Argentina formaliza un giro en su política exterior y oficializa su retiro del Grupo de Lima - Política y Medios
29-03-2024 - Edición Nº5901

RELACIONES INTERNACIONALES

Argentina formaliza un giro en su política exterior y oficializa su retiro del Grupo de Lima

Cancillería explicó que las acciones impulsadas desde el organismo “buscando aislar a Venezuela no han conducido a nada" y ratificó su “compromiso con la estabilidad en la Región”.

Este miércoles, la República Argentina hizo oficial su salida del Grupo de Lima (GL), instancia multilateral creada en la capital peruana en 2017 a los fines de buscar una salida a la crisis venezolana.

A través de un comunicado oficial, la Cancillería consideró que “las acciones que ha venido impulsando el Grupo en el plano internacional, buscando aislar al Gobierno de Venezuela y a sus representantes, no han conducido a nada”.

Además, también indicó que “la participación de un sector de la oposición venezolana” en el grupo condujo a que se adoptaran posiciones que el Gobierno nacional “no puede acompañar”.

En ese sentido, las autoridades reiteraron que la mejor manera de ayuar a los venezolanos es “facilitando que haya un diálogo inclusivo que no favorezca a ningún sector en particular, pero si a lograr elecciones aceptadas por la mayoría con control internacional”.

No obstante, se aclaró que “es primordialmente responsabilidad” del Gobierno venezolano “generar las condiciones  para un diálogo que resulte productivo”, e integrar allí a los “principales actores sociales del país, como la Iglesia, el sector empresario y las organizaciones no gubernamentales, sin exclusiones”.

En lo que refiere a la actualidad del país latinoamericano, se evaluó que las medidas y bloqueos que se le impusieron, asÍ como “los intentos de desestabilización ocurridos en 2020”, agravaron la situación de la sociedad -y en particular de los sectores más vulnerables-, “en un contexto en el que la pandemia ha hecho estragos”.

En esa línea, argumentaron: “Las sanciones han afectado el goce de los derechos humanos de la población venezolana, de acuerdo a lo que se constata en el informe de la Relatora Especial sobre las repercusiones negativas de las medidas coercitivas unilaterales en el disfrute de los derechos humanos”.

Hacia el final del documento, Cancillería adelantó que nuestro país “continuará sosteniendo su compromiso con la estabilidad en la región, y buscará encaminar soluciones pacíficas, democráticas y respetuosas de la soberanía y de los asuntos internos de cada Estado”.

[Una decisión que evidencia un cambio de rumbo]

La creación del Grupo de Lima, el 8 de agosto de 2017, tuvo lugar en el marco de la confluencia de diferentes Gobiernos de perfil conservador en la región.

El ascenso de Mauricio Macri al poder en Argentina (2015), el impeachment a Dilma Rousseff que dejó como mandatario a Michel Temer en Brasil (2017) y la salida de Rafael Correa en Ecuador para la asunción de Lenín Moreno (2017), que a pesar de haber sido vicepresidente de su predecesor viró notablemente su línea política, ilustran el retroceso de Gobiernos denominados “Nacionales y Populares” en sudamérica.

Por allí se puede ubicar también a Sebastián Piñera en Chile, aunque la adhesión del país trasandino a este grupo se dio durante la administración de Michelle Bachelet.

Rápidamente, esta reconfiguración política se reflejó en las relaciones bilaterales de muchos de estos países con el Gobierno de Nicolás Maduro, y se cristalizó en la creación de esta instancia multilateral, de estrecho vínculo con los intereses de los Estados Unidos en territorio bolivariano.

Cancilleres y representantes de países americanos durante la Declaración de Lima, el 8 de agosto de 2017.

El proyecto de “Patria Grande” enarbolado en los inicios de siglo entre dirigentes históricos de corte progresista y desarrollista como Néstor Kirchner, Evo Morales, Lula Da Silva, Rafael Correa y Hugo Chávez, fue rápidamente descalibrado por fuerzas políticas internas con voluntades antagónicas.

Actualmente los vientos comienzan a cambiar en algunos de estos países, y aunque el retorno a una coincidencia tan precisa es poco probable, esos cambios comienzan a tener -gradualmente- su correlato en la política exterior regional.

Argentina, a pesar del retorno del peronismo al poder en diciembre de 2019 bajo la coalición de diferentes sectores de raíz justicialista en el Frente de Todos, sostuvo su presencia en el Grupo de Lima hasta este miércoles 24 de marzo, con algunas intervenciones que promovieron polémicas y desencuentros internos.

De hecho, el pasado 7 de octubre de 2020, la embajadora del país ante la Federación Rusa, Alicia Castro, presentó la renuncia a su cargo ante la votación del país a una resolución impulsada por el GL ante el 45° período de sesiones del Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas.

La ex embajadora de Venezuela, Reino Unido y Rusia, junto a Néstor Kirchner y Hugo Chávez.

“El voto de Argentina acompañando la Resolución del Grupo de Lima constituye un dramático giro en nuestra política exterior y no difiere en absoluto de lo que hubiera votado el gobierno de Macri”, advirtió en aquella ocasión la diplomática, de estrecho vínculo con las gestiones denominadas “kirchneristas”, que gobernaron el país entre 2003 y 2015.

También fue muy dura al referirse a la instancia multilateral, sosteniendo: “El Grupo de Lima fue creado durante la restauración neoliberal por un grupo de gobiernos de extrema derecha, alentados y financiados por los Estados Unidos con dos objetivos explícitos: Promover un “Cambio de Régimen” en Venezuela -con idéntica matriz de los operados por EE. UU. en Oriente Medio- y desarticular el bloque regional”.

En rigor, la indeclinable decisión se dio ante la votación de la resolución L.43, sobre la cual consideró que “además de condenar enérgicamente a Venezuela, en consonancia con las expresiones de la oposición, promueve la franca injerencia en los asuntos internos”.

Además, cuestionaba que dicha votación definía “prorrogar por dos años el mandato de una ‘Misión Internacional Independiente’ que fue constituida por tres personas sin representación alguna”, y dispuesta por el Grupo de Lima.

A más de cinco meses y medio de aquel portazo, la Cancillería de Argentina anunció el retiro de aquel espacio, constituyendo un giro tajante en la política exterior dirigida a Venezuela, que sugiere un avance de la influencia del ala más “kirchnerista” del oficialismo al menos en lo que refiere a política exterior.

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