“El amor nos dio la fuerza” Estela de Carlotto habló de su experiencia militante ante un aula colmada de ingresantes - Política y Medios
19-04-2024 - Edición Nº5922

“El amor nos dio la fuerza” Estela de Carlotto habló de su experiencia militante ante un aula colmada de ingresantes

La Facultad de Periodismo y Comunicación Social se encuentra en el marco de finalización de su curso de ingreso. Ayer, ante un aula anfiteatrada colmada de pibes y pibas que se suman a la vida universitaria Estela habló de su experiencia y enfatizó: “Tenemos una juventud maravillosa, los amamos, los queremos, los respetamos.”

Luego de expresar las ideas centrales de su discurso, se dispuso a responder preguntas de los estudiantes. Un joven expuso que siempre había sentido mucha curiosidad por comprender de dónde habían sacado la fuerza estas mujeres para salir de sus casas y “enfrentar una maquinaria tan grande como fue la dictadura.” Estela englobó su respuesta en el amor, dijo que cualquier madre buscaría a sus hijos y que eso les permitió no tener miedo. Además explicó que ellos, en tanto militantes, las habían formado políticamente, y que eso les permitió vislumbrar qué era lo que estaba pasando.

“Yo era directora de una escuela primaria acá en La Plata, la escuela 43, la docencia fue mi vocación. La persecución ideológica había empezado con el gobierno de Isabel Perón, cuando se crea esa organización siniestra llamada Triple A, como adelantando lo que se venía. Yo ya había atravesado dictaduras, incluso la del 55’ que tuvo fusilamientos y muertos, pero en su momento no me moví para nada porque no estaba consciente, sino formada por esa prensa monopólica que siempre trata de acomodar el cerebro de los argentinos para que pensemos lo que ellos quieren. Ya en los 70’ mi hija Claudia estaba en la UES, porque iba a la secundaria, y Laura en la Juventud Universitaria Peronista. Laura me decía ‘nosotros queremos un cambio, queremos justicia social’. Escuchando pude ver la efervescencia que había en Latinoamérica en contra de gobiernos que sólo alimentaban a unos pocos. Fui cambiando y el golpe del 76’ me en encuentra ya mentalizada de que se venían tiempos terribles. Laura me dijo que no se iba a ir del país, decía: ‘Mamá, yo no me quiero morir, todos tenemos un proyecto de vida. Pero miles de nosotros vamos a morir y nuestra muerte no será en vano’ ¿Cuántos años tenía? La edad de ustedes. Entonces yo digo, qué valentía, qué profundidad y qué verdad. El amor por nuestros hijos nos hizo después, cuando no volvieron, salir a buscarlos. Vivíamos en un hogar común, yo tuve que dejar la docencia y mi esposo, que tenía una pequeña fábrica de pintura, ocupó un rol mucho más importante en la casa. Tenía miedo pero no me importaba, una madre arriesga la vida. El amor nos dio la fuerza.”

Luego de dicha intervención, un chico de unos 17 años tomó el micrófono. Al momento de hablar se quedó sin voz, se le atragantó todo eso que tenía para decir. Luego, con una risa nerviosa de por medio, pudo retomar la palabra y preguntó por el rol de los hombres en todo el proceso político que Estela había descripto. La Abuela de Plaza de Mayo contó que ella llama a sus hombres “héroes silenciosos”, porque fueron quienes las esperaron, quienes cuidaron la casa, llevaron el sustento para que ellas pudieran no trabajar y aseveró “No hay nada peor que esperar.” Al respecto hizo alusión a lo difícil que era la comunicación en aquellos años y al esfuerzo que implicó para los padres y abuelos tener a sus mujeres a veces hasta dos meses de viaje en el exterior apenas con alguna noticia cada tanto. Pero explicó que esa división de tareas tuvo un sentido político: para los militares ellas eran las locas, las mujeres incapaces y las reprimían con sus caballos en la Plaza pero no solían llegar a mayores, porque las subestimaron. En cambio, si los hombres hubiesen integrado el proceso público de búsqueda estarían desaparecidos. Para cerrar este apartado Estela reflexionó “Muchos de nuestros maridos ya fallecieron, se los llevaron la nostalgia y el dolor porque no pudieron transformarlos. Nosotras convertimos ese sufrimiento en lucha y acá estamos, y vamos a seguir caminando aunque sea con bastón. Muchas noches me pregunto cómo sería Laura que hoy tendría 60 años y que no la dejaron envejecer y me agarra una tristeza infinita, pero enseguida pienso todo lo que voy a hacer al día siguiente, cambio el dolor por la acción y tomo fuerzas para levantarme, con 84 años, al otro día.”

Más tarde, en el cierre de la actividad, la decana Florencia Saintout, señaló que no olvidaría a ese estudiante al que se le cerró la garganta a la hora de dirigirse a Estela pero que pudo luego superarlo y preguntar. Al respecto afirmó “Nosotros nunca elegimos el silencio, siempre elegimos la palabra. A veces no nos damos cuenta del valor de nuestras vivencias cuando las estamos transitando, pero las Abuelas de Plaza de Mayo son una parte esencial no solo de la historia argentina sino mundial. Sobre ellas van a leer los hijos de los hijos de sus hijos, y ustedes les van a poder contar, que un día, en la Universidad Pública, en la educación argentina, pudieron conocer a una Abuela, pudieron hacerle preguntas. Hoy, escuchando a Estela, volvemos a aprender que el amor es una experiencia privada pero también puede ser profundamente política, y pude ser el origen de la lucha.”

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