Sin acuerdo posible con Mauricio Macri, al menos en el corto plazo, Javier Milei, asesorado por su hermana Karina, salió a jugar fuerte contra el PRO. La estrategia aplicada por los hermanos libertarios consiste en vaciar a los amarillos acercando a sus princiapales figuras por cada provincia.
Macri observa el desgrane de su fuerza expectante, por ahora sin ninguna estrategia visible de contención. Se ufana de su capacidad de venganza: asegura haber provocado las denuncias periodísticas por supuesto enriquecimiento ilícito que recayeron sobre los diputados Cristian Ritondo y Diego Santilli.
No hay certezas de que el expresidente haya estado involucrado en estas publicaciones pero, por si acaso, no se solidarizó con sus pupilos y hasta excluyó de la última reunión del consejo del PRO a Ritondo, jefe de bloque de Diputados.
La sangría tiene capítulos en cada provincia. En Santa Fe, por caso, los diputados José Núñez y Gabriel Chumpitaz ya hicieron un puente desde el PRO a La Libertad Avanza. Lo construyen junto a su madrina en el Gobierno, Patricia Bullrich.
En Córdoba, la situación es similar. Luis Juez, jefe del bloque PRO en el Senado, quiere abandonar ese lugar para convertirse en aliado de la Rosada, donde le ofrecen un premio: ser presidente provisional de la cámara alta, tercer lugar en la línea sucesoria. Requiere para ese cargo el voto de la mayoría del recinto, una tarea nada fácil.
En Córdoba, donde Macri obtuvo el mayor porcentaje de votos cuando fue candidato presidencial, el PRO está en proceso de extinción. Lo preside el diputado Oscar Carreño, quien ni siquiera está en el bloque amarillo: forma parte de Encuentro federal, la bancada coordinada por Miguel Pichetto.
Macri intervino a Carreño, pero nadie quiere su lugar. La otra referente es la diputada Laura Rodríguez Machado, es la mano derecha en el Congreso de Bullrich, promotora de una conversión de los amarillos a las ideas libertarias.
Son pocos los que resisten a la presión de Macri, como el senador entrerriano Alfredo De Angeli; quien le responde sin chistar. Ignora los deseos de su gobernador, Rogelio Frigerio, también con base en el PRO.
Frigerio y su colega chubutense Ignacio Torres, también de origen amarillo, siguen con preocupación el crecimiento de Milei en sus provincias.
La jugada que más los entusiasma es la de anticipar los comicios para las legislaturas locales y ceder las listas nacionales a una negociación Macri-Milei. Si las primarias no se eliminan, como pide el Gobierno, ese duelo debería resolverse en abril. No más.
Jorge Macri marcó tendencia y anunció que en la Ciudad, la elección para la legislatura porteña será previa a la que debe definir cargos en las dos cámaras del Congreso.
Karina Milei hizo sufrir al jefe de Gobierno en la Legislatura, a través de Pilar Ramírez. Está decidida a armar una lista propia con Manuel Adorni y, tal vez, Bullrich. Quien compita para llegar al Senado, dicen en la Rosada, tendría la misión de marcarle la cancha a Victoria Villarruel.
Las gestiones para sumar amarillos a LLA se repiten en cada rincón del país. Lule Menem, asesor de Karina en estas cuestiones, tuvo reuniones con dirigentes del PRO de cuyo y el norte.
Dejó un mensaje claro: se abrirán las listas, pero con capacidad de veto. Karina se reservará el derecho de admisión para no exponerse junto a fieles representantes de la casta.
Karina, Lule y Martín Menem, recorrieron 15 provincias desde septiembre para hacer el inventario de la dirigencia local que está dispuesta a poner el cuerpo en las legislativas.
Sobra juventud dispuesta a ayudar a Milei: en algunas provincias chicas, hubo hasta 1000 pibes dispuestos a ayudar en lo que sea. El encargado de organizarlos es Sharif Menem, sobrino y asesor full time del presidente de la Cámara de Diputados.
En los distritos del norte, La Libertad Avanza es cosa seria: Milei mide hasta 55 puntos en distritos como Chaco, Misiones o Formosa, en los que Macri nunca hizo pie. El problema de Karina, claro está, es lograr que las figuras locales arrastren la intención de voto del Presidente.
En el PRO sobran versiones sobre embestidas finales de Macri. Si no puede asestar ningún golpe certero, la opción más conservadora del expresidente sería compartir listas en todos los distritos, con figuras sueltas amarillas de bajo perfil. Sería un acuerdo similar al que hizo con Sergio Massa en 2013. En los comicios locales, LLA no la tendría fácil para instalar la agenda nacional y ahí el expresidente mostraría algún músculo electoral que preserva, en la Ciudad y algún que otro distrito. Si es que existen.
En el Gobierno no temen a estas martingalas de supervivencia del PRO, al que tienen hundido en las encuestas. Santiago Caputo empezó a ver como un activo la tensión con los amarillos. Permite sumar votos peronistas.
Milei es más cauto y apuesta a acuerdos rendidores con Macri en la Ciudad y en la Provincia de Buenos Aires, vidrieras de las elecciones legislativas. Y ofrecer alguna limosna en el resto del país. No mucho más.