Por: J.NyE
Mauricio Macri ya lo decidió: medirá hasta el último minuto a Javier Milei hasta el cierre de listas de las elecciones legislativas de 2025, a la espera de que el PRO tenga un lugar privilegiado en una eventual alianza con La Libertad Avanza en las 24 provincias. La moneda de cambio del ex presidente será el Congreso, donde tiene los votos suficientes para ayudar al Gobierno a reunir un tercio y blindar vetos presidenciales.
Macri demostró esa fuerza para proteger la eliminación de la reforma previsional y la ley de presupuesto universitario. Milei lo necesita, en marzo, para dar de baja la eventual sanción de una ley para regular el uso de los decretos de necesidad y urgencia, que este martes se tratará en Diputados. Este debate le permite al titular del PRO empezar a medir fuerzas. Es por eso que cuando se reunió con su bloque de Diputados, presidido por Cristian Ritondo, los instruyó a mostrarse prescindentes.
El PRO no se pronunció aún sobre el uso de los DNU y tampoco firmó alguno de los dictámenes. LLA se quedó sólo en el rechazo. Milei se mantiene expectante. Como el aporte de Macri no será decisivo -su apoyo clave es al momento de tratar un veto- no lo mandó a llamar por Santiago Caputo, como hizo cuando los amarillos no sentaban postura sobre el presupuesto universitario.
Macri juega con los tiempos. Sabe que difícilmente la reforma de los DNU se trate este año en el Senado y, de haber una sanción, el veto llegaría en marzo, cuando falten dos meses para el cierre de alianzas y la presentación de listas, que se anticipará a lo habitual por la implementación de la boleta única. Es por eso que el martes, lo más probable, es que el bloque presidido por Cristian Ritondo se reparta entre ausencias y abstenciones. Será una forma de sostener un arma de negociación electoral con Milei.
Una de las exigencias de Macri es que el Presidente haga pública su alianza con el PRO, con presentación oficial, foto y pliego de condiciones a respetar. Sólo así le garantiza su ayuda legislativa sin límites. Karina Milei es uno de los obstáculos. No acepta pactos explícitos y, aclara, de ocurrir, en ningún caso cederá la lapicera de La Libertad Avanza, el sello que formó para competir en 2025 y del que se será apoderada exclusiva. Ya tiene personería en 14 provincias, que empezaron a recorrer en septiembre y continuarán hasta diciembre.
En cada vista, Karina, junto a Martín Menem, nombran a las figuras locales de LLA como referentes para el armado de listas: el PRO no está presente, ni como invitado, por lo que Macri debería pedirle permiso a la hermana del presidente para ubicar a su gente. No es su idea pero no parece tener otra alternativa, a no ser que quiera jugar solo.
La figura clave para acercar posiciones es el diputado Cristian Ritondo, jefe del PRO y nombrado por Macri como enlace con el Gobierno, por la sencilla razón de que habla con Milei desde antes de que fuera presidente.
Además, Ritondo preside el partido amarillo en la provincia de Buenos Aires, la elección principal en cada cita legislativa, donde sin una alianza de la oposición local Milei no podrá festrejar una victoria contra a Unión por la Patria, referenciado en el gobernador Axel Kicillof. No pudo ni siquiera ganar en ese distrito durante el ballotage, su momento de auge.
Menem es el más interesado en anunciar al menos un acuerdo bonaerense, pero a la resistencia de Karina se suma la de Santiago Caputo, el asesor estrella de Milei, un ex asesor de Jaime Durán Barba que como tal copia sus métodos.
El ecuatoriano siempre pidió no ensuciar la identidad de un espacio nuevo con fotos del pasado y aplicaba esa premisa para impedir que Macri se fotografiara con peronistas que se enfrentaban a Cristina Kirchner. Caputo la implementa en contra del exjefe de Gobierno, que no puede dejar de mascullar bronca contra el sobrino del ministro de Economía.
La tensión Macri-Milei sumó otro capítulo: el ministro de Justicia Mariano Cúneo Libarona no incluyó al PRO en la negociación de los 150 pliegos judiciales que enviará al Senado para cubrir vacantes en la justicia federal. Se trata de cargos sensibles, como dos juzgados vacantes en Comodoro Py, los Tribunales que tratan casos de corrupción. La omisión no fue casual y es parte de una negociación en la justicia que lleva adelante Caputo con el segundo de Cúneo Libarana, Sebastián Amerio, en la que buscan dejar fuera a Macri.
No le consultaron su opinión sobre los candidatos a integrar la Corte Suprema, Ariel Lijo y Manuel García-Mansilla. Sus pliegos aún no fueron dictaminados y los cargos en los fueros federales serán prenda de negociación. Con 7 senadores, Macri no tiene cómo hacerse valer.
Envió un mensaje que tal vez Milei no supo ver: habilitó que dos figuras cercanas a Horacio Rodríguez Larreta integren la comisión bicameral mixta revisora de cuentas, encargada de revisar los gastos del Gobierno. La senadora Guadalupe Tagliaferri y el diputado Álvaro González. Están dispuestos a revisar los gastos de cada área sensible de la Rosada, como la secretaría general, que lidera Karina Milei. Macri no se opuso. Será otra de sus armas para negociar.