El futuro de la IA y la sustentabilidad: la cara oculta de la creatividad en la comunicación política digital - Política y Medios
20-05-2025 - Edición Nº6318

ANÁLISIS

El futuro de la IA y la sustentabilidad: la cara oculta de la creatividad en la comunicación política digital

Casos emblemáticos como la asunción de Néstor Kirchner en 2003 o el reciente encuentro entre el presidente Javier Milei y Elon Musk fueron recreados con IA, lo que generó un impacto visual y emocional sin precedentes. No obstante, la discusión sobre los costos ambientales de esta tendencia está apenas comenzando.

Por: Mg. Lautaro González Amato*

 

La inteligencia artificial ha revolucionado la manera en que creamos contenido digital. Desde la generación de texto hasta la creación de imágenes hiperrealistas y artísticas, su avance es imparable. Una de las tendencias más recientes en redes sociales es el uso en la comunicación política digital de herramientas como ChatGPT-4 o para generar imágenes de figuras políticas y personajes históricos con la estética del reconocido Studio Ghibli, fundado por Hayao Miyazaki. Más allá de la innovación y la creatividad, existe un costo ambiental que pocos consideran: el impacto de la IA en el consumo de agua.

El costo invisible: IA y consumo de agua

Cada imagen generada por IA no solo requiere una gran cantidad de energía, sino también agua para la refrigeración de los centros de datos. Estos sistemas trabajan a temperaturas elevadas y necesitan enfriarse constantemente para evitar el sobrecalentamiento.

Según un informe de la Universidad de Colorado Riverside y la Universidad de Texas Arlington, cada imagen creada por IA puede consumir entre 2 y 5 litros de agua.

Un estudio publicado en Nature en 2023 reveló que empresas como OpenAI, Google y Microsoft utilizan miles de millones de litros de agua al año para mantener sus servidores operativos. Para ponerlo en perspectiva, la generación de una ilustración estilo Ghibli podría consumir aproximadamente 3,45 litros de agua, equivalente a 17 vasos de agua potable. Este consumo puede parecer menor en términos individuales, pero si se multiplica por millones de imágenes generadas diariamente, el impacto es alarmante.

IA y comunicación política: el arte como estrategia

El consultor digital Daniel Vico ha explorado el uso de IA en la comunicación política mediante la creación de imágenes estilizadas de líderes y figuras históricas. “Estas imágenes pueden utilizarse para conectar con audiencias jóvenes, reforzar narrativas de campaña y generar contenido altamente compartible en redes sociales”, explica.

Sin embargo, también advierte que el uso de estas herramientas debe ser responsable. “En un contexto donde la autenticidad es clave, el uso de IA en la comunicación política debe equilibrar creatividad y veracidad, sin ridiculizar al político ni comprometer la confianza del electorado”, agrega.

Casos emblemáticos como la representación digital del momento en que Ernesto Sábato entregó el informe de la CONADEP al presidente Raúl Alfonsín, la asunción de Néstor Kirchner en 2003 o el reciente encuentro entre el presidente Javier Milei y Elon Musk fueron recreados con IA, lo que generó un impacto visual y emocional sin precedentes. No obstante, la discusión sobre los costos ambientales de esta tendencia está apenas comenzando.

El impacto global: cifras alarmantes

Según datos del MIT Technology Review, el consumo de agua de los centros de datos ha aumentado un 30% en los últimos cinco años debido a la popularidad de los modelos de IA. La generación de imágenes estilo Ghibli es solo una pequeña fracción del uso total, pero su impacto no es despreciable.

De acuerdo con un análisis del Washington Post en colaboración con investigadores de la Universidad de California, en apenas cinco días de generación de imágenes IA se consumieron unos 216 millones de litros de agua, volumen equivalente al consumo mensual de una pequeña ciudad.

Ante estos desafíos, diversas empresas tecnológicas están explorando soluciones para reducir el impacto ambiental de la IA. Algunas iniciativas incluyen: el uso de aguas residuales tratadas en lugar de agua potable para la refrigeración, la implementación de sistemas de refrigeración con aire, más eficientes y con menor impacto hídrico, y la utilización de energías renovables en centros de datos.

En ese sentido, China implementó diversas iniciativas innovadoras en el ámbito de las energías renovables relacionadas con el agua, como el uso de plantas solares flotantes. Recientemente, China puso en marcha una planta que ocupa 1.223 hectáreas y cuenta con 2.934 paneles fotovoltaicos montados sobre plataformas marinas, con una capacidad total de 1,78 GWh anuales, suficiente para abastecer a 2,67 millones de hogares. Además, combina la generación de energía con actividades de piscicultura. ​

La idea es la optimización de modelos de IA para reducir la cantidad de procesamiento y, por ende, la energía y el agua necesarias.

Uso responsable de la IA: una decisión compartida

Por su parte, en 2024, la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos (EPA) propuso nuevas regulaciones para el consumo de agua en centros de datos, y compañías como Google y Microsoft se comprometieron a reducir su huella hídrica en un 30% para 2030.

El impacto de la IA no solo depende de las grandes empresas tecnológicas, sino también de los usuarios. Evitar la generación masiva de imágenes sin un propósito específico y optar por herramientas que implementen prácticas sostenibles son pasos clave hacia un uso más consciente.

Según un informe de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), la colaboración entre la industria tecnológica y los gobiernos será fundamental para desarrollar regulaciones que equilibren la innovación con la protección ambiental. La inteligencia artificial tiene el potencial de transformar el mundo, pero es crucial que su crecimiento no comprometa los recursos naturales.

Los desafíos a futuro

La inteligencia artificial está redefiniendo el panorama digital y comunicacional, pero también plantea nuevos desafíos ambientales. Si bien la creatividad y la innovación continúan expandiendo los límites de lo posible, la sustentabilidad debe estar en el centro del debate.

El futuro de la IA dependerá de cómo las empresas, gobiernos y usuarios equilibren el avance tecnológico con la preservación del ambiente. La pregunta ya no es si la IA puede hacer algo, sino cuál es el costo real de lo que hace.

 


*Autor del ebook “Unir la cadena. IA & comunicación política. Guía práctica para asesores”, LAMATRIZ, 2024.
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