El “carry trade” que impulsa el ministro de Economía Luis Caputo viene cosechando un gran éxito para atrasar la demanda de dólares, manteniendo a raya su cotización mientras se continúan adoptando los instrumentos financieros en pesos que abultan los activos en moneda local.
La bicicleta financiera hoy está del lado de la moneda nacional, con una tendencia a la baja de los dólares financieros y el paralelo que lleva meses, y tasas de interés en pesos que -a pesar de su drástica reducción- continúan resultando efectivas.
Mientras el dólar no de señales de alza, los importadores mantienen sus posiciones y no se apuran a comprar moneda extranjera, retroalimentando este sistema de tensa calma en la cotización de la moneda estadounidense. Al respecto, la consultora Empiria calculó que, sólo en septiembre, se registró una reducción de la demanda de dólares de estos actores estimada en US$ 1.000 millones.
Al respecto, evalúan: “A pesar del acortamiento de plazos de pago (que permitía pronosticar una relación de hasta 125% en la relación importaciones pagadas/devengadas) y de la reducción parcial del impuesto PAIS, el ratio registrado en septiembre fue del 84%, frente a 103% de agosto y el menor desde junio”.
La conducta de muchos importadores responde al estímulo de mantenerse posicionados en tasa mientras el dólar continúa bajando, y patear lo más posible el cumplimiento de los compromisos comerciales en moneda extranjera. Otros, importan a través del Contado Con Liquidación (CCL), que ostenta una menor brecha; y otros tantos aún tienen restricciones para acceder al mercado oficial por haber migrado del CCL al Mercado Único y Libre de Cambios (MULC).
Mientras tanto, del otro lado del mostrador se observa un fenómeno inverso: la apreciación del peso contra los dólares financieros provoca el apuro de los exportadores a liquidar sus dólares lo antes posible para que su capital no se vea licuado; al tiempo que colocan los pesos en posiciones con tasas competitivas.
Por el momento, el escenario parece configurar un círculo virtuoso de demanda de pesos en detrimento de la moneda extranjera, brindando al Banco Central una gran oportunidad para aumentar reservas y mantener planchadas las cotizaciones del dólar. Pero la situación puede ser un arma de doble filo, si se quiebra la confianza y los mercados salen repentinamente a capitalizar el “carry trade” en dolares.
La consultora agregó que “las cifras preliminares de CIARA indican una liquidación cercana a los USD 2.260 millones, un 36% superior al promedio histórico para un mes de octubre. Equivale a casi USD 600 millones adicionales, que brindan un alivio significativo al BCRA y a los mercados alternativos, dado el blend”.
Aunque nadie tiene la certeza de cuánto puede prolongarse esta tendencia, no parece haber a la brevedad señales de que las estrategias de las empresas se modifiquen.
Entretanto, el Gobierno infla el pecho con las balances comerciales favorables que viene logrando. En octubre, según informó el INDEC, el superávit fue de casi US$ 900 millones, inusualmente elevado para la época.
También se encuentra entre las variables para explicar la oferta de dólares el éxito del blanqueo de bienes y capitales, que ingresó al mercado local depósitos bancarios por US$ 15.000 millones, casi la mitad de los niveles totales de depósitos alcanzados: US$ 35.000 millones.
Esto impacta elevando las reservas netas del BCRA a medida que estas divisas se prestan a través de préstamos comerciales o suscripciones de ON de empresas; ya que la gran mayoría de las compañías que reciben estas divisas recurren al mercado oficial para cambiar por pesos y aplicarlos al negocio.
De esta manera el Central continúa con una vertiginosa racha compradora de dólares, y este miércoles alcanzó el mayor nivel de reservas desde que inició la gestión de Javier Milei. La entidad alcanzó en el mes de noviembre un saldo positivo de USD 1.268 millones por la intervención cambiaria, un resultado destacable contemplando la estacionalidad del comercio exterior en el último trimestre del año.
Uno de los datos más relevantes del movimiento cambiario lo marcó el crecimiento de USD 213 millones en las reservas internacionales brutas, que traparon a los USD 30.495 millones, el monto más elevado desde los USD 30.784 millones del 29 de junio de 2023. Se logró gracias a las compras oficiales por USD 135 millones efectuadas el martes.