
Por: Juan Pablo Peralta (Desde Casa Rosada)
En materia comunicacional existe un axioma que afirma que ‘un escándalo se neutraliza con otro escándalo’. En la administración de La Libertad Avanza la máxima parece ser que a un escándalo –que lo afecte- se lo mitiga con anuncios y otros condimentos. Desde el viernes pasado por la tarde-noche, cuando se inició el denominado ‘criptogate’ que involucró directamente a Milei en el lanzamiento de la memecoint $LIBRA, que él mismo fijó en un posteo de su cuenta de X -y a las pocas horas cuando el activo empezó a desplomarse- borró explicando luego que al interiorizarse sobre el emprendimiento prefirió dejar de difundirlo, empezaron a surgir nombres desconocidos que ahora retumban mediáticamente.
Uno es el del norteamericano Hayden Mark Davis, que estuvo en Casa Rosada hace semanas y que el Presidente, luego de charlar con él, describió en un tuit como “empresario”, comentando que lo “estuvo asesorando sobre el impacto y las aplicaciones de la tecnología blockchain e inteligencia artificial en el país”. Antes, en octubre, el mandatario había estado en el ‘Tech Forum Argentina' en el Hotel Libertador, donde dialogó con el singapurense y CEO de Kip Protocol, Julián Peh, uno de los promotores de este culebrón que sumó a personas vinculadas al jefe de Estado como Mauricio Novelli y su socio Jeremías Walsh en la firma N&W, en la que Milei fue capacitador con respecto a este tipo de activos digitales, de los que luego dijo no estar “interiorizado”.
Varios de estos personajes -y otros más- pasaron por Balcarce 50 con la autorización de Karina Milei y ya habían participado en actividades con el titular del PEN desde épocas del inicio de su mandato, por ejemplo, cuando algunos de ellos fueron invitados a la gala de asunción en el Teatro Colón. Material fotográfico que estuvo circulando por medios audiovisuales tradicionales y en las redes. Frente a las 112 denuncias locales y otras que se iniciaron en el exterior junto a pedidos de juicio político al primer magistrado de la Nación, dio comienzo el ‘operativo control de daños’. Primero, en la sede del Poder Ejecutivo, alguien de su entorno más íntimo señaló que “si hay alguien estafado en todo esto es el presidente”, y se apuntó al estadounidense del que se dijo no saber dónde está mientras “tiene 100 palos que se puede timbear”. Esto después de que Davis asegurara que esperaba instrucciones del Gobierno argentino para ver qué hacía con esos fondos, además de cuestionar que Milei no cumplío con lo que se había establecido, generando la caída del activo. Obviamente, ese vínculo con él fue negado en los pasillos de la sede gubernamental, y sin medias tintas, se consignó que los rumores acerca de que fue la secretaria general de la Presidencia la que propuso este negociado “provienen de Mauricio Macri”, quien en declaraciones públicas volvió a apuntar al entorno del líder libertario: Su hermana y el asesor Santiago Caputo.
En segundo lugar, se tomó la decisión de que Milei diera una entrevista que ya estaba estipulada de antemano con el periodista Jonatan Viale. En la misma, el mandatario no apuntó a ninguno de los hombres relacionados a la operatoria como sí se hizo en off. Por el contrario, aseguró que Novelli es “muy imaginativo”. En ese contexto, argumentó que las circunstancias se asemejan a la del apostador de un casino -que sabe que puede perder- y a la de la ruleta rusa cuando sale la bala. El problema surgió cuando sobre el final del reportaje fue consultado por la táctica defensiva en el terreno judicial que deberá emprender. En ese momento clave confesó que su hombre de consulta es el ministro de Justicia Mariano Cúneo Libarona, algo incompatible con las funciones de ambos. Sin dudarlo, el consultor Caputo cortó la nota y se metió para hablar en el oído del presidente, explicándole que eso podría producirles un ‘quilombo’ y que además es algo que “genera opinión”. Todo esto ante la mirada incómoda y balbuceos del entrevistador que giraban en torno a que entendía el motivo de la interrupción. Sin embargo, más tarde hizo un descargo con autocrítica por haber permitido el corte sin “mandar a la mierda a Caputo”.
El primer objetivo trazado por Casa de Gobierno se había cumplido; el vídeo viralizado era el tema de discusión en todos los ámbitos y no la supuesta estafa virtual. Con el objetivo de potenciar el plan, en el seno del ‘triángulo de hierro’ se acordó salir a decir que el consejero estrella de los hermanos había cometido un error, “algo innecesario”, manifestaron. Los encargados de ello fueron Manuel Adorni y Guillermo Francos, quienes aseveraron que el primer mandatario se enojó por el incidente y hasta había retado al joven consejero, que según el jefe de Gabinete, a partir de ahora deberá comprender que “nadie es superpoderoso”. Tras las declaraciones, claramente acordadas de antemano, los colaboradores del discípulo de Durán Barba declararon que “Santiago ya se hizo cargo de todo, reconoce que su intromisión fue desacertada y que el presidente tiene su renuncia en el escritorio a disposición”. Lo que sí se interesaron en remarcar fue que Caputo nunca se comunicó con Viale para pedirle disculpas, algo que el colega contó en la primera aparición televisiva una vez pasada la espuma del episodio.
Fuera del discurso oficial -pour la galerie- Santiago Caputo continuó en funciones más firme que nunca, recibiendo funcionarios y dirigentes, entre los que se vio a su representante en el Ministerio de Justicia, Sebastián Amerio. Claramente, la extensa reunión giró en torno al no tratamiento en el último día de la semana en el Senado del pliego de Ariel Lijo para incorporarlo a la Corte Suprema. “Iremos con jueces de pura cepa libertaria”, consignaron voceros informales que arrojaron nombres como el del académico Enrique Ramírez Calvo, el ex magistrado que rechazó ser procurador del Tesoro en lugar de Rodolfo Barra, nos referimos a Enrique Rojas, el constitucionalista Alberto Bianchi y el especialista en derecho de la UCA, Carlos Laplacette. Tampoco se descartó sumar la candidatura de una mujer que cubriría el sillón que dejó Elena Higthon de Nolasco, ni que Manuel García-Mansilla fuera nombrado por decreto. De todos modos, la posibilidad de usar ese recurso por ahora está descartada porque la mayoría numérica de Unión por la Patria en la Cámara alta haría peligrar el hecho de integrarlos al máximo tribunal del país. Lijo además debería renunciar a su juzgado federal sin posibilidad de volver si es que cuando deba ser confirmado por el cuerpo senatorial en septiembre fracasa en el intento. Un tema complejo que tendrá definiciones en las próximas horas. A esas declaraciones rimbombantes se agregó en un tuit del portavoz del Ejecutivo que el Banco Nación pasó a ser -por decreto- una Sociedad Anónima. Cuestión que puso en alerta a La Bancaria y a otros varios gremios y sectores contrarios al Gobierno.
Demostrando que todo era normal en el palacio rosado, “el joven maravilla”, como lo bautizaron quienes lo tratan diariamente, salió raudamente el jueves dejando un mensaje a sus secretarios. Era la confirmación de que sumaría a la comitiva que acompaña al jefe de Estado en Washington con el objetivo de estar presente en la cumbre de la Conferencia Política de Acción Conservadora (CPAC), donde hablará su jefe y Donald Trump, con quien no se confirmó una bilateral pero se aguarda algo más que un cruce o una foto, especialmente tras el altisonante cónclave con Musk y la protocolar visita al FMI que sumó la clásica postal junto a Kristalina Georgieva y su segunda, Gita Gopinath. “Para Macri que lo mira por TV”, bromeó un dirigente libertario de fuste que suele acompañar al coach y operador político presidencial.
Otro hecho que envalentonó al oficialismo, fue el logro de haber hecho caer el intento de kirchneristas y algunos radicales que pretendían conformar una comisión bicameral que investigue el caso $LIBRA, y también por el logro de evitar que Karina Milei tuviese que asistir al Congreso para ser interpelada por las acusaciones que recayeron en ella por presunta recepción de coimas. El primer punto dejó la nota ‘de color’ de la jornada: Quien presentó el proyecto, luego emitió su votó en contra. Se trata del correntino Eduardo Vischi, quien responde al gobernador de esa provincia, Gustavo Valdés. Uno de los que fue llamado desde la sede ejecutiva con el propósito de frenar la operatoria opositora. El segundo punto ni siquiera se pudo aprobar sobre tablas. La frutilla del postre fue haber conseguido que en este 2025 no haya Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO) y convertir en ley la Reincidencia, Reiterancia, Juicio en Ausencia y las normativas antimafias. Ficha Limpia podría pasar a tratarse la última semana de febrero en el último tramo de las Extraordinarias, o quedar stand by en las Ordinarias que Javier Milei inaugurará con un discurso el próximo sábado 1 de marzo.
Un proyecto, que en rigor de verdad, no interesa a los oficialistas, en parte a fin de que no bloquee negociaciones con el cristinismo, a quien le interesa menos. A su vez preocupa que se vuelva una trampa futura para los propios, especialmente en los poderes judiciales de provincias feudales de color político diferente al de LLA. La propuesta sólo tiene el aval estricto del macrismo, que ni siquiera obtuvo respuestas claras en referencia al decreto que limitó el acceso a la Información Pública, cuestión que promovió la gestión de Cambiemos y que fue pisoteada por las huestes libertarias, que hoy por hoy -de manera contradictoria- tienen como principal adversario a su principal aliado, el partido amarillo, que como dicen en la Rosada, “se diferencia entre el PRO que colabora y el de los primos”.
No son pocos los que teorizan con que los Macri aguardan volver a encabezar una derecha razonable y competitiva luego del traspié que los puso terceros con Patricia Bullrich en las elecciones del 2023. La misma Bullrich que ahora es leal a ‘los hermanos’ y es la principal encargada de desangrar el partido de raigambre porteña -del que fue titular-, y que con los radicales extendió su poderío a nivel nacional, pero que en esta coyuntura se encuentra entrampado en la problemática de no perder, no sólo dirigentes, sino a su electorado. Una tarea difícil pero que el expresidente se ha impuesto como meta apostando al tiempismo. Paradójicamente, una estrategia muy parecida a la del kirchnerismo.