Hoy, el Tribunal n°3 de La Matanza dará su veredicto en el marco del juicio por las torturas que Luciano Arruga recibió en septiembre de 2008, cuatro meses antes de desaparecer.
María Dinard es la abogada del CELS (Centro de Estudios Legales y Sociales) que alegó en dicho juicio, en representación de la mamá de Luciano. En diálogo con P&M narró los hechos de esa jornada: “El 22 de septiembre de 2008 Luciano Arruga fue detenido en el departamento de Lomas del Mirador, acusado de haber cometido un delito. Fue llevado alrededor de las 11 de la mañana y permaneció hasta las 19:30 hs. aproximadamente, horario en que lo retiró su mamá. Durante todo ese tiempo Luciano estuvo aislado en la cocina del destacamento, sin poder ver ni hablar con su familia, a pesar de que lo habían ido a buscar. Torales, que era el oficial de servicio que estaba a cargo del destacamento, no les permitió tener contacto.”
María Dinard explicó a este medio la diferencia entre los dos juicios que están en curso: “El juicio del que hoy se leerá el veredicto es específicamente por las torturas del 22 de septiembre, por eso se hace en el tribunal de La Matanza. La causa de la desaparición, justamente al tratarse de la desaparición de una persona, debe ser tratada por la justicia federal. La está llevando el juzgado federal de Morón y se encuentra en plena investigación.”
“Hay que tener en cuenta especialmente que Luciano era menor de edad, tenía 16 años. Estuvo aislado en un lugar que no estaba permitido para la tenencia de detenidos. En ese contexto Torales y al menos otro oficial más que aún no está identificado, lo golpearon y humillaron, lo amenazaron; justamente estos son los hechos que se comenzaron a juzgar la semana pasada. Hoy tendremos el veredicto”, describió la abogada en referencia a cuáles son los hechos que configuran la tortura denunciada por el CELS y por la APDH de La Matanza.
Dinard agregó la mirada política que como institución tienen sobre estos hechos: “El juicio, además de esa jornada de tortura, representa también parte del hostigamiento previo que sufría Luciano antes de su desaparición, que fue el 31 de enero de 2009. Son hechos gravísimos que quizás están naturalizados por parte de la policía; sobre todo con los hombres jóvenes de barrios populares, esto es una práctica lamentablemente usual. Entonces esa es la importancia de que se condenen estos hechos, porque configuran que para nosotros el delito de tortura.”
En su momento ni Luciano ni su familia denunciaron las torturas recibidas. La mamá y la hermana han explicado ante la justicia que callaron por miedo a que la policía tomara represalias. Pero hay testimonios de personas que estaban en el destacamento. A su vez, cuando a Luciano lo dejaron ir, su hermana Vanesa lo llevó al Policlínico de San Justo y allí el médico que lo reribió dejó constancia de las heridas que tenía. Hoy se espera que Torales reciba la condena que merece por haber torturado a un menor de edad.
Para concluir, María Dinard, hizo referencia a la Campaña que se lleva a cabo en rgentina para terminar con este tipo de delitos, ejecutados por agentes del estado, como el caso del oficial Torales: “Para nosotros la Campaña contra la Violencia Institucional es muy importante. Entendemos que el caso de Luciano representa justamente la situación de muchos pibes de barrios populares que son detenidos por la policía y golpeados; este no es un hecho aislado y por eso nos parece importante visibilizar el caso de Luciano, para que estas cosas no sigan pasando.”