
La eterna discusión por los márgenes de rentabilidad y la capacidad de inversión de las empresas proveedoras de los servicios energéticos parece nunca tener fin. Bajan los subsidios, suben las tarifas y los apagones permanecen inalterables (incluso, parecen ser más recurrentes).
Parece haber aquí un problema que los defensores del libremercado no pueden explicar, ya que luego del 'sinceramiento' de tarifas durante la gestión de Cambiemos (que incluyó incrementos de entre 3.500% y 5.000%) y el 400% que lleva aumentando en el año y monedas de la administración de Javier Milei, no se observa un atisbo de mejora en los servicios.
El apagón que reportó Edesur en buena parte del sur de la Ciudad de Buenos Aires y del conurbano volvió a enfurecer a los usuarios este miércoles, en una jornada donde la sensación térmica arañó los 45 grados.
Además de la incomodidad climática, y los habituales problemas que le ocasionan los cortes a las personas electrodependientes, decenas de vecinos debieron ser rescatados de ascensores en diferentes barrios de Capital Federal.
Al momento, las inversiones que las compañías deberían desarrollar en la infraestructura del sistema de transporte y distribución de energía eléctrica brillan por su ausencia (pero al menos algo brilla en la noche del AMBA).
En tanto, mientras organizaciones de defensa del consumidor acusan la falta de inversión, desde el Gobierno nacional le otorgan el beneficio de la duda a la concesionaria que provee al sur de CABA y el conurbano, cuyas fallas sistémicas vienen siendo noticia con alarmante frecuencia este verano. Por caso, el contraste con Edenor lo torna más notorio.
La asociación de Defensa de Usuarios y Consumidores apuntó en las últimas horas contra “la falta de obras en la ampliación del sistema de transporte eléctrico pone en riesgo el servicio”, postura que ya habían manifestado en las audiencias públicas celebradas a fines de febrero para determinar los nuevos incrementos tarifarios.
Cabe recordar que el incremento en las boletas responde no sólo a la quita de subsidios generalizada que ejecutó el Gobierno, sino también a un esquema de actualización indexada por inflación. La luz aumenta constantemente, pero la regularidad del servicio continúa siendo un fenómeno estacional que se vuelve intermitente durante los meses veraniegos.
En Casa Rosada aseveraron en las últimas horas que el Ente Nacional Regulador de la Electricidad (ENRE) se encuentra trabajando para conocer si el apagón “fue producto del incumplimiento de las empresas o un accidente”. Al respecto, señalaron: “Se está recopilando información, primero hay que estudiar qué pasó”.
Los incrementos autorizados a lo largo de 2024 por el Gobierno rondan el 400%, cifra que supera por más del 100% la inflación del año -incluso añadiendo el escandaloso IPC de diciembre 2023 tras la devaluación post electoral-.
Mientras el presidente Milei y su ministro de Economía aseguran haber sacado a 10 millones de argentinos de la pobreza, no hay registros de salarios cuya actualización siquiera se acerque a lo que se incrementó el costo de vida más básico (como la luz, el gas, el agua o el alquiler). Para peor, los encarecidos servicios ni siquiera son eficaces.
Desde Deuco advirtieron que “el Poder Ejecutivo nacional declaró a través del DNU 55/2023 la Emergencia Energética nacional, que planteaba la emergencia en la generación, transporte y distribución eléctrica”.
Sobre esto, denunciaron que “sin embargo, no pasó nada con lo que todas las empresas de transporte eléctrico vienen planteando acerca de que deben hacerse las obras de ampliación del sistema de transporte, que no están a cargo de las empresas, sino del Estado como poder concedente” y sentenciaron: “Esas obras son fundamentales en primer lugar para el ahorro del transporte, en segundo lugar para eliminar la posibilidad de fallas en el sistema”.