El Senado abre con final abierto 

Victoria Villarruel postergó una semana la sesión en el Senado porque no pudo acordar aprobar la ley de Boleta Única y, más importante aún, no sabe cómo evitar derrotas en el proyecto para aumentar el presupuesto universitario y sostener el DNU que aumentó los fondos reservados de la SIDE.

Tras dos reuniones con los jefes de bloque, la vicepresidenta acordó con la UCR, los partidos provinciales y el PRO posponer la sesión para el próximo a las jueves a las 14 horas, sin certeza de poder ganar al menos una de las votaciones.

Villarruel le pedirá a la Casa Rosada que le ayude a no perder y dar la cara una vez más por falta de gestión legislativa. Guillermo Francos y Santiago Caputo son los encargados de la rosca en el Senado y rara vez pueden desatar los nudos que se hacen en las negociaciones.

Jubilaciones a todo o nada

Javier Milei tendrá una apuesta fuerte el miércoles cuando intente evitar una derrota en Diputados, donde necesita reunir sólo un tercio del recinto para sostener su veto a la reforma jubilatoria sancionada hace 15 días. 

Para dejar firme esa decisión, no le alcanza con el PRO y con los libertarios sino que requiere la colaboración de una porción del resto de los bloques que aprobaron la reforma en junio y deberían volver sobre sus pasos.

En eso están las gestiones del Gobierno, para sumar a un puñado de radicales o de partidos provinciales para superar la barrera de 86 votos. La pelea es mano a mano con quienes quieren rechazar el veto, un grupo de diputados  radicales, la Coalición Cívica y Encuentro Federal. 

Este alianza ocasional fue la que convocó a la sesión especial para el miércoles a las 10 horas para tratar el veto de Milei. Confían en prevalecer, con la presión que habrá en las calles, cuando se esperan importantes manifestaciones y una casi segura represión policial. 

Lijo, en espera

El Gobierno no logra las firmas para dictaminar los pliegos de los candidatos a jueces de la Corte Suprema, Ariel LIjo y Manuel García-Mansilla, porque ningún sector de la oposición quiere jugar la primera ficha. La posición  de Unión por la Patria se sabe decisiva y espera un llamado de la Rosada para negociar. Propone alternativas, como ampliar la cantidad de integrantes y garantizar la presencia de las mujeres. 

Hubo excepciones: gobernadores como Gerardo Zamora (con tres votos en el Senado) y exmandatarios con silla en la cámara alta, como el caso de Sergio Uñac, no quieren enfrentarse al Gobierno por este tema y ofrecieron su firma. Finalmente no la estamparon. 

La UCR no suscribirá hasta no saber qué hace UP, porque en definitiva sin ese dato no es posible saber por dónde irá la negociación. Los números mandan: si Milei logra un acuerdo con el peronismo y los partidos provinciales, quedará a la puerta de los dos tercios. No hay plazos para alcanzarlo. Las negociaciones son desordenadas. Nadie puede seguirlas.

Amigos de Astiz, a salvo 

El PRO y la UCR están decididos a evitar sanciones a los seis diputados de La Libertad Avanza que visitaron el penal de Ezeiza para entrevistarse con represores, entre ellos Alfredo Astiz. En las reuniones se optó por avanzar en un descargo de los legisladores, pero sin una investigación específica de la actividad.

Para eso, entienden que será necesario aprobar en comisión y en el recinto los proyectos de resolución presentados por Unión por la Patria, la izquierda y la ex libertaria Lourdes Arrieta, quien formó parte de la comitiva pero se arrepintió. Como el número no es sencillo de conseguir, la investigación quedaría cancelada.

La estrategia dilatoria se aplicó en el plenario de comisiones de Peticiones, Poderes y Reglamentos y Asuntos Constitucionales, coordinado por las diputada del PRO Silvia Lospennato y María Eugenia Vidal, ambas funcionales al presidente de la Cámara baja, Martín Menem. 

Los pedidos de plata

Javier Milei tiene decidido asistir el lunes 16 a la Cámara de Diputados a presentar el presupuesto 2025 y lo esperarán con reclamos. En ambas Cámaras empezaron a tratarse proyectos para aumentar los giros de fondos a las provincias, lo que le restaría al Presidente recursos para llegar al equilibrio fiscal.

Desde el Senado, avanza una iniciativa para coparticipar el impuesto a los créditos y débitos bancarios, conocido como impuesto al cheque; y repartir con un criterio objetivo los Aportes del Tesoro Nacional (ATN). Mientras que en Diputados se negocia una ley para fijar un monto y sistema de reparto de los subsidios al transporte.

En ambos casos, el Presidente debe definir si acepta deshacerse de fondos que hoy controla por el bien del federalismo o  prefiere concentrar recursos y así exhibir un equilibrio fiscal con fondos que podrían ir a las provincias. Es el debate que viene.