“AUMENTOS ABUSIVOS” Y “CARTELIZACIÓN”
Vladimir Putin, el presidente de Rusia, analizó la crisis política que se vive en Bielorrusia desde las dudosas elecciones presidenciales del 9 de agosto pasado. Al respecto, habló sobre el papel que puede jugar en la resolución y sugirió que existen intereses de la Unión Europea y países de nuestro continente detrás.
El histórico mandatario indicó este jueves, en diálogo con el canal televisivo Rossiya 1, que no es necesario que su país despliegue tropas militares en Bielorrusia por el momento.
No obstante, aceptó que el presidente Alexánder Lukashenko le solicitó formar “una reserva de agentes del orden”, y que así lo hizo, pero aclaró: “no se utilizará hasta que la situación se salga de control”.
Putin reconoció que el país vecino atraviesa un gran conflicto, pero consideró que “la cuestión no es lo que pasa ahora en Bielorrusia, sino que alguien desea que suceda algo más allí: quiere influir en esos procesos”.
Rusia ayudará a Bielorrusia en cuanto sea necesario
— RT en Español (@ActualidadRT) August 27, 2020
Putin dejó claro que los rusos están tan preocupados por la situación en Bielorrusia como los países europeos y americanos, y recordó que entre Moscú y Minsk existe un acuerdo de asistencia mutua https://t.co/JABLh0qK70 pic.twitter.com/MhWndD54SZ
Fragmentos de la entrevista publicados por la agencia rusa RT en Español.
En este sentido, se permitió evaluar que Moscú presenta una actitud “mucho más moderada y neutral” sobre la crisis sociopolítica del país, en comparación a “otros países europeos y americanos”.
Respecto a la resolución del clima de protesta generalizada, expresó: “Suponemos que todos los problemas que tienen lugar en Bielorrusia se resolverán pacíficamente”. Además, añadió que ante la comisión de delitos “la ley accionará como es debido”, y que “debe tratar a todos por igual”.
En este sentido, opinó que las fuerzas de seguridad bielorrusas “se comportan con bastante moderación” y aseguró que la situación se está corrigiendo. “Todos los problemas que, ciertamente, existen (de lo contrario, la gente no saldría a las calles) se resolverán en el marco constitucional, mediante la ley y por medios pacíficos” sentenció el líder ruso.
Las protestas en Minsk y otras ciudades alcanzaron altos niveles de violencia.
El pasado 9 de agosto, en medio de un clima de dudosa legitimidad institucional, se celebraron los comicios en el país de Europa oriental.
En los meses previos a las elecciones, los dos opositores más sólidos habían sido encarcelados por el régimen. De esta manera, Lukashenko logró su sexta reelección, con un 80% de los votos, por encima de la principal candidata alternativa, Svetlana Tijanovskaya, que obtuvo un 9%.
Tras el anuncio de los resultados, miles de bielorrusos salieron a las calles durante las noches subsiguientes, registrándose graves incidentes. En el marco de las primeras jornadas de protesta, se habían registrado más de 2 mil detenciones, 200 heridos y al menos 1 muerto.
La Unión Europea avisó desde entonces que comenzaría a presionar para restaurar sanciones que pesaban sobre el gobierno de Lukashenko (en el poder desde 1994), y habían sido levantadas en los últimos años por presuntos avances en la protección de Derechos Humanos.
