El veto a la educación: la peligrosa apuesta de Milei contra las universidades públicas - Política y Medios
19-03-2025 - Edición Nº6256

MOVILIZACIÓN EN EL INTERIOR BONAERENSE

El veto a la educación: la peligrosa apuesta de Milei contra las universidades públicas

Mar del Plata, Tandil y Bahía Blanca, entre otras, fueron algunas de las localidades que se movilizaron en defensa de la educación pública.

Por: Miguel Di Spalatro

 

“El Poder Ejecutivo celebra el sinceramiento de los dirigentes Cristina Kirchner, Sergio Massa, Martín Lousteau, Horacio Rodríguez Larreta y Elisa Carrió, quienes han decidido unirse públicamente con el objetivo de obstruir el plan económico del presidente”, sostiene uno de los párrafos del comunicado oficial que anuncia el veto a la Ley de Financiamiento Universitario sancionada por el Congreso.

El llamado de atención de este miércoles, cuando miles de ciudadanos en todo el país se volcaron a las calles en apoyo a las universidades, se reduce, en la mirada del presidente, a una conspiración política. Curiosamente, algunos de estos dirigentes ni siquiera tienen capacidad de movilizar una cuadra. Javier Milei no parece dispuesto a reconocer que entre los manifestantes de ayer estaban los jóvenes de Franja Morada, quienes el 22 de octubre de 2023 fiscalizaron para La Libertad Avanza. Tampoco ve que rectores y decanos cercanos a las ideas que expresó en su campaña se turnaban en los palcos para leer el documento consensuado que pedía la aprobación de la ley de financiamiento universitario. Ni que sus propios partidarios de clase media alta, muchos de los cuales accedieron a una profesión gracias a la universidad pública, marcharon junto a madres y padres de barriadas humildes, donde el sueño de que algún hijo llegue a ser universitario nunca se pierde.

En la marcha también estaban los nuevos desocupados, arrepentidos por haber votado a Milei, preocupados por no poder sostener la carrera universitaria de sus hijos. También se veían obreros con salarios pauperizados, temerosos de perder su trabajo; comerciantes cuyas ventas no repuntan; docentes y no docentes universitarios exigiendo salarios que los saquen de la línea de pobreza. Científicos que han dado prestigio internacional al país, estudiantes con banderas diversas y posiciones ideológicas a veces antagónicas, marchaban en unidad para defender el derecho a estudiar y progresar.

Milei se niega a ver que muchas ciudades han crecido al ritmo de sus universidades, que son una fuente importante de ingresos para las economías locales. “Bahía se reconoce como una ciudad universitaria”, expresó Andrea Castellano, vicerrectora de la Universidad Nacional del Sur, durante la marcha en Bahía Blanca. Allí, la UNS imparte educación superior a 30 mil estudiantes que residen la mayor parte del año en la ciudad. Desde CABA, el rector de la UNS, Daniel Vega, lamentó la situación: “Nos mintieron durante estos diez meses. Se habían comprometido a darle financiamiento al sistema científico y ahora tomaron otra medida. Es terrible lo que está pasando. Es un desfinanciamiento sin precedentes”, afirmó.

El 70% de los trabajadores de las universidades argentinas está por debajo de la línea de pobreza. Aun así, siguen impartiendo conocimientos en edificios cada vez más difíciles de mantener sin financiamiento. No se pueden reponer insumos ni realizar reparaciones básicas. “Nuestros trabajadores cobran por debajo de la línea de pobreza. ¿No sabe usted, señor presidente, que producimos vacunas para la población y generamos materiales tanto para empresas como para cocineras populares en todos los barrios?”, reclamó Antonia Muñoz, de ATE-CONICET, durante la manifestación en Mar del Plata.

En esta ciudad, hay más de 65.000 estudiantes activos. La marcha fue encabezada por el rector de la Universidad Nacional de Mar del Plata (UNMdP), Alfredo Lazzeretti. El rector señaló que el desfinanciamiento responde a una mirada “cortoplacista, que no cree en la educación pública, sino en convertirla en una mercancía”. Afirmó que las universidades públicas, que concentran más del 85% de los estudiantes del país, representan un baluarte de la educación de excelencia que molesta a quienes buscan una universidad diferenciada entre ricos y pobres.

En Tandil, una columna de manifestantes se dirigió a la sede del Rectorado, encabezada por el rector Marcelo Aba y el intendente radical Miguel Lunghi, quien también adhirió al reclamo universitario. “La universidad en este país no es un problema, es parte de la solución”, expresó el rector. Lunghi, por su parte, comentó que él, sus hijas y nietas son todas universitarias gracias a la educación pública. “Sin educación, vamos a seguir igual o peor”, sentenció.

“La universidad pública no está en peligro, lo que peligra es el botín que se reparten”, dice el primer mandatario en una simplificación y tergiversación de la realidad a la que ya nos tiene acostumbrados. Sin embargo septiembre marcó un cambio del que pareciera no darse cuenta:  la imagen del presidente, la aprobación de la gestión, las expectativas económicas y la mirada sobre el rumbo del país, están cayendo. Sus votantes pierden la esperanza, el estar mal para después estar mejor comienza a fastidiar, sus insultos en X ya no generan nada, el odio deja de ser un utilizable andamiaje político. Los argentinos y argentinas vuelven a juntarse en la calle y caminan codo a codo en defensa de lo que los enaltece: la universidad pública que formó a Carlos Saavedra Lamas, Bernardo Alberto Houssay, Luis Federico Leloir, César Milstein y Adolfo Pérez Esquivel, ganadores de Premio Nobeles y que son parte de nuestro orgullo como nación. Milei puede vetar la ley de financiamiento universitario, pero el costo político podría marcar el destino de su gobierno.

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