Todo el tiempo se habla de la soja por el volumen de divisas que ingresan al país tras la exportación de sus granos, harinas y aceites, así como se pone el foco en el trigo por su incidencia en la disponibilidad de harina para el mercado interno y del maíz como insumo para la alimentación animal local y del exterior.
Pero poco se comenta del girasol, una oleaginosa muy relevante no sólo para abastecer del aceite vegetal más consumido por los argentinos, sino porque su enorme área sembrada permite exportarlo a granel, así como a otros subproductos derivados de la semilla, como la harina.
Aunque no de forma regular, ya se pueden empezar a ver las puntas FOB (precio con flete) demandadas y ofrecidas para el aceite de girasol argentino 2024/25, las que promedian los US$1.180 por tonelada, según el último informe de la Bolsa de Comercio de Rosario.
Esta situación explica en parte el salto de los compromisos por mercadería nueva, y la anotación de girasol nuevo durante octubre fue el tercer volumen más alto en 20 años. A la primera semana de noviembre ya se habrían comprometido 401.000 toneladas de girasol de la actual campaña, el volumen más alto en tres años.
Así, el ritmo de operatoria para la próxima cosecha se sumó a los contratos por la mercadería ya en stock, dejando un volumen operado en octubre muy por encima de cualquier mes del año hasta enero.
El estrés de oferta proyectado para la campaña mundial 2024/25 dio impulso a los precios y por eso los productores locales de la segunda oleaginosa en importancia para el país, que terminan el año con un récord de exportaciones de aceite de girasol y subproductos inédita en 18 años, vuelven a apostar fuerte en la actual siembra.
A partir del segundo trimestre de este año, las cotizaciones internacionales de aceites vegetales empezaron a intensificar su tendencia alcista, hasta alcanzar los valores más altos en un año y medio.
El escenario mundial de estos productos agroindustriales presenta una dicotomía muy marcada, entre una reducción de oferta de girasol, colza y palma, y un récord de suministros de soja.
La producción de girasol a nivel mundial retrocederá casi 10% en la presente campaña, con Rusia y Ucrania como mayores responsables de los recortes de la oferta. Estos países representan, además, el 70% de las exportaciones mundiales de aceite de girasol.
Por el lado de la soja, aunque las perspectivas productivas presentan niveles récord para la 2024/25, la comercialización de aceite de soja mantiene una dinámica distinta entre los principales exportadores.
La Argentina encabeza la lista de principal exportador mundial de aceite de soja, y gran parte de su elaboración tiene como destino el mercado externo. Sin embargo, tanto en Brasil como Estados Unidos el aceite de soja es altamente disputado también por el mercado interno, para la elaboración de biocombustibles (más allá del consumo de aceite vegetal).
Por lo tanto, el saldo exportable de aceite de soja es especialmente sensible a los cambios en las reglamentaciones locales de mezcla de biodiesel sobre la matriz energética de cada región, aclaran desde la BCR.
En este contexto, Oil World proyecta que para la campaña 2024/25 las exportaciones de aceites vegetales llegarían a un mínimo de tres años, cayendo en 1,3 Mt respecto a la campaña pasada, principalmente explicado por el retroceso productivo en la región del Mar Negro.
Esta situación se ha trasladado al precio de los aceites vegetales, que cotizan muy por encima de los valores vigentes a comienzos de año. Esta coyuntura puede verse reflejada en las cotizaciones FOB de aceite de girasol argentino, que acumula un aumento de 45% desde comienzos del año y toca máximos desde febrero del 2023.
Así, hoy una tonelada FOB de aceite de girasol cotiza en torno a US$1.140, cuando recién en mayo de 2024 se llegó a perforar el techo de los US$900 por unidad de peso.
La dinámica del mercado externo sobre el aceite de girasol ha estado condicionando la dirección de la oferta local, aunque la elaboración industrial de aceites y subproductos no se muestra muy alejada de guarismos normales.
En este sentido, en lo que va de la última campaña se procesaron 3,2 millones de toneladas de girasol en la industria local, ligeramente por encima del promedio del último quinquenio.
Al mismo tiempo, la dinámica macroeconómica local y la escalada en los precios internacionales se conjugaron para redireccionar la oferta de derivados de girasol hacia el resto del mundo.
Desde enero a octubre se exportó el 70% de la producción desde plantas industriales de subproductos y aceite de girasol, esto es un 13% por encima del promedio y la proporción más alta desde el año 2006 para la misma altura del año.
De este modo, entre 989.000 toneladas de aceite y 961.800 toneladas de subproductos (harinas, pellets), la exportación de los principales ítems del complejo girasolero hasta octubre llegó a máximos de casi dos décadas, y apenas 80.000 toneladas menos que durante la campaña récord de 2005/06.
En línea con lo anterior, el volumen registrado por Declaraciones Juradas de Ventas al Exterior (DJVE) a la segunda semana de noviembre acumula 1 millón de toneladas de aceite y 1,1 Mt de subproductos, sumando un récord de negocios de exportación.
La fortaleza del Programa de Incremento Exportador (PIE) le ha aportado vigor a la demanda por girasol sobre el mercado local y ha sostenido la operatoria, aunque en el cuadro general las compras domésticas aparecen rezagadas con relación a la oferta disponible.
A la primera semana de noviembre, las compras totales de la oleaginosa en el mercado interno llegaban a 2,6 Mt, lo que representaría el 70% de la producción estimada para este año (3,7 Mt). Y si bien es una proporción cercana al último trienio, corre 11% por detrás del promedio para la última década, concluyen desde la entidad rosarina.
En este marco, y a consecuencia de las recientes lluvias y la mejora en la rentabilidad de este cultivo, la semana pasada la Bolsa de Cereales porteña aumentó en 50.000 hectáreas la intención de siembra de girasol, de manera que el área total nacional alcanzaría a las 2 millones de hectáreas y la producción del grano ascendería a 4,1 millones de toneladas.
La participación argentina en el comercio mundial de aceite de girasol subiría del 6,3 al 7,5%, con ventas de 900.000 toneladas de aceite crudo, según el Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA). Sin embargo, al 6 de noviembre último las DJVE de aceite ya superan el millón de toneladas.
Sobre las dos principales competidoras de la Argentina, según el USDA la participación exportadora de Ucrania bajaría hasta el 40,1% y la de Rusia crecería hasta el 32,8 %. De tal modo, el comercio mundial de este producto disminuiría un 23% (3,1 millones de toneladas).