La hora del periodismo: derechos laborales y el futuro de la información - Política y Medios
22-01-2025 - Edición Nº6200

ANÁLISIS

La hora del periodismo: derechos laborales y el futuro de la información

Es hora de actuar colectivamente para proteger la democracia y el acceso a la verdad. La defensa del periodismo no es solo una lucha gremial, es una batalla por el futuro de una sociedad informada y equitativa. Sin periodismo, no hay democracia. Y sin democracia, no hay libertad.

Por: Mg. Lautaro González Amato*

 

En un mundo donde la información circula a la velocidad de la luz y las plataformas digitales dominan el sistema mediático, el periodismo enfrenta una encrucijada histórica. No se trata solo de la transformación de un oficio, sino sobre todo de la defensa de un derecho fundamental: el acceso a una información veraz, plural y libre de presiones. 

Este debate no es exclusivo de quienes ejercen la profesión, lo es del conjunto de la sociedad que depende fuertemente de un periodismo que conjugue una lectura de la realidad y brinde solidez a la democracia.

La precarización laboral: un obstáculo para la verdad

Las condiciones laborales y salariales de los periodistas han experimentado un deterioro sostenido en las últimas décadas. Este fenómeno, exacerbado por la concentración mediática y la migración de la pauta publicitaria hacia plataformas digitales, compromete la sustentabilidad del oficio. 

Mientras los gigantes tecnológicos como Meta y Google se enriquecen con el trabajo de periodistas y creadores de contenido, los profesionales de la información ven reducidas sus oportunidades laborales y sus ingresos.

Esta situación no es solamente una cuestión gremial. Un periodismo precarizado pierde capacidad crítica, lo que debilita su rol como contralor del poder. 

De ahí la necesidad urgente de garantizar condiciones dignas que permitan ejercer el oficio con independencia. La solución no pasa solo por mejores paritarias, sino también por un nuevo esquema que distribuya de forma equitativa las ganancias generadas por la información en plataformas digitales.

Desinformación y plataformas: el nuevo campo de batalla

La desinformación se ha convertido en uno de los grandes flagelos de nuestro tiempo, alimentada por algoritmos que priorizan el sensacionalismo por sobre la verdad. Las plataformas digitales carecen de regulaciones claras, a la vez que eluden responsabilidades fiscales y sociales. Esta falta de regulación no solo genera una competencia desleal con los medios tradicionales, sino que también pone en jaque el derecho a una información fiable.

La experiencia brasileña, con la intervención judicial que obligó a X (antes Twitter) a retirar contenidos nocivos y declarar una sede en el país, demuestra que es posible regular a estos gigantes. 

En contraste, Argentina enfrenta una situación crítica bajo un gobierno que, lejos de defender el periodismo, lo considera un enemigo. Los ataques a la prensa y la ausencia de políticas para mitigar la violencia digital agravan el panorama.

Inteligencia Artificial: oportunidad o amenaza

La irrupción de la inteligencia artificial generativa plantea nuevos desafíos. Esta herramienta, capaz de producir contenido a gran escala, opera sobre la base de datos extraídos sin consentimiento claro y réplica sesgos inherentes a sus programadores. Sin una regulación adecuada, la IA podría consolidar monopolios de información y reducir aún más las oportunidades laborales para los periodistas.

Regular la inteligencia artificial es crucial para garantizar que esta tecnología sirva a la sociedad y no a intereses corporativos o autoritarios. Esto incluye la transparencia en los algoritmos, la responsabilidad por el contenido generado y la protección de los derechos laborales de quienes crean el insumo que alimenta estos instrumentos.

Brasil y la Unión Europea ofrecen ejemplos de cómo limitar el poder de las plataformas y combatir la desinformación. Estas iniciativas destacan la necesidad de exigir transparencia, moderación de contenidos y responsabilidad sobre la información difundida. 

En contraposición al discurso oficial que domina en Argentina, el gobierno del presidente brasileño Lula Da Silva tomó la delantera en la regulación de las plataformas digitales, protagonizando una experiencia de impacto internacional. El juez de la Corte Suprema de Brasil, Alexandre De Moraes, exigió a la red social X, propiedad de Elon Musk, que establezca una sede oficial en el país y elimine cuentas comprobadas de difundir fake news, generar desinformación y fomentar discursos de odio. Ante el incumplimiento inicial, el magistrado optó por bloquear la red social en todo el territorio nacional.

Tal decisión marcó un precedente internacional: Musk, tras resistir en un principio, se vio obligado a ceder, aceptar una multa y desactivar los perfiles denunciados. La medida evidenció las capacidades de los estados para ejercer soberanía sobre las grandes plataformas digitales, al tiempo que subrayó la necesidad de regulación efectiva frente a los desafíos que estas corporaciones plantean en el ámbito de la información y la convivencia democrática.

Si las plataformas lucran con contenidos periodísticos, los trabajadores de prensa deben tener un esquema de participación en esas ganancias. Este modelo podría replicar iniciativas como el código de negociación adoptado en Australia, que obliga a gigantes como Google y Meta a negociar con los medios.

Un llamado a la acción

La información veraz y plural es un derecho fundamental. Es necesario revalorizar los medios públicos, fomentar el periodismo autogestivo y garantizar condiciones laborales dignas que protejan a los profesionales de la comunicación. El rol del periodismo está en juego, y con él, el derecho a la información. 

La crisis actual exige acción conjunta entre gobiernos, organizaciones locales e internacionales, trabajadores y la sociedad en su conjunto. El debate enfrenta tres ejes fundamentales; cómo garantizar condiciones laborales dignas para periodistas; qué mecanismos implementar para regular a las plataformas digitales; y cómo abordar los desafíos éticos y sociales de la inteligencia artificial.

Es hora de actuar colectivamente para proteger la democracia y el acceso a la verdad. La defensa del periodismo no es solo una lucha gremial, es una batalla por el futuro de una sociedad informada y equitativa. Sin periodismo, no hay democracia. Y sin democracia, no hay libertad.

 
*Autor del ebook “Unir la cadena. IA & comunicación política. Guía práctica para asesores”, LAMATRIZ, 2024.
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