
Se asoma una elección de medio término que sin dudas es la más trascendental desde el retorno a la democracia. Por primera vez, un partido de derecha gobierna la Argentina con el respaldo de las urnas. El peronismo, con Cristina en la primera plana, es una fuerte oposición con la que el oficialismo ha decidido polarizar. Sin embargo, Sergio Massa, en la última elección nacional, obtuvo más de cinco millones de votos (21,39%) en 2015. Sus primeros dardos fuertes fueron para la ex presidenta cuando manifestó: "Si vuelve a aparecer, vamos a volver a frenarla como hicimos hace cuatro años". Así, enfrentando a Cristina, buscará disputarle electorado a CAMBIEMOS.
Para llegar a ser la fuerte tercera fuerza que es hoy, el ex intendente de Tigre, debió reinventarse en medio de la última campaña electoral, cuando los números le daban mucho más bajo de lo que el resultado final indicó. En ese entonces se hizo fuerte a partir de la presentación de propuestas concretas. Y ese parece ser el camino que escogerá en esta campaña (Plan Bajar los Precios, Alerta Buenos Aires), que lo presenta como el tercero en discordia en medio de la polarización entre Cristina Kirchner y el gobierno de Macri. “No nos quedamos sólo en describir los problemas que tiene el gobierno, describimos los problemas que tiene la Argentina pero también planteamos soluciones, con un equipo que es uno de los equipos más respetados de la Argentina” asevera el tigrense.
Massa confía en su equipo y en sus principales asesores como Roberto Lavagna, Daniel Arroyo y Mirtha Tundis. “La enorme diferencia es que no solamente planteamos el problema sino la solución” insiste y añade que “nosotros le contamos a la gente cómo queremos hacer para bajar los precios, cómo queremos hacer para mejorar la inseguridad, queremos discutir en el parlamento para que 10 años de condena sean 10 años de cárcel, para que se pueda llevar adelante una lucha contra la venta de drogas”.
Se diferencia del kirchnerismo, y fundamentalmente de Cristina, cuando dice que “una cosa es gritar más fuerte y otra cosa es comparar ideas. Está claro que el gobierno tiene una política económica que beneficia a muy poquitos y que el kirchnerismo necesita desnudar el fracaso del gobierno para tapar las causas judiciales”.
En medio de eso, Massa sostiene que le “interesa construir una alternativa, que la Argentina salga de ese pozo que es la mentira de la grieta. No hubo grieta cuando tuvieron que aumentarse el sueldo los legisladores. Caer en esa trampa de discutir si se tiene un gobierno para ricos o un gobierno de corruptos, es una trampa en que la mayoría de los argentinos no van a caer”.
Una de las dirigentes del massismo, días previos al cierre de listas, había adelantado que Massa estaba esperando que Cristina Kirchner anuncie su candidatura para resolver la suya. Sin embargo, sostiene que “Cristina no le marca la cancha”. Y añade que “ya el 25 de mayo fijamos posición y establecimos el esquema de liderazgos de cara a este año de 1País y de los quince partidos que conforman nuestra fuerza política”.
Sergio Tomás Massa cuenta con ventajas y desventajas en esta elección. Él es un hombre fuerte en la provincia de Buenos Aires, tiene un amplio conocimiento público, mayor que el de los candidatos oficiales, y buen manejo en los medios de comunicación. Además, es perseverante.
La desventaja es que enfrenta a Cristina Fernández de Kirchner. Una figura muy potente como para pretender quitarle el rol central en la oposición.
¿Será capaz Massa de generar una elección dividida en tres o perderá centralidad debido a la candidatura de CFK? ¿Una mala elección signficaría un sin retorno para sus ambiciones presidenciales?