Boleta única de papel: avance o retroceso en la democracia argentina - Política y Medios
22-05-2025 - Edición Nº6320

OPINIÓN

Boleta única de papel: avance o retroceso en la democracia argentina

En esta nota se exploran los argumentos a favor y en contra de la BUP, así como los ejemplos de países que ya han implementado este sistema en sus procesos electorales y lo que la democracia argentina puede aprender de tales experiencias.

Por: Mg. Lautaro González Amato

 

El Congreso argentino aprobó esta semana una reforma histórica que modifica la manera en que se votará en las futuras elecciones: la implementación de la Boleta Única de Papel (BUP). Este cambio estructural, que afectará tanto a los comicios legislativos de 2025 como a la elección presidencial de 2027, se instaló de lleno en la agenda pública.

El proyecto había sido aprobado en junio de 2022 por la Cámara de Diputados, impulsado por bloques opositores. Durante el receso invernal, la UCR recogió el guante y reactivó el tema para que se convirtiera en ley, ya que el Senado había aprobado el proyecto en septiembre pasado con modificaciones. Por eso debió volver a la Cámara baja, y si bien la normativa definitiva obtuvo el voto afirmativo de 143 diputados, contó con 87 votos en contra y 5 abstenciones. El resultado muestra una clara división en el tema.

Los espacios políticos que apoyaron la medida fueron La Libertad Avanza, el PRO, la Unión Cívica Radical, la Coalición Cívica, Encuentro Federal e Innovación Federal. El kirchnerismo, que ya se había opuesto en 2016 y 2022, votó en contra, mientras que la izquierda se abstuvo. En esta revisión de la Cámara baja no se reincorporó la opción del casillero de la lista completa, como preveía el proyecto original.

En esta nota exploraremos, entonces, los argumentos a favor y en contra de la BUP, así como los ejemplos de países que ya han implementado este sistema en sus procesos electorales y lo que la democracia argentina puede aprender de tales experiencias.

Cómo se implementará

La BUP debe contener nombre de la agrupación política, categoría de cargos a elegir, nombre de los candidatos y foto según cada categoría, y un casillero en blanco junto a cada tramo de cargo para poder votar por cada una de las categorías, entre otros requisitos.

Si el partido político o alianza no participara en alguna de las categorías de cargos a elegir, en el espacio correspondiente se incluiría la inscripción “no presenta candidato”.

En cuanto a las listas completas de candidatas y candidatos con sus respectivos suplentes, deben ser publicadas en afiches o carteles de exhibición obligatoria de manera clara y visible en cada cabina de votación, cuarto oscuro, centro de votación o cualquier otro espacio destinado a tal fin.

Además, la BUP será impresa en una cantidad igual al número de electores correspondientes al padrón electoral, más un 5 por ciento adicional para reposición en caso de contingencias.

Ventajas de la BUP

El nuevo sistema garantiza la igualdad de oferta electoral, ya que asegura que todos los partidos políticos tengan la misma visibilidad en el cuarto oscuro. A diferencia del sistema tradicional, donde algunas boletas podían ser ocultadas o robadas, esta nueva modalidad presenta todas las opciones de manera clara y uniforme. Esto no solo garantiza la equidad, sino que también fortalece la transparencia electoral.

Asimismo, evita el fraude, uno de los grandes problemas del sistema de boletas partidarias: su logística compleja, impresión y distribución. Con la BUP, el Estado imprime un solo pliego, lo que reduce significativamente los costos. Además, elimina el “incentivo” a crear partidos políticos para cobrar los fondos de la Dirección Nacional Electoral destinados a la impresión de boletas, que terminan siendo “partidos Pyme”, sin tracción de votos o que funcionan como “sellos de goma”.

Recordemos que en 2023 hubo 27 candidatos a presidente de Argentina en las Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias (PASO), de los cuales solo 5 terminaron compitiendo en las generales. En esas Primarias, cada precandidato que competía por la presidencia recibió 104 millones de pesos para imprimir sus boletas.

También pareciera ser una modalidad simple y de agilidad en el proceso electoral, porque al usar una única boleta, la votación se vuelve más sencilla para el ciudadano, que puede marcar su preferencia en una sola hoja. Esto no solo facilita la elección, sino que también puede acelerar el escrutinio y reducir la cantidad de votos nulos o impugnados.

“La BUP no resuelve todos los problemas que tiene el sistema electoral de nuestro país, pero sin dudas es un paso en la dirección correcta. Confiamos en lograr una reglamentación robusta que garantice una buena primera implementación en 2025”, esgrimen desde el Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento (CIPPEC), que impulsa desde hace 15 años que “la boleta única es mejor”.

Desventajas y desafíos de la BUP

La BUP puede llevar a confusión al votante. Aunque ofrece un diseño simple, los ciudadanos podrían encontrar dificultades para adaptarse a este nuevo formato, especialmente aquellos que están acostumbrados al sistema tradicional de boletas partidarias.

Países como Colombia, que han adoptado este sistema, enfrentaron problemas iniciales con votantes confundidos por el cambio de formato. La boleta electoral (llamada comúnmente “papeleta”) fue adoptada en 1991 con el nombre de “tarjetón”. La reforma obligó a la maquinaria territorial de cada partido a acomodar sus estrategias de campaña, aunque la adaptación no resultó sencilla. Para algunos espacios políticos que se apoyaron en una coordinación territorial no fue posible sostener ese trabajo debido a la adopción de un nuevo diseño de boleta electoral que puso fin a una forma de hacer campaña. Esto ocasionó también un debilitamiento del poder de liderazgo partidario.

Por eso la BUP contempla una pérdida del “efecto arrastre”, debido a que la eliminación del casillero de “lista completa” podría afectar negativamente a los partidos pequeños, provinciales, especialmente aquellos que no presentan candidatos en todas las categorías. Esto puede mermar el incentivo de los votantes a elegir listas completas de partidos y favorecer una votación más fragmentada.

Por otra parte, el proceso de marcar casilleros puede generar una mayor exposición a errores humanos involuntarios, lo que aumentaría la cantidad de votos nulos. Además, en países como Paraguay, donde la BUP ya se aplicó, se observó que algunos votantes no entendían correctamente cómo marcar sus preferencias.

Eduardo Valdés, diputado nacional del bloque Unión por la Patria, enfatizó que la BUP “cuesta el quíntuple de lo que cuesta el sistema actual” y defendió la boleta partidaria al asegurar que “es uno de los mejores sistemas que hay”. Además, reforzó lo que señala el ranking de The Economist en cuanto al deterioro de la calidad democrática de nuestro país, que en 2023 se resintió y continúa calificada como “defectuosa”.

Por su parte, el gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof, manifestó semanas atrás que el nuevo sistema con la BUP “sería impráctico, por no decir inaplicable”, y agregó que “si el año pasado (la boleta) medía un metro una sola, imaginate todas juntas”.

Mendoza como modelo

El Senado optó por el modelo mendocino por sobre el cordobés. Se priorizó que los cargos aparezcan sobre el margen izquierdo y de manera horizontal, y los partidos o alianzas, en filas verticales. Tanto Mendoza como Córdoba usan la BUP desde hace tiempo, y aunque está vigente en Santa Fe, es solo con una boleta única por separado para cada categoría.

Si bien el sistema se implementará solamente para cargos nacionales, convivirá con los distintos sistemas electorales locales en las provincias. De esta manera, cada distrito podrá mantener su actual sistema para la elección con la boleta partidaria de gobernadores, legisladores provinciales e intendentes, A la vez, deberá usar la boleta única de papel para elegir legisladores nacionales el año próximo y presidente en 2027.

Entonces, para las provincias que ya tengan contemplado el uso de la BUP en sus elecciones locales, así como la posibilidad de simultaneidad y concurrencia, la norma establece que deberá usarse en urnas y papeletas separadas.

Casos internacionales: lo que podemos aprender

En las elecciones australianas de 1858, el gobierno decidió modificar el modo de emitir el voto para que sea secreto y evitar así la manipulación electoral. De esta manera, nació “la boleta australiana” -actualmente conocida como Boleta Única-, por la cual el Estado se hizo responsable de la impresión y distribución de una única papeleta por votante.

México cuenta con la BUP. El consejero electoral del Instituto Nacional Electoral, Ciro Murayama Rendón, reveló que “hay criterios muy precisos establecidos para el diseño de las papeletas”, a la vez que destacó el trabajo de las medidas de seguridad para que las boletas oficiales no pudieran ser reproducidas ni robadas.

Venezuela y Brasil cuentan con Boleta Única, aunque de modo electrónico, no de papel, y apenas 16 países del mundo siguen sin incorporar el sistema. Uruguay no lo hace porque la sociedad todavía continúa confiando en su sistema electoral y   partidos, mientras que los casos más eficientes y exitosos son los de Chile y Costa Rica.También se utiliza en Paraguay, Colombia y Ecuador, mientras en México ya está totalmente aceptado.

“Hay una particularidad que tienen los sistema de Boleta Única en América Latina (como el de México, Chile, entre otros), y es que utilizan el sistema por categoría, y no única por sufragio, que es el modelo que se está proponiendo hoy como prioritario en la Argentina a nivel nacional”, aclaró la directora del Observatorio Político Electoral de la Universidad Nacional de Rosario, Lourdes Lodi.

“En Argentina podemos pensar en un diseño que responda a nuestro sistema de partidos, a nuestro método de selección de candidatos, a cómo se organizan los sistemas electorales”, añadió.

En Europa, España también adoptó el sistema para las elecciones municipales y autonómicas. Allí, la experiencia fue positiva, con una mayor agilidad en el escrutinio y una reducción en el número de impugnaciones de votos. Sin embargo, se destacaron algunos desafíos en la implementación inicial relacionados con la adaptación de los votantes y la logística en áreas rurales.

La adopción de la BUP en Argentina representa un cambio significativo en la forma de votar, con potenciales beneficios en términos de equidad, transparencia y eficiencia. Sin embargo, como toda reforma electoral, también conlleva desafíos. Será clave producir un proceso de educación ciudadana robusto y una transición bien planificada para asegurar que los votantes se adapten a la nueva estructura sin dificultades.

En última instancia, la BUP no es un fin en sí mismo, sino una herramienta que, bien implementada, puede contribuir a mejorar la calidad de la democracia. No obstante, deberá acompañarse de otras reformas y un compromiso real tanto de la ciudadanía como de todos los actores políticos para que su impacto sea positivo y duradero.

OPINÁ, DEJÁ TU COMENTARIO:

NEWSLETTER

Suscribite a nuestro boletín de noticias