Por: Juan Pablo Peralta - Desde Casa Rosada
El Gobierno nacional sigue haciendo foco en los resultados que obtuvo en los primeros doce meses de su administración. De hecho, el propio Javier Milei hizo publicar un documento en el que remarca que en 2024 su gestión demostró que “se puede hacer un ajuste fiscal de 15% del PIB (donde cerca del 95% del mismo cayó sobre la casta política y la financiera), punto más difícil de sostener por la polémica que genera en gran parte de la sociedad, que siente que ese recorte fue a parar principalmente a los salarios, a las jubilaciones, a la educación y a la salud, entre otros ítems fundamentales, pese a la baja inflacionaria que no está en discusión, sí en cuestión del costo que tuvo -hasta el momento- en sectores mayoritarios de la población.
Para varios analistas, el otro dato discutible es el de la disminución de la pobreza, que para La Libertad Avanza es de 20 puntos porcentuales, al igual que el de la indigencia. Guarismos que ingresan en una fase de debate intenso cuando se pretenden sostener a través de una confusa medición de la economía en dólares que resulta demasiada compleja y poco probable en los hechos objetivos que se ven reflejados en el poder adquisitivo cotidiano.
“Los gerentes de la pobreza no iban contra ella, lo que hacían era mejorártela en base a anabólicos basados en planes sociales que inflaban los niveles de ocupación de manera artificial”, señaló uno de los operadores del Palacio de Hacienda que más cruza Yrigoyen con el objetivo de rendir cuentas en Casa Rosada. Los altos mandos mileístas no niegan que esa asistencia continúa, aunque congelada, por ejemplo en materia de los ex Potenciar Trabajo, en 78 mil pesos fijos, pero resaltan que es sin intermediación y la corrupción de las organizaciones sociales, brindando “contención en el momento más duro del ajuste”.
Otro de los puntos más cuestionados por la Oficina del Presidente en el texto oficial son “las políticas de mayor gasto público y de emisión monetaria inflacionaria”, que “no sólo no logran su objetivo, sino que consiguen lo opuesto", añade el escrito.
El mensaje fue dirigido a los que “dicen estar preocupados por los más vulnerables”, escribió el jefe de Estado asesorado por su mano derecha, Santiago Caputo, quien también trabaja con él en lo que va a decir en la asunción de Donald Trump el 20 de enero en Washington, pero especialmente en el Foro de Davos, al que prometió asistir en Suiza pocas horas después. Lo que no termina de confirmarse en su visita a Israel en esa última semana del primer mes del año, y falta asegurar si en abril se reunirá en China con Xi Jinping, con quien ya tuvo una previa en el G20 de Brasil.
El Presidente y su máximo colaborador, asimismo, han empezado a escribir los primeros trazos del discurso de apertura de las sesiones ordinarias del 1 de marzo, donde se conocerá el paquete de proyectos al que el Poder Ejecutivo le dará prioridad en el período electoral, en el que ya se garantizó más “motosierra” y “licuadora”. Ya todos saben que la eliminación de las PASO es fundamental para los libertarios, al igual que para el cristinismo, que insiste en ser quien tenga el monopolio de la polarización con el planeta mileísta, inclusive por arriba del gobernador Axel Kicillof, que ni siquiera tuvo el apoyo de sus pares a la hora de aprobar el Presupuesto en la provincia de Buenos Aires, que debió prorrogar.
Por ahora, a modo de resistencia contra Jorge Macri y Javier Milei, lo que hizo el mandatario bonaerense es devolverle el control del CEAMSE (Coordinación Ecológica Área Metropolitana Sociedad del Estado), el ente que regula los residuos sólidos en el AMBA, al titular de la AFA, Claudio "Chiqui" Tapia, el hombre que perjuró que hará todo lo posible para que Milei nunca tenga una foto con su ídolo, Lionel Messi, salvo que el capitán de la Selección nacional decida lo contrario, claro. Algo que con Alberto Fernández sostuvo a rajatabla, y ya sabemos quien ganó la pulseada.
Los comandantes de LLA quisieron imprimir de esperanza la misiva -que acorde a las festividades- hicieron pública, aduciendo que “a partir de ahora, seguir mejorando los indicadores sociales requiere de crecimiento económico y para ello seguiremos bajando la inflación, reduciendo el riesgo país, el gasto público para poder quitar impuestos”, prometieron. Uno de los principales temas que preocupa, ya no únicamente a los industriales, sino al sector agroexportador, que teme que no se cumpla con la baja de retenciones a la que se comprometió el jefe de Estado.
A esto hay que sumarle que hay una caída de precios internacionales que se combina con incrementos en maquinarias e insumos, y el peligro de una sequía. Tales fenómenos hacen que el campo empiece a exigir con más fuerza la baja en los derechos de exportación, ya que deducen que este combo les está generando pérdidas por valor del 65% de lo que están comerciando.
Tampoco hay de parte del Gobierno referencias claras a qué pasará con el levantamiento del cepo, que más allá de que Luis Caputo asegure ahora que se puede crecer con él, no concuerda con lo que opinan los inversores e industriales locales, que a la vez piden que se disminuya el IVA en varios de los elementos que requieren para no paralizar sus actividades.
Lo que más preocupa en el mercado es que el plan económico del Palacio de Hacienda dependa tanto de las buenas intenciones que pueda llegar a tener Trump para con la Argentina, vía FMI o el propio Tesoro norteamericano en base a nuevo endeudamiento. “No se trata de liberación o dependencia muchachos”, respondió un alto colaborador ministerial ante el planteo periodístico de este medio, quien agregó que “la rueda virtuosa de la actividad depende de lo que hagamos nosotros, todos, los argentinos. Se trata de confianza y no de una cuestión azarosa o de buenas intenciones”, refrendó. Ese funcionario y dirigente del partido violeta es precisamente uno de los que pareciera apoyarse, más que otros, en el marketing internacional que para Casa de Gobierno origina Javier Milei en el exterior, y no tanto en el bilardismo que pregona el propio titular del Ejecutivo fronteras adentro.
En el contexto de los conciliábulos, las teorías conspirativas, las desconfianzas mutuas y las posibles traiciones que tanto malestar producen en el centro del poder libertario, el “círculo rojo” -con políticos, empresarios y periodistas que "no incorporan las ideas de la libertad”- no es el único protagonista ni el más temido. Las peores sospechan apuntan mucho más hacia la vicepresidenta de la Nación, que junto a Mauricio Macri es de las personas más cuestionadas en off y en on en las galerías, los patios y los despachos de la Rosada. “El nuevo peronismo somos nosotros”; “Macri no es más que un expresidente sin injerencia en nuestro gobierno” y “Victoria sin Milei no es nadie”, son algunas de las argumentaciones que buscan rebajar a esas figuras que empezaron como aliados -o integrantes de LLA- y terminaron siendo más criticados que el mismísimo kirchnerismo, a quien los libertarios prefieren tener como contracara, antes que a esos potenciales infieles -o desleales endógenos- a los que van a seguir intentando desgastar en el año de las elecciones de medio término.
“Nos tienen miedo”, afirman desde el núcleo duro del oficialismo con encuestas que, aseguran, dejarían al macrismo en tercer lugar si va por fuera de las boletas violetas. “Mauricio no es el Duhalde de Javier, pero eso no quiere decir que no pretenda serlo”, sugirió un referente de la mesa chica que reforzó la idea con una pregunta, “¿cómo terminó Eduardo en el intento de ir contra Néstor? Bueno, para entender lo que pueda pasar en el futuro basta con repasar el pasado”, sentenció uno de los asesores políticos con oficina en Balcarce 50, y que paradójicamente, es un sobreviviente de los años menemistas que por estos tiempos hace las veces de consejero de los jóvenes cerebros que rodean al presidente Milei y a su hermana Karina.
Pese a las divergencias entre Balcarce 50 y la Cámara alta, Nación aprobó fondos para el cuerpo que dirige Villarruel, primero porque bajo ningún punto de vista puede desfinanciarlo, al igual que al Poder Judicial -más allá de que no se haya avanzado con las numerosas vacancias que están pendientes- porque esos giros forman parte de, entre otras cosas, viáticos y pasajes que van dirigidos, no únicamente a opositores duros, sino a los senadores acuerdistas. Como moneda de cambio, o al menos como gesto, la Vicepresidenta congeló el aumento de las dietas hasta marzo.
En la búsqueda de mantener en la agenda gubernamental el reclamo por el gendarme argentino, Nahuel Gallo, la administración nacional se adelantó a la asunción del próximo 10 de enero de Nicolás Maduro Moros, y denunció al gobierno de Venezuela por la desaparición forzada del uniformado federal, pidiendo una cautelar ante la Comisión Internacional de Derechos Humanos (CIDH). La respuesta del chavismo fue mostrar unas imágenes del hombre de la Gendarmería que la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, catalogó de “pantomima”.
Mientras la gestión madurista dictó la captura del candidato opositor en las últimas elecciones, Edmundo González Urrutia (mano derecha de Corina Machado y exiliado en España), Milei decidió recibirlo este sábado en la Casa Rosada, invitando a la diáspora de ese país a acercarse a Plaza de Mayo, donde se mostrará en el balcón con el dirigente que para los gobiernos opositores fue víctima de un fraude encabezado por el régimen caribeño.
El otro presidente latinoamericano que lo va a recibir es Luis Lacalle Pou en Uruguay, en un derrotero en el que los Estados Unidos guardan una llamativa neutralidad. No son pocos los que creen que Trump intente hacer con Maduro lo mismo que llevó adelante con el coreano Kim Jon-un. Ya es su momento, defendió al chavista por el trabajo que ejecutó en materia de seguridad, en un entramado en el que, además, Venezuela y EEUU tienen importantes y multimillonarios negocios petroleros.