
Pasaron ocho días desde la desaparición de Santiago Maldonado luego de una feroz represión que la Gendarmería Nacional realizó a la comunidad Pu Lof en Cushamen de Resistencia, provincia de Chubut. Aún se desconoce el paradero del joven de 27 años, al mismo tiempo que se conocieron una serie de irregularidades en torno al accionar de las fuerzas de seguridad y de la investigación del caso.
El lunes 31 de julio por la noche Gendarmería tenía orden judicial para desalojar el corte que realizaban los miembros de la comunidad mapuche en la ruta 40. Para lo que no tenía permiso la fuerza era para ingresar al otro día al territorio donde habitan, disparar balas de plomo y goma y quemar las humildes pertenencias, entre las que se cuentan carpas, sillas y enseres.
“La relación de la comunidad mapuche con las fuerzas de Seguridad es tensa y violenta. (…) Cuando fui al día siguiente, Gendarmería tenia ciertas actitudes provocativas. Paraba con el vehículo de frente. Lo detenía. Siempre muestra una actitud bastante belicosa. Pasan despacito en la ruta, paran la camioneta. Miran. Siguen. Vuelven a pasar. Paran. Es una situación hostil. No es agradable” sostuvo el defensor oficial del juzgado federal a cargo de la investigación por la desaparición forzada de Santiago Maldonado, Fernando Machado, en una entrevista con el diario Página 12.
Para el gobierno nacional, representado en este conflicto por Patricia Bullrich, Santiago Maldonado es una “persona extraviada” pero lo que hay es una desaparición forzada de persona por parte de una fuerza de seguridad en el marco de una represión ilegal. Tras esta estrategia para justificar la represión, el gobierno divulgó imágenes de las “armas” de los mapuches. Entre estas se encuentran las hachas, martillos y serruchos con los cuales, según Bullrich, la comunidad estaría batallando para la creación de una república separatista en Chubut.
En este contexto se sumó hoy una manifestación de apoyo a la represión. La Sociedad Rural Argentina emitió un comunicado hoy que exige “que se esté actuando frente a la problemática, ya que son muchas las familias de productores que sufren la amenaza constante de este grupo criminal, que por años se manejó con total impunidad". Esta declaración constituye un nuevo avance en esta campaña de acción psicológica que a través de los medios pretende legitimar el accionar violento e ilegal de la Gendarmería.
Por otra parte, Fernando Machado afirmó a Página 12 que “se hizo un levantamiento de rastros de olores en las camionetas. Son cuatro camionetas y un camión. Dos se hicieron en Esquel. Y tres en El Bolsón. Las dos camionetas estaban muy limpias, como si hubiesen sido lavadas. Eso conspiró contra el levantamiento de huellas o rastros” y añadió que “una de las camionetas tenía una faja de clausura rota del lado de la puerta del conductor”. En estos vehículos son los apuntados por los testigos, donde dicen haber visto cómo la Gendarmería se llevaba a Santiago Maldonado.
También se descartó la hipótesis de que el joven desaparecido se haya ahogado en el río ya que este tiene menos de un metro y medio de profundidad. Además, no tiene un cauce correntoso y está plagado de ramas por lo que la única forma de quedar atrapado ahí es quedar enredado por los palos ubicados en el lecho del río.
Por último, Fernando Machado criticó la falta de compromiso que mostró el comandante de la Gendarmería quien al declarar sólo dijo que no se encontraba presente durante la represión y el ingreso ilegal al territorio que habita la comunidad mapuche.
Ayer, diversos organismos de derechos humanos brindaron en conjunto una conferencia de prensa en la cual denunciaron la participación de Gendarmería y exigieron la aparición con vida de Santiago Maldonado. Mientras tanto, el gobierno continúa haciéndose el distraído y desviando el debate hacia la existencia de una guerrilla terrorista armada hasta los dientes con palos, martillos y serruchos.