Macri cedió a la presión de Milei, pero se niega a ser furgón de cola - Política y Medios
11-12-2024 - Edición Nº6158

LA INTERNA, DESDE ADENTRO

Macri cedió a la presión de Milei, pero se niega a ser furgón de cola

Convertido en el político que hace una década parecía no querer ser, Macri hizo su juego: sembró intriga sobre una posible traición y, en ese tiempo, exhibió el poder que conserva en el Congreso y que Milei necesita para sancionar leyes y, sobre todo, para vetar las sancionadas por acuerdo del resto de la oposición.

Por: J.NyE

 

Mauricio Macri colaboró con Javier Milei y aportó los votos de sus diputados que permitieron aceptar el veto a la ley de financiamiento universitario, luego de una semana de nervios en la Casa Rosada porque el ex presidente no aportaba definiciones y dejaba abierta la puerta a una derrota del oficialismo. 

Convertido en el político que hace una década parecía no querer ser, Macri hizo su juego: sembró intriga sobre una posible traición y, en ese tiempo, exhibió el poder que conserva en el Congreso y que Milei necesita para sancionar leyes y, sobre todo, para vetar las sancionadas por acuerdo del resto de la oposición.

El titular del PRO mostró un control del bloque a mano de hierro, un poder que ningún dirigente puede exhibir. Al menos 30 de los 38 diputados de su fuerza esperaron su definición para pronunciarse sobre el veto de Milie a la ley que aumentaba el presupuesto para gastos de funcionamiento y salarios en las universidades. 

Hubo presión desde las universidades a diputados del PRO, que aún así no se atrevieron a desafiar a Macri. Las excepciones fueron Álvaro González y Héctor Baldassi, influenciados por Horacio Rodríguez Larreta. Patricia Bullrich quedó debilitada: mostró que no controla más que un puñado de votos y no le atiende el teléfono el jefe de la bancada, Cristian Ritondo.

La disputa entre Macri y Bullrich había tenido un capítulo que involucró a Milei: en una reunión de la mesa legislativa que se realiza cada lunes en la Casa Rosada, Ritondo le reprochó a los funcionarios enviados por el Presidente las acusaciones de la ministra de Seguridad sobre un supuesto acuerdo entre PRO y el kirchnerismo en la Legislatura porteña, para votar el Código de Ordenamiento de la Ciudad. 

El ministro de Modernización, Federico Sturzenegger, y el viceministro del Interior, Lisandro Catalán, fueron las víctimas de los gritos del jefe del bloque PRO de la Cámara baja. El episodio fue la antesala de la negociación por el veto a la ley de presupuesto universitario. No iba a ser  un escenario fácil.

Macri dejó correr la versión de que no aportaría los votos necesarios y Milei no tuvo otra opción que ir al pie. Santiago Caputo fue el encargado de pedir una reunión con el titular del PRO para pedir clemencia. El Presidente preservó de esa tarea a su hermana, Karina, quien tiene la tarea de negociar con el expresidente por la negociación electoral de 2025. 

El joven Caputo es el funcionario -aunque sin cargo- que irrita a Macri porque es quien le pide a Milei no tener en cuenta al PRO para tomar decisiones. Encuestas en mano, el consultor estrella del Presidente advierte que el partido amarillo está en plena extinsión y lo mejor es aportar a la muerte lenta para heredar su electorado. 

Por caso, Macri está obsesionado en copar lugares en el Gabinete e influir en el control de áreas estratégicas, como el transporte. Caputo no acepta ni una conversación sobre un posible desembarco del PRO en el Gobierno. Cree que puede ser una mancha para Milei de la que no pueda limpiarse.

El consultor trató de acorralar al PRO con un comunicado posterior a la marcha universitaria: desde la cuenta de la oficina de la presidencia se dijo, palabras más palabras menos, que quien se asocie a este reclamo sería de izquierda. 

Macri no podía pisar esa trampa, pero tampoco se la hizo fácil a Milei. En un documento del Consejo del PRO, que controla a mano de hierro, se anunció el apoyo al veto a la ley de financiamiento a las casas de altos estudios, pero con condiciones. 

Se le exigió a Milei mejorar la oferta salarial, y llevar a cabo las auditorías en las universidades que tanto reclama, con la tarea de la Sindicatura General de la Nación (SIGEN) y la agilización de los trámites para activar la Auditoría General de la Nación. Traducido: menos protesta y más gestión.

El Presidente aceptó subir los salarios mínimos en las universidades y se llevó el resto de la tarea. Sabe que no será fácil dejar contento a Macri para armar un frente electoral que compita en 2025, pero imagina que el ex titular de Boca tampoco tiene con qué amenazar. Esa es la guerra fría, que de vez en cuando sube la temperatura. 

Milei propone un frente en la provincia de Buenos Aires que no deje fuera a ninguna fuerza no kirchnerista: radicales y peronistas díscolos están invitados. Macri puede tener una porción menor: supo que Karina MIlei quiere ofrecerle desde el décimo lugar de la lista de diputados y lugares sueltos en las provincias.  

Como mínimo, Macri pedirá acaparar las listas de la Legislatura bonaerense y de municipios que gobiernan, donde identificaron a concejales electos por la Libertad Avanza que juegan a opositores rabiosos. 

En el resto de las provincias, Macri pidió a los suyos unirse para exigir lugares de privilegio para cerrar con La Libertad Avanza. No será fácil: Milei mide mejor que el PRO en cualquier distrito, aún sin candidatos fuertes. El libertario quiere a los amarillos de socios, pero desde atrás, donde a Macri no le gustó estar nunca. Se resiste a que sea la única opción. 

OPINÁ, DEJÁ TU COMENTARIO:

NEWSLETTER

Suscribite a nuestro boletín de noticias