“Redesgracia”, los magnates tecnológicos al poder - Política y Medios
18-02-2025 - Edición Nº6227

ANÁLISIS

“Redesgracia”, los magnates tecnológicos al poder

En un evento que reunió a los máximos exponentes de la tecnología mundial, como Elon Musk (Tesla), Mark Zuckerberg (Meta) y Jeff Bezos (Amazon), quedó en evidencia cómo los magnates tecnológicos han consolidado su influencia en el seno mismo de la Casa Blanca.

Mg. Lautaro González Amato*

 

La asunción de Donald Trump como presidente de los Estados Unidos marcó no solo un hito político, sino también un cambio sin precedentes en la relación entre Silicon Valley y el poder ejecutivo estadounidense. 

En un evento que reunió a los máximos exponentes de la tecnología mundial, como Elon Musk (Tesla), Mark Zuckerberg (Meta) y Jeff Bezos (Amazon), quedó en evidencia cómo los magnates tecnológicos han consolidado su influencia en el seno mismo de la Casa Blanca.

En medio de la controversia por el uso de la plataforma Tik Tok en Estados Unidos, también fue invitado su CEO, Shou Zi Chew, junto al vicepresidente chino, Han Zheng. Esta red social, controlada en última instancia por el gobierno de Pekín, fue salvada de su cierre en Estados Unidos por decisión del propio presidente electo.

La redefinición del poder

Trump inaugura una nueva era de gestión gubernamental en la que sabe que quien domine el algoritmo de las redes sociales controlará el discurso público. Mientras los índices de lectura y las audiencias de los medios tradicionales siguen en caída libre, los votantes forman su opinión cada vez más a través del relato que ven en las redes sociales. 

La selección de lo que se consume en internet no es casual, y Trump puso el empeño en ganarse el favor del grueso de los dueños de esas redes digitales y la influencia política que ejercen. Así, le quitó el apoyo de estas empresas a los demócratas y lo aprovechará en su gestión.

Por eso, la imagen de los dueños de las mayores redes sociales y tecnologías dominantes ocupando posiciones prominentes en la ceremonia de inauguración de Trump es una postal de una nueva era: la tecnología no solo moldea nuestras vidas, sino también las agendas políticas. 

Este evento simboliza un vínculo que, aunque disfrazado de colaboración, plantea serios interrogantes sobre las implicancias para la democracia y el equilibrio de poderes. ¿Qué significa esta cercanía entre el gobierno y las grandes plataformas digitales para la sociedad estadounidense y el mundo?
 

El pacto entre poder político y tecnológico

En un giro inesperado, los gigantes tecnológicos que habían tenido enfrentamientos con Trump durante su primer mandato ahora se alinean con él en busca de beneficios mutuos. Entre los asistentes se destacaron también Tim Cook (Apple), Sundar Pichai (Google) y Sergey Brin (Google), en una demostración del peso político que estas corporaciones ganaron.

Esta relación ha comenzado a tomar forma en acciones concretas:

El CEO Mark Zuckerberg eliminó las políticas de verificación de información en Meta, alineando las plataformas de redes sociales con las narrativas pro-Trump.

El dueño de X, Elon Musk, además de financiar con UDS 277 millones la campaña del Presidente, fue designado para liderar el nuevo Departamento de Eficiencia Gubernamental. Musk convirtió X en una caja de resonancia de las ideas políticas de la extrema derecha a nivel internacional.

“Tenemos una gran cantidad de evidencias de que X está girando cada día más hacia la extrema derecha”, expresó a la cadena NBC uno de los mayores expertos en recomendaciones de los movimientos del algoritmo en redes sociales, Giulio Corsi, de la Universidad de Cambridge.

Por su parte, Jeff Bezos, tras reuniones en Mar-a-Lago, parece haber asegurado tratos favorables para Amazon, a la vez que bloqueó el respaldo de The Washington Post a la candidata demócrata Kamala Harris.

Este tipo de alianzas estratégicas presentan tres problemas fundamentales que amenazan el equilibrio democrático:

La concentración del poder mediático aparece como un factor principal de riesgo, ya que la alianza entre Trump y los magnates tecnológicos permitiría el control del flujo informativo y la manipulación de la opinión pública en favor del gobierno, debilitando la pluralidad de voces.

A ello se le suma el riesgo de captura regulatoria, porque al ofrecer beneficios fiscales o reducir el escrutinio regulatorio, estas empresas ganan una posición de inmunidad frente a las leyes, lo cual erosiona la capacidad del Estado para regular su actividad en beneficio del interés público.

También asoma el incremento de una mayor desigualdad política y económica: la cercanía entre la Casa Blanca y Silicon Valley refuerza las inequidades donde el poder económico de los gigantes tecnológicos se traduce directamente en poder político, relegando los intereses de la ciudadanía.

Democracia en jaque

La asunción de Trump simboliza más que un cambio de gobierno; refleja un desplazamiento del poder hacia las corporaciones tecnológicas. Aunque el mandatario estadounidense y los magnates presentan su vínculo como una oportunidad para la eficiencia y el progreso, también representa una amenaza potencial para la transparencia y el equilibrio democrático. 

La ciudadanía debe mantenerse alerta y exigir que las decisiones gubernamentales se tomen en función del bien común y no bajo la sombra de intereses corporativos que podrían comprometer los principios fundamentales de la democracia.

En esta era de “redesgracia”, el verdadero desafío radica en proteger la integridad de las instituciones democráticas frente al avance implacable del poder tecnológico.

 
*Autor del ebook “Unir la cadena. IA & comunicación política. Guía práctica para asesores”, LAMATRIZ, 2024.
 
OPINÁ, DEJÁ TU COMENTARIO:

NEWSLETTER

Suscribite a nuestro boletín de noticias