Kicillof logró suspender las PASO, pero la interna peronista sigue marcando la agenda en Buenos Aires - Política y Medios
20-05-2025 - Edición Nº6318

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Kicillof logró suspender las PASO, pero la interna peronista sigue marcando la agenda en Buenos Aires

Después de semanas de tensión, la legislatura bonaerense sancionó el proyecto impulsado por el gobernador.

Por: Pedro Domínguez 

 

Después de meses de tensiones y negociaciones internas, la Legislatura bonaerense finalmente sancionó el proyecto impulsado por el gobernador Axel Kicillof para suspender las elecciones Primarias, Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO) en 2025. De esta forma, la provincia tendrá un solo acto electoral, previsto para el próximo 7 de septiembre. Aunque el oficialismo logró imponer su plan, el camino no estuvo exento de costos políticos y nuevas fracturas dentro del peronismo.

 

La votación expuso el amplio respaldo que tejió Kicillof: el peronismo en sus múltiples vertientes, sectores de la UCR, el PRO, La Libertad Avanza y los llamados "libertarios dialoguistas" acompañaron la suspensión. Sólo la Izquierda votó en contra, mientras que algunas figuras de Patria Grande prefirieron abstenerse, reflejando matices internos que siguen latentes.

 

El consenso no fue gratuito. La aprobación se selló recién cuando Cristina Kirchner, con críticas incluidas, habilitó a su tropa legislativa a acompañar el proyecto. A cambio, puso sobre la mesa su propia exigencia: avanzar con la ley que permita la reelección indefinida de intendentes, conocida como la “ley de las re-re”. Así, el cierre de la disputa sobre las PASO abrió una nueva puerta para las tensiones en el oficialismo.

 

En paralelo, Kicillof sufrió un revés importante: sus intentos de ampliar los plazos electorales quedaron afuera de la ley. La presión combinada de La Cámpora y el massismo logró eliminar los artículos que modificaban los tiempos de presentación de listas y alianzas. Es decir, el gobernador consiguió suspender las internas, pero perdió en la puja por rediseñar el cronograma electoral.

El problema de los plazos no es menor. La Junta Electoral bonaerense ya había advertido que, con la normativa vigente —que data de 1946—, resulta casi imposible procesar correctamente la oficialización de miles de candidaturas en los escasos días que establece la ley. La falta de actualización podría derivar en nuevos conflictos y judicializaciones en la previa electoral, pero la dirigencia política prefirió anteponer sus intereses coyunturales.

Mientras tanto, desde el oficialismo no dieron señales de atender este reclamo urgente: los presidentes de ambas cámaras legislativas, Alexis Guerrera y Verónica Magario,  no asistieron a la reunión convocada por la Junta Electoral, dejando en evidencia el escaso interés en resolver los problemas estructurales del sistema electoral provincial.

La decisión de suspender las PASO en Buenos Aires, además, evidencia el retroceso de una herramienta que, más allá de sus defectos, había sido concebida como mecanismo de democratización interna de los partidos. En lugar de apostar por su perfeccionamiento, el peronismo optó por concentrar el poder en pocas manos, en un contexto de creciente fragmentación y disputas internas.

El discurso de Kicillof intentó justificar la medida apuntando contra las reformas impulsadas por el presidente Javier Milei, especialmente la adopción de la Boleta Única de Papel (BUP). Según el mandatario bonaerense, la implementación de dos sistemas electorales distintos en simultáneo —BUP a nivel nacional y boleta partidaria a nivel provincial— generaría confusión y deslegitimaría los comicios.

Sin embargo, detrás de las críticas técnicas, asoma la verdadera preocupación: evitar que una primaria abierta deje expuesta la profunda crisis de representatividad que atraviesa al peronismo bonaerense. En definitiva, la suspensión de las PASO no resuelve el problema de fondo, sino que apenas posterga un estallido que, tarde o temprano, volverá a agitar las aguas en la principal provincia del país.

La incómoda verdad es que, en medio de un escenario de ajuste, recortes de fondos nacionales y deterioro social, la clase dirigente bonaerense decidió priorizar su propia supervivencia política. La cancelación de las internas y la falta de respuesta a las advertencias de la Junta Electoral son apenas síntomas de un sistema que, lejos de modernizarse o democratizarse, sigue anclado en prácticas de preservación del poder.

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