Por: Juan Pablo Peralta (Desde Casa Rosada)

Fue Javier Milei quien empezó a decir que antes de que terminara abril estaba cerrado el acuerdo de facilidades extendidas con el Fondo Monetario Internacional. También se salía de las casillas por confirmar que el levantamiento parcial del cepo estaba a la orden del día, pero desde Hacienda, Luis Caputo contuvo esa ansiedad, que a su entender, de proyectarse sin efecto sorpresa, podría determinar una corrida cambiaria o algo peor. El drenaje de las reservas del Banco Central para sostener un dólar ficticio se había tornado insostenible y las negociaciones con el FMI no terminaban de dejar conforme al directorio (board) del organismo, que obviamente, tiene como prioridad garantizar la devolución de lo que presta condicionando factores claves de la economía. Fue así históricamente, nada que le toque sólo al gobierno de La Libertad Avanza. La ecuación es simple: a mayor desembolso, mayores metas a cumplir con la entidad crediticia internacional.

Por la mañana del mismo viernes pasado (11 de septiembre), previo al anuncio de ‘Toto’ y el titular del BCRA, Santiago Bausili, su homónimo de nombre de pila, pero asesor estrella del Presidente y su hermana, dejaba trascender que las restricciones en el mercado de cambios se iban a eliminar antes de lo esperado, pero sin revelar que sería esa misma tarde. Manuel Adorni, en su nuevo rol de candidato a legislador porteño, caminaba por los pasillos sin emitir palabra. El resto de los funcionarios de alto rango, como él, entraban y salían del despacho del influyente consejero de los Milei esquivando a la prensa acreditada en Casa Rosada a la que nada más le decían, "permiso… permiso”. Más tarde, las fuentes oficiales avisaron que habría conferencia y que se informaría que la concreción del pacto con el Fondo era un hecho consumado, con un primer tramo en llegar al país de u$s 12.000 millones.

En medio de la larguísima exposición con filminas y muchos datos técnicos, Caputo coló el fin del esquema de monedas que viene desde el final del mandato de Cambiemos, que tal como se había especulado, fue encaminado a las bandas flotantes, en este caso, entre 1000 y 1400 pesos. Fuera de ese rango, el Central debería intervenir. En ese contexto, se minimizó la inflación de marzo -que trepó al 3,7%- y se evitó responder sobre qué efecto tendría lo informado en los salarios y las jubilaciones. Fuera del micrófono, uno de los hombres del equipo económico le afirmó a que “no va a haber crisis porque no hay suficientes pesos para mover el amperímetro del valor dólar”. Con respecto a la posibilidad de devaluación e incremento de precios, el mismo funcionario buscó ser enfático al aseverar que “cuando te digo que no hay pesos para salir como locos a comprar dólares, tampoco los hay para salir a stockearse y convalidar valores que son de índole especulativo, no va a pasar nada”, garantizó el economista que cortó la charla para abrazarse con su jefe, que no quiso hacer declaraciones. “Ya hablé y expliqué todo chicos, en un rato tienen la resolución”, avisó el ministro de Economía con ganas de ir a encontrarse con el primer mandatario, que había estado siguiendo toda la transmisión desde el despacho presidencial junto a su gabinete, al que había invitado para celebrar la jornada que para el planeta libertario, “es la piedra basal a la hora de empezar la reconstrucción de la Argentina”, expuso uno de los colaboradores de la Secretaría General que también estaba eufórico y no paraba de escribir en su cuenta de X.

El desahogo de la plana mayor de la gestión de LLA se difundió a través de fotos y vídeos que las usinas oficiales enviaban por chats de WhatsApp a periodistas y eran repotenciadas por las milicias trolls, ahora divididas entre la Casa de Gobierno y una oficina operativa cercana desde donde se conjuga la estrategia comunicacional en redes, que, así como exalta lo que se considera positivo, repudia sin piedad todo lo que se catalogue de carácter negativo para el Gobierno. El objetivo es generar ‘tendencias” -a favor o en contra- en la plataforma propiedad de Elon Musk, a la que es adicta la mayoría de la clase política vernácula, al igual que cualquier elemento que forme parte del denominado ‘círculo rojo’.

La prueba de fuego fue la semana corta, que en tres días mantuvo al billete estadounidense a la baja y con alzas en bonos y acciones argentinas. “Vamos a ir a una franja de mil pesos por dólar”, expuso un alto consejero gubernamental, que devolvió gentilezas al campo luego del aviso presidencial con respecto a que las retenciones vuelven -y con aumentos- a partir del 1 de julio. “Parece que los exportadores entendieron que lo temporario iba a ser permanente, pero nosotros nunca dijimos eso, sí prometimos que antes de que termine nuestra gestión esos impuestos se van a eliminar. Lo que les dijo Javier no fue una amenaza, todo lo contrario, les recomendó que liquidaran con los dólares antes de que bajen más, si ellos prefieren no hacerlo ya no es un tema que nos competa”, fue el argumento esgrimido por el joven dirigente que siente tanta aversión por los caciques de la otrora ‘mesa de enlace’ como por Mauricio Macri y Victoria Villarruel.

En rigor de verdad, en el trasfondo de lo decidido empezaron a haber resonancias y ecos que no eran tan imprevisibles. Las remarcaciones en alimentos de la canasta básica -y otros rubros- se verificaron en las nuevas listas de precios que estaban al llegar a los supermercadistas y comercios de cercanía. Por su lado, los productores agropecuarios se sintieron intimidados y perjudicados por lo que salieron a advertir: “Entonces, en lo que queda del año y el 2026 caerá fuerte el nivel de nuestras operaciones, nosotros apostamos a este plan, pero no vamos a volver a ser el pato de la boda como ya intentaron hacer otros gobiernos”, dijo uno de ellos en clara alusión al kirchnerismo y a la fallida 125, del por entonces ministro de Economía Martín Lousteau, avalada por Cristina Fernández de Kirchner.

La maquinaria virtual libertaria, con centralización en el ex Salón de las Mujeres (hoy de Los Próceres) de la primera planta de Balcarce 50 inició así un ataque masivo contra las empresas alimenticias que van por incrementos en sus productos. Milei desde Olivos encaró el fin de semana largo reposteando esa mecánica de boicot contra las firmas que podrían complicarle el dato de Índice de Precios al Consumidor de los próximos meses. La consultora de Orlando Ferreres ve un IPC promedio del 5% en el corriente mes de abril. El jefe de Estado también retomó sus clásicos escraches contra periodistas que considera ensobrados. “El presidente tiene todo el derecho a dejar expuestos a los que mienten, no importa si son colegas suyos, econochantas, opositores o simplemente ignorantes”, le manifestó a este medio un colaborador ministerial, que, a la vez, se mostró totalmente optimista con los resultados de las elecciones que se vienen en CABA y en la provincia de Buenos Aires.

“Lo de Santa Fe no es referencia de nada, primero porque se elegían convencionales constituyentes, y cuando ves la baja participación, la verdad, que una fuerza nueva como la nuestra quede tercera, es mucho”, refrendó la fuente que ve en la Ciudad a un Adorni ganador y sin chances de ser superado por el macrismo.

Acerca de la PBA, el informante declaró: “Si los dirigentes del PRO se suman a nuestras boletas, bienvenidos sean, pero alianza de partidos, tipo Juntos por el Cambio, ni lo sueñen, eso es cosa del pasado. Confiamos en nuestra marca y en quien es nuestro máximo exponente; el Presidente de la Nación ¿les parece poco? Les hablo del tipo que bajó la inflación, levantó el cepo y está ordenando el desastre que dejaron todos los anteriores, incluyendo a Mauricio Macri”, cerró el operador oficialista.

En la sede del PEN adelantaron que habrá un encuentro con la CGT, que ya fijó el 30 de abril como fecha para movilizar por el 1 de mayo. “Si no nos sentamos a hablar de una reforma laboral de verdad, las cuestiones impositivas, previsionales e impositivas van a ser imposibles de resolver”, expresó el hombre que más millas camina en la Rosada y que infiere que a la larga o a la corta “el peronismo se va a volver a juntar”, lo que no dejó pasar es la frase con la que cerramos este artículo y que será una de la consignas libertarias: “El problema que tienen los peronchos es que otra vez van a ser el Frente de Todos, y la gente ya sabe de qué se trata eso y como termina eso”.