
Luego de que la dos veces ex presidenta y una vez ex vicepresidenta de la Nación, Cristina Fernández de Kirchner, anunciara su candidatura para presidir el Partido Justicialista nacional en medio de una hora de incertidumbres para el peronismo, las aguas dentro del movimiento no tardaron en agitarse.
Luego de un operativo clamor que se fue cimentando desde las bases de La Cámpora, con la reaparición del diputado Máximo Kirchner en La Plata desafiando el liderazgo del gobernador Axel Kicillof, la ex mandataria -que resolviera la fórmula presidencial junto a Alberto Fernández en 2019- decidió retornar a la escena política de calibre postulandose para comandar al justicialismo.
En este contexto, el gobernador de La Rioja, Ricardo Quintela, que venía perfilándose como un candidato potable, recogió el guante y anticipó que no se arrodillará ante 'la jefa', y que sus intenciones de liderar el peronismo siguen intactas.
"También quiero debatir en unidad", escribió el titular del PJ riojano en un mensaje más conciliador que beligerante, publicado en sus redes sociales, donde añadió: "Creo, igual que Cristina, que acá no sobra nadie y también mi proyecto es el de conducir un proceso de unidad, con todos adentro. Le creo a Cristina y por supuesto creo en mis propias convicciones".
Al respecto concluyó su conciso comunicado diciendole "a todos los compañeros y compañeras del Partido Justicialista de las provincias que me hacen llegar sus mensajes: yo sigo adelante y seguiré reuniéndome cara a cara con ustedes en cada rincón del país".
Como representante del peronismo del interior, Quintela deberá intentar acumular el mayor poder de los referentes provinciales, que vienen denunciando desde hace años el escaso federalismo dentro de uno de los dos partidos más masivos del país; cuyos liderazgos en las provincias han dotando al movimiento de fuerza históricamente.
En el medio, quedará Axel Kicillof. El referente del peronismo con la gestión más relevante, reelecto al frente de la provincia más compleja del país contra las tendencias nacionales y provinciales, podría ser clave en su apoyo a alguna de las partes.
A pesar de ser un 'hijo' político del kirchnerismo, el economista fue gestando su propia trayectoria y su reputación autónoma, dando la prueba más cabal -como se mencionó- en las últimas elecciones.
Sin embargo, se enfrenta a una disyuntiva sin salida fácil: el retorno de Cristina a la escena del peronismo tiene a todas luces la explicación de que el liderazgo no fue heredado por una figura sobre la cual ella tuviera particular ascendencia.
La incapacidad de Máximo de constituir un liderazgo por fuera de las filas camporistas se conjuga con el enfrentamiento del gobernador bonaerense con la organización kirchnerista por definición -que, amparada en su fuerte presencia territorial, siempre reclama una parte de la torta- precipitaron a la histórica conductora del peronismo a restaurar el orden kirchnerista al interior del movimiento.
El viejo chispazo de Kicillof en campaña presidencial llamando a "componer una nueva canción" y no aferrarse a los momentos gloriosos del pasado, al cual Máximo respondió que no se dedicaba a la música; fue sólo el inicio de una serie de hostilidades dialécticas y políticas entre el camporismo y el incipiente kicillofismo.
Si a la vista de los hechos, la decisión parece fácil, del otro lado de la balanza se encuentra el implacable peso de Cristina Fernández de Kirchner tanto dentro del peronismo como hacia la sociedad civil.
'La jefa' ha vencido una y otra vez en cada ocasión que se ofreció como alternativa y, a pesar de su gran influencia en las decisiones de las elecciones que el peronismo perdió, jamás formó parte de una fórmula perdedora. El gobernador bonaerense deberá mover sus piezas con precisión quirúrgica.
Otra de las repercusiones que llamó la atención sobre la candidatura de Cristina fue la de Florencio Randazzo. Un viejo conocido que reversionó un longevo despecho originado en la decisión de la entonces presidenta de apartarlo de su candidatura presidencial en 2015 para encolumnar el apoyo del peronismo detrás de la candidatura del hoy funcionario de Javier Milei, Daniel Scioli
El diputado nacional y ex ministro del Interior anunció su renuncia al PJ, con fuertes críticas a la ex presidenta.
"Sin el más mínimo pudor, sin autocrítica, con absoluta hipocresía y memoria selectiva, la vicepresidenta de Alberto Fernández, y jefa del peor gobierno desde el retorno de la Democracia, ahora será presidenta del Partido Justicialista Nacional", sostuvo Randazzo.
En sus redes sociales, el ex funcionario nacional expresó: "Muchos peronistas en todo el país no estamos dispuestos ser parte de una monarquía. En eso pretenden convertir al PJ. Les falta poco para terminar de destruirlo, como ya lo hicieron con la Argentina".
"En mi caso, no voy a participar de ese juego que sólo beneficia al actual gobierno. Les dejo mi renuncia, sin mandarla a que nadie se la meta en ningún lado. Solo pretendo que sirva como señal de coherencia y dignidad. Seguiremos ejerciendo el peronismo desde la acción. Quédense con los cargos", sentenció Randazzo.