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