La nueva alianza oficialista - Política y Medios
08-10-2024 - Edición Nº6094

LA INTERNA, DESDE ADENTRO

La nueva alianza oficialista

La reaparición de Cristina Kirchner, con pappers y master class de economía, allanaron el camino para que Milei defina con mayor claridad a su enemigo en 2025. El escenario no es izquierda ni derecha, o socialismo o capitalismo. La pelea será entre kirchnerismo o libertad. 

Por: J.NyE

 

Además de la reivindicación de un ajuste eterno, la presentación del Presupuesto 2025 fue una puesta en escena del marco de alianzas que supo conseguir Javier Milei en estos meses en el Congreso y necesita para lo que viene.

La “casta” y el “los zurdos” ya no son rivales en sí mismos sino que, como en tiempos de Mauricio Macri, se condensan en la etiqueta de “kirchnerismo”, que vuelve a ser la polarización en el período electoral que se avecina.

La reaparición de Cristina Kirchner, con pappers y master class de economía, allanaron el camino para que Milei defina con mayor claridad a su enemigo en 2025. El escenario no es izquierda ni derecha, o socialismo o capitalismo. La pelea será entre kirchnerismo o libertad. 

Las fuerzas del cielo, desde este domingo, incluye a todo aquel que haya querido entrar en la bolsa oficialista, por uno u otro motivo. El PRO está primero en la lista, mal que le pese a Macri. 

La mesa política de Milei ya se reúne los lunes con el jefe del PRO, Cristian Ritondo, quien para provocar lleva al ex libertario Oscar Zago, quien en abril dejó el bloque LLA junto a otros dos diputados (María Cecilia Ibañez y Eduardo Falcone) para armar el MID. 

El partido amarillo, en todas sus vertientes, funciona como aliado natural de Milei, quien desde la semana pasada abrió una puerta para el radicalismo, con la colaboración de la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, con el mandato de atraer a todo aquel ex miembro de Juntos por el Cambio que se sienta sin destino y tenga algo que aportar. Votos en el Congreso, es lo que más le hace falta al Gobierno. 

Cruzaron ese cerco cinco integrantes del bloque UCR en Diputados que votaron a favor del veto a la reforma previsional: Martín Arjol, Mariano Campero, Pablo Cervi, Luis Picat y Federico Tournier. 

Milei espera que sean muchos más y es por eso que sus insultos al radicalismo fueron eliminados de sus discursos. Lejos, lejísimos, quedaron los tiempos de campaña, cuando Milei saltaba desde el escenario para insultar a Raúl Alfonsín.

Ya en la Casa Rosada, cuando supo que podía tener ayuda de la UCR, el Presidente diferenció al radicalismo liberal del progresista, para no romper relación con los gobernadores y tentar a un grupo de posibles aliados que llegó.

Desde el atril que hizo colocar en el recinto para simular más altura, durante la presentación del Presupuesto 2025, Milei le agradeció a todas las fuerzas políticas, entre las que también suma a los partidos provinciales, aliados de cada Presidente de turno.

En primera fila, entre los sensores, se ubicó la dupla que responde al gobernador de Misiones, Hugo Passalacqua, quien aún responde órdenes al patriarca local, Carlos Rovira. Ofrecen dos senadores y cuatro diputados. 

Los gobiernos de Córdoba, Río Negro, Neuquén y Santa Cruz también tienen un botín de votos que están dispuestos a negociar a cambio de la paz bilateral con la Rosada, de mínima. Milei no los puntualiza en las críticas. 

Tampoco habla del peronismo, una forma de atraer a los gobernadores con origen en esa fuerza que quieran despegarse del kirchnerismo, el blanco preferido de sus críticas. 

La pelea por el botín del PJ es, tal vez, su punto más débil de su construcción política: sólo el tucumano Osvaldo Jaldo saltó el cerco y aportó tres votos fijos en Diputados. El catamarqueño Raúl Jalil aportó algunos votos en la ley Bases, pero su tropa no se anima a pintarse de violeta. 

Milei necesita acercarse definitivamente al gobernador de  Santiago del Estero, Gerardo Zamora, que puede ayudarlo con 7 votos en Diputados y 3 en el Senado. Es el problema no tener plata: muchos mandatarios que se sienten fuertes en su trinchera no ven el negocio de colaborar con el Presidente gratis. Es por eso que Milei, con Bullrich de asistente, entendió que tal vez sea mejor echar mano a los outsider, que no piden fondos sino futuro. 

El kirchnerismo, esta vez sí, será la otra cara de moneda libertaria. No por corruptos, como en otros tiempos, sino por presuntos causantes del déficit fiscal, el mal de todos los males para el manual de Milei.

Quien se acerque a ellos no podrá comulgar con las ideas de la Casa Rosada, donde tampoco ofrecen mucho a sus eventuales aliados. 

Las alternativas que presenta el Gobierno son subirse al tren de la época o quedar marginado, en el fondo de los actos de Cristina Kirchner, como visualizan los libertarios al senador Martín Lousteau. Espera llenar los próximos vagones. Los necesita. 

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