La inteligencia artificial (IA) está transformando varios aspectos de la vida cotidiana, y la política no es una excepción. En un mundo donde la desinformación y la manipulación de la información pueden extenderse más rápido que nunca, el papel de la IA en la comunicación política está en el centro del debate.
¿Es la IA un arma peligrosa o un recurso valioso que los gobiernos de América Latina deben aprovechar para mejorar la vida de los ciudadanos? A medida que se vuelve más realista y poderosa, los líderes y estrategas políticos tienen la responsabilidad de emplear esta tecnología de manera ética y efectiva. Pero, ¿cómo hacerlo?
La desinformación como amenaza principal
El creciente uso de IA en la generación de contenido ya expuso varios peligros. Uno de los principales es la creación de noticias falsas (fake news), que, cuando no son controladas, pueden influir negativamente en la opinión pública. Un claro ejemplo fue la difusión de imágenes generadas por IA que mostraban la supuesta detención de Donald Trump, o el falso incendio cerca del Pentágono, situaciones que provocaron caos y confusión en el mundo digital de las redes sociales.
Este tipo de desinformación visual y sonora genera una atmósfera de incertidumbre. En América Latina, donde las crisis políticas y económicas suelen desencadenar tensiones sociales, la IA podría utilizarse para manipular realidades y radicalizar a la ciudadanía.
En ese sentido, el lingüista Noam Chomsky advirtió: “El propósito de los medios de comunicación masiva no es tanto informar, sino moldear la opinión pública a través del control del discurso”. Si a esto sumamos la capacidad de la IA para crear falsificaciones realistas, la amenaza es aún mayor.
¿Por qué la IA puede ser un aliado estratégico para la gestión pública en América Latina? A pesar de los riesgos, las herramientas que provee la IA pueden ayudar a mejorar las gestiones de gobierno y la vida de los ciudadanos, si se usa correctamente. Acá van cinco razones por las cuales la comunicación política en América Latina debería integrarse con la IA de manera ética:
1. Mejora en la toma de decisiones basada en datos
Los gobiernos en América Latina suelen enfrentarse a enormes cantidades de datos sobre educación, salud o seguridad. La IA puede ayudar a procesar estos datos y proporcionar insights más rápidos y precisos, permitiendo a los tomadores de decisiones actuar de manera más informada y eficiente. Según Yuval Noah Harari, “la inteligencia artificial y el big data están transformando la forma en que tomamos decisiones, pero también es una oportunidad para mejorarlas si se implementan de manera justa”.
A pesar de ello, el escritor e historiador israelí fue uno de los que firmó la carta junto a centenares de expertos internacionales, entre ellos Elon Musk, para pedir “pausar” el desarrollo de ChatGPT. Harari no duda en afirmar que no sabe “si la humanidad puede sobrevivir” al “régimen” con esta y otras herramientas tecnológicas poderosas.
“La nueva generación de IA no solo está difundiendo el contenido que producen los humanos. Puede producir el contenido por sí mismo. Trata de imaginar lo que significa vivir en un mundo donde la mayoría de los textos y melodías y luego las series de televisión y las imágenes son creadas por una inteligencia no humana. Simplemente no entendemos lo que significa”, destacó en abril de 2023 al diario británico The Telegraph.
2. Automatizar los procesos burocráticos
La IA puede optimizar procesos administrativos y reducir la corrupción. La implementación de sistemas de inteligencia artificial en trámites gubernamentales, como la solicitud de servicios o la distribución de recursos, puede minimizar la intervención humana, lo que en muchos casos podría traducirse en una mayor transparencia. Esto es vital en países con un historial de gobiernos corruptos y falta de rendición de cuentas.
El sociólogo chileno Eugenio Tironi aborda en sus ensayos el papel de la tecnología en la política y la comunicación. En su obra, reflexiona sobre el impacto de la inteligencia artificial en la democracia y la vida pública, proponiendo la importancia de integrar la tecnología de forma ética en la gestión gubernamental para potenciar el bienestar ciudadano.
3. Fomentar la participación ciudadana
La IA puede facilitar la participación ciudadana generando plataformas que escuchen las inquietudes de los ciudadanos para proporcionar respuestas rápidas y personalizadas. Los chatbots y sistemas de atención al ciudadano con IA pueden convertirse en aliados para acercar el gobierno a la gente, especialmente en comunidades marginadas o rurales.
“La IA no reemplazará a los políticos, pero puede facilitar una mejor comprensión de las preocupaciones y necesidades de los ciudadanos”, resalta el profesor y cofundador del Instituto Internacional de Análisis Thomas H. Davenport en su libro The AI Advantage.
4. Combatir la desinformación
En lugar de ser una fuente de desinformación, la IA puede utilizarse para combatirla. Herramientas de verificación automática de noticias y contenido podrían ser implementadas para identificar y desacreditar fake news antes de que se viralicen. En una región donde las redes sociales tienen un impacto poderoso en la opinión pública, esto podría cambiar el juego y fortalecer las democracias.
En ese sentido, el académico y comunicador colombiano Omar Rincón, conocido por sus estudios acerca de los medios de comunicación y nuevas tecnologías en América Latina, analiza cómo los algoritmos y la IA están transformando la manera en que se produce y consume información en la región. Rincón pone el énfasis en la necesidad de adaptar la comunicación política a estas nuevas tecnologías.
5. Mejorar la educación y salud pública
La IA puede ser una herramienta educativa poderosa al personalizar programas de aprendizaje para estudiantes o promover la salud pública mediante la distribución eficiente de recursos y campañas de concientización. Además, la capacidad de analizar grandes volúmenes de datos puede ayudar a los gobiernos a anticiparse a futuras crisis, ya sean sanitarias, económicas o medioambientales, y actuar preventivamente.
Una oportunidad para mejorar la democracia
En el trabajo “La intimidad como espectáculo”la antropóloga y ensayista argentina Paula Sibilia trabaja sobre el impacto de la tecnología en la vida personal y social. Su obra explora cómo las plataformas digitales impulsadas por IA transforman la comunicación pública y política. La autora analiza la injerencia de las nuevas tecnologías en la manera en que los políticos comunican su discurso y la percepción social de los ciudadanos.
A pesar de los peligros inherentes al uso de IA en la política, no podemos subestimar su potencial para mejorar la gestión gubernamental y la vida de los ciudadanos. La clave está en encontrar un equilibrio entre el aprovechamiento de la tecnología y la protección de los valores democráticos.
Si bien la IA puede generar fake news y manipular imágenes para fines negativos, su uso ético y responsable puede convertirla en un aliado poderoso para fomentar la transparencia, la participación y la eficiencia en los gobiernos de América Latina.
El reto, entonces, está en la capacidad de los líderes de la región para estructurar la unidad entre la IA y la comunicación política, ya que, advierte Harari, “el futuro de la humanidad dependerá cada vez más de cómo gestionamos la tecnología”.