Metrogas, la mayor distribuidora de gas natural del país, no estaba entre las empresas sujetas a privatización por el Gobierno, pero la operación de venta puede llevarse a cabo porque el 70% de su paquete accionario no está en propiedad del Estado sino de la petrolera con mayoría estatal YPF.
Por eso es que el Poder Ejecutivo no tuvo que incluirla en la ley ómnibus aprobada por el Congreso nacional, ni la compañía de hidrocarburos esperar la aprobación del Parlamento para hacer uso de su posibilidad de desprenderse de su participación mayoritaria de acciones en la empresa de servicios que tiene 2,4 millones de clientes en el AMBA.
“Yo no podía vender Metrogas a 2.500 puntos de riesgo país. A 900, sí. No era el momento para hacerlo al inicio de la gestión. Estábamos defendiendo el patrimonio de YPF. Ahora, creo que sí es el momento. La vendemos y agarramos la plata y la ponemos en Vaca Muerta”, declaró el presidente y CEO de la petrolera Horacio Marín la semana pasada en el almuerzo del Consejo Interamericano del Comercio y la Producción.
La nueva conducción de la compañía energética de mayoría estatal busca concentrarse en su negocio principal, que hoy es la explotación de recursos no convencionales y las energías renovables. Por eso se desprendió en los últimos meses de decenas de pozos convencionales maduros, que están en declino o requieren mucha inversión para la extracción, y ahora avanza con la venta de otros activos no estratégicos.
Como dijo el ejecutivo, la idea es aprovechar la mejora en la medición del riesgo crediticio de la Argentina lograda por estos días, pero además la otorgada por la calificadora internacional Moody’s a Metrogas luego de tres trimestres consecutivos de números positivos.
Como la distribuidora logró bajar sus niveles de deuda, y además el Gobierno le otorgó solvencia con los reiterados y crecientes aumentos en las tarifas, ahora está en mejores condiciones para salir al mercado en busca de compradores para la mayoría de su paquete accionario en manos de YPF, que según su CEO no estaba autorizada a tener una distribuidora (Ley 24076 ).
Pero desde adentro de la petrolera argentina saben que, a pesar de la oportunidad del RIGI para los potenciales compradores y del paso de la calificación BBB a A otorgada por la calificadora, encontrar un valor de mercado atractivo no será tarea fácil, ni disponibilidad de fuentes de financiamiento acordes para el o los inversores. Por eso aún no designaron un banco ni un cronograma para el proceso de venta.
Además, es incierto aún el horizonte de incremento de tarifas a futuro, lo que para la adquirente sería prioritario tener en claro antes de dar el paso de tomar la empresa. Si bien el espíritu desregulador del Gobierno quedó demostrado este año, la potencial afectación en el índice de inflación ha traído marchas y contramarchas en los anuncios mensuales.
El Ente Nacional Regulador del Gas tiene que convocar a la Revisión Quinquenal Tarifaria para definir cuál será el sendero de inversiones y de tarifas que realizarán las empresas a lo largo de los próximos cinco años, incluída Metrogas. Pero el reciente cambio de autoridades en la Secretaría de Energía está retrasando la implementación de este proceso.
Una vez dado este paso, la adecuación programada de las tarifas aseguraría la previsibilidad en el flujo de efectivo de las compañías del sector y de su capacidad para recuperar costos. En el mercado local se advierte que este paso es condición necesaria pero no suficientes para que YPF consiga un valor atractivo para operación de venta.
Tras una fuerte suba en el valor de Metrogas en el panel líder de la Bolsa de Comercio porteña, la acción cerró a $1.490 en la última ronda y su capitalización bursátil alcanzó a $847.810 millones. Con el 70% de sus acciones, la participación de YPF valdría alrededor de US$494 millones al dólar blue.
El resto de las acciones circulantes clase B pertenece a Integra Gas Distribution LLC, una sociedad off shore que preside José Luis Manzano, en un 9,23%; el Fondo de Garantía de Sustentabilidad de la Anses tiene un 8,13%; y el restante 12,64% flota en el mercado a través de Bolsas y Mercados Argentinos.
Estos porcentajes están reflejados por la empresa en su página web corporativa, donde se indica que de los más de 569 millones de acciones, el 100% de las clase A y el 38,78% de las clase B se encuentran en propiedad de YPF, lo que eleva su participación en circulantes al 70% del total.
La historia del cambio de manos del paquete accionario Metrogas tiene un antecedente hace más de una década. El 29 de noviembre de 2012 YPF ya nacionalizada informó que hizo uso de la opción para adquirir el 54,67% de las acciones de Gas Argentino (GASA) a la empresa British Gas (BG), quedando así como accionista principal y controlante, de manera indirecta, con un 70% de participación de la principal distribuidora de gas del país.
Durante el gobierno de Cristina Kirchner, y para mantener las sensibles tarifas de la empresa bajo control, esa decisión de YPF tenía como objetivo hacer una empresa más eficiente y rentable, asumiendo por primera vez la gestión de una de las compañías de distribución de gas más atractivas de América latina, con más de 2 millones de clientes.
“Metrogas es una empresa fundamental para la matriz energética del país, y el trabajo conjunto entre YPF y el Estado nacional permitirá recuperar su valor, la eficiencia y el buen desempeño en el mercado en el que se desarrolla”, fundamentaban en un comunicado.
En más de una década la distribuidora atravesó distintas situaciones, como la mayoría de las empresas de servicios públicos pero ahora, desde la petrolera y con el aval del Gobierno nacional, el Estado se retira y pone a disposición de los privados, locales y extranjeros, el reingreso a este mercado local de escala.