El gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof, protagonizó un masivo acto el 17 de octubre, en el Día de la Lealtad Peronista, en la emblemática ciudad de Berisso, cuna del peronismo.
En este contexto, Kicillof convocó a gremios, sindicatos, funcionarios, movimientos sociales y vecinos, para reafirmar su compromiso con los principios del peronismo. Sin embargo, habilmente evitó inmiscuirse en la interna del Partido Justicialista (PJ), dejando claro que sus prioridades son otras.
El evento, que reunió a cerca de 30 mil personas según los organizadores, fue un despliegue de fuerza política, pero también un reflejo del perfil que Kicillof está construyendo de cara al futuro. Si bien las expectativas giraban en torno a si se alinearía con alguno de los candidatos en la disputa interna del PJ, el gobernador optó por desmarcarse, enfocándose en la unidad del peronismo sin comprometerse con ninguna facción.
"Los mejores días siempre fueron con Cristina y los días mejores que se vienen tienen que estar en el futuro", afirmó Kicillof, en lo que pareció un guiño a la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner, pero sin adentrarse en las pugnas internas. En este sentido, su discurso se centró en la crítica al gobierno de Javier Milei, a quien señaló como el verdadero adversario político. "La única pelea que me interesa es contra las políticas de Milei", dijo, eligiendo polarizar el debate con el actual presidente y alejándose de cualquier controversia en torno a la presidencia del PJ.
Hoy conmemoramos muchas cosas. La historia que comenzó acá, continúa. Pero no estamos solamente para recordar el pasado, estamos para seguir escribiendo una historia de solidaridad, guiados por las tres banderas del peronismo de soberanía política, independencia económica y… pic.twitter.com/yPH3X5aMoD
— Axel Kicillof (@Kicillofok) October 17, 2024
A pesar de los intentos de algunos sectores de generar roces, Kicillof se mostró cauteloso, dejando entrever una estrategia a largo plazo: evitar el desgaste de las disputas internas para concentrarse en su proyección política hacia 2027. El acto en Berisso, además de ser un homenaje al origen del movimiento peronista, también fue una prueba para medir su liderazgo y su capacidad de movilización de cara a las futuras elecciones.
Lejos de quedarse en un mero recuerdo del pasado, el gobernador planteó la necesidad de "escribir el futuro", guiado por las tres banderas históricas del peronismo: soberanía política, independencia económica y justicia social. Con su discurso, Kicillof dejó en claro que busca posicionarse como la alternativa real al oficialismo, evitando distracciones innecesarias y apostando a una campaña que, aunque aún lejana, ya ha comenzado a gestarse.