Macri afuera y Larreta incómodo: los coletazos del renunciamiento de Cristina - Política y Medios
29-03-2024 - Edición Nº5901

LA INTERNA, DESDE ADENTRO

Macri afuera y Larreta incómodo: los coletazos del renunciamiento de Cristina

Sin Cristina en la cancha, pero con su relato de guerra presente, la campaña electoral no será sencilla para ningún dirigente de Juntos, aun cuando una victoria debería ser fácil de lograr. Pero el camino está lleno de piedras para el PRO. Y nadie sabe qué tan grandes serán. 

Por: J.Nye

 

“Prefiero que Messi sea campeón”, dijo Mauricio Macri en Qatar, consultado sobre si cambiaba su retorno a la Casa Rosada por un triunfo de Argentina en el mundial de fútbol.

Ya se conocía la decisión de Cristina Kirchner de no ser candidata y, como tantas otras veces, el ex presidente no se contuvo. Reconoció, tal vez sin proponérselo, que sin ella de contrincante sus chances de competir son casi nulas.

Su exégeta Miguel Pichetto lo venía planteando. “Si el Frente de Todos se unifica en una figura, nosotros debemos hacer lo mismo”, planteaba. Invitaba a una final de Macri contra Cristina que no será posible.

No había ningún indicio de un triunfo del ex presidente ante la vice pero sí alguna esperanza y, sobre todo, una campaña que entusiasmaba a los macristas con habilidades en las artes de la post verdad.

El fallo que condenó a Cristina Kirchner a 6 años de prisión e inhabilitación para ejercer cargos públicos facilitaba los trámites.

La hoja de ruta del macrismo continuaba con la vice ratificando su candidatura tras una apelación a la Cámara de Casación, que no resolvería rápido. Cristina condenada contra el ex presidente reivindicado, era la foto buscada. Pero no podrá ser.

Cristina anunció un renunciamiento que, para muchos de sus laderos, sólo tuvo dos sorpresas: la anticipación y el alcance, porque había quienes creían que podía ser candidata a senadora por Buenos Aires. Pocos la imaginaban en un debate presidencial.

Macri había dejado la puerta abierta para unificar el PRO con su candidatura y dejar a Patricia Bullrich y Horacio Rodríguez Larreta con las ganas. Ambos lo desafiaban, pero no sería tan fácil si del otro lado estaba Cristina.

Sin la vice en carrera, un Macri en la boleta invitaría a experimentos prometedores en el peronismo para enfrentarlo, como el que ya hubo con Alberto Fernández en 2019.

La mala elección de María Eugenia Vidal en 2021 dejó una enseñanza, que pocos en el PRO quieren ver: cuando la gente te saca de carrera, no te rescata tan rápido. El confort mediático confunde a los amarillos.

La “Leona” recorre el país con fantasías presidenciales que no inquietan a nadie. Larreta no se detiene y sumó una gira por Washington, estadía obligada de los candidatos opositores al peronismo.

Pero el jefe de Gobierno no sabe cómo explicar que su ministro de Seguridad, Marcelo D’Alessandro, viajó a Lago Escondido con jueces federales y directivos del Grupo Clarín.

“Se habrá ido de vacaciones, pero confía en él”, fue su respuesta. Deberá lidiar con esa historia en toda la campaña electoral, si finalmente resulta elegido candidato. E inventar excusas más contundentes.

Es que el otro dato que dejó el renunciamiento de Cristina fue el inicio de una campaña electoral con actores del poder real como protagonistas.

Ningún candidato podrá no hablar de jueces o de empresarios de élite como el Ceo de Clarín Héctor Magnetto.

Se repetirán en debates televisivos y hasta en el que cierra cada campaña en la facultad de derecho y no se pierde ningún argentino. No es una escena con la zona de confort que buscan los opositores.

Las definiciones sobre estos temas se viralizarán, tanto o más que las que haya sobre empleo o inflación. No era lo que esperaba Larreta, a quien ensuciarse en el barro lo incomoda. No le quedará otra.

La incertidumbre es cómo planificar una campaña en la que no se conocen los candidatos del oficialismo. Alberto Fernández empezó a bajarse y la figura de Axel Kicillof talla con la salida de Cristina.

¿Sería lo mismo? En parte sí, porque se podrá criticar a la vice con el gobernador en frente. Pero la respuesta llegará con munición gruesa y la fuerza del mensaje de Kicillof no se puede subestimar. Vidal lo sabe más que nadie.

Bullrich tampoco la tiene fácil en un clima de campaña virulenta, porque se siente incómoda con la denuncia a su diputado Gerardo Milman por supuesta participación en el atentado a Cristina Kirchner.

Si bien lo defiende, prefiere no hablar el tema y obligó al diputado a bajar el perfil. Una campaña explicando una y otra vez su inocencia ante un intento de magnicidio no es lo que esperaba. 

Sin Cristina en la cancha, pero con su relato de guerra presente, la campaña electoral no será sencilla para ningún dirigente de Juntos, aun cuando una victoria debería ser fácil de lograr. Pero el camino está lleno de piedras para el PRO. Y nadie sabe qué tan grandes serán. 

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