Por iniciativa de Cristina Fernández de Kirchner, en diciembre de 2011, se sancionó la ley 26.727 que regula el trabajo agrario y crea el Registro Nacional de Trabajadores y Empleadores Agrarios (RENATEA). Esta entidad tiene, entre otras, la función de emitir la Libreta del Trabajador Agrario. Así el Estado Nacional recuperó una herramienta clave para terminar con la precarización laboral rural. Cabe aclarar que el organismo que operaba hasta ese entonces era la RENATRE liderada por el “Momo” Venegas, que había tercerizado a una empresa privada la creación de datos y estadísticas por lo que el Estado no contaba siquiera con la información del sector.

RENATEA organizó este martes y miércoles las jornadas en las que 15 expositores y unos 300 asistentes vinculados a Universidades, sindicatos y organismos públicos debatieron sobre los ejes propuestos en las Jornadas. El cierre de las mismas estuvo a cargo del Ministro de Trabajo, Empleo y Seguridad Social, Dr. Carlos Tomada, quien afirmó: “Tenemos que hacer que el trabajador y la trabajadora del mundo agrario tengan efectivamente los mismos derechos que cualquier trabajador y no vivan su situación laboral como una situación de discriminación”

Tomada señaló: “El trabajo agrario fue sometido durante mucho tiempo a la invisibilización, y se trata del trabajo dentro de una de las actividades constitutivas de nuestra identidad, una de las actividades más importantes en términos de exportación, por donde sea que lo miremos la actividad agroalimentaria es fundamental. ¿Cómo siendo una actividad fundamental sus trabajadores no están en el centro del debate de la academia y de la sociedad? De lo metalúrgico se ha escrito hasta el cansancio, de los trabajadores del transporte también; pero curiosamente la cuestión del trabajo agrario no está visibilizada.”

A su vez, el ministro hizo un repaso histórico y apuntó: “Durante mucho tiempo tuvimos la Ley de Trabajo Agrario que había sancionado la dictadura, que llevaba la firma de Videla, Martínez de Hoz y Harguindeguy; los gobiernos democráticos pasaban y la Ley seguía vigente. En otros países de América, el trabajo agrario, el campesinado, forma parte aunque sea de las preocupaciones de la sociadad. Acá el movimiento sindical agrario tiene una rica y hermosa historia, oculta, poco contada. Nosotros decidimos encarar esta carencia desde el lado legislativo, sancionamos la nueva Ley. Lo hicimos partiendo de la concepción que en la Argentina hay muchos temas que cobran relevancia cuando hay una ley. Lo logramos bastante pero no lo suficiente.”

Tomada expresó que muchos de los trabajadores ni siquiera peleaban por sus derechos: "En estos 12 años hemos hecho un trabajo de pérdida del miedo. Antes ningún trabajador se animaba a hacer una denuncia, y cuando se hacía los jueces cajoneaban los expedientes. Seguramente hoy eso siga pasando en muchos lados, pero los trabajadores han perdido el miedo. 12 años de memoria, verdad y justicia han hecho que no haya el terror que le había quedado en el alma y en el espíritu a los trabajadores, primero por los años de terrorismo de Estado y después por los años de desocupación."

Para finalizar Tomada apuntó a lo que hace falta para avanzar: "Que en la Argentina todavía haya situaciones de esclavitud, situaciones de trata, de trabajo forzoso y trabajo infantil, realmente es una vergüenza. Yo podría haber hablado del trabajo agrario sin necesidad de hacer alusión a estos temas, pero es que no puedo. Aquí es indispensable la articulación vertical entre los Estados nacional, provincial y municipal. Pero también es responsabilidad de una fuerte participación de los actores sociales”.