Por Patricio Ballesteros Ledesma
Una encuesta en los primeros meses del cambio de gobierno, más allá de cómo sea la gestión, suele tener el sesgo triunfalista de los votantes del candidato ganador y el fatalismo de los que acompañaron al perdedor. Con el tiempo surge el típico balance de los 100 días y empieza la reflexión sobre las palabras, los hechos y sus consecuencias.
Pero a los ochos meses de iniciado el gobierno, con los discursos de campaña en el pasado y los resultados de las medidas implementadas en evolución, la transversalidad de las afectaciones aflora en respuestas más generalizadas, carnales, sinceras. Incluso, hay lugar para la decepción y el desengaño entre los que confiaron en el elegido.
Ya no hay expectativas sino realidades, que incluso cuando desde el espectro panoficialista se quieren ponderar gestos irrelevantes o directamente tergiversar los datos puros y duros, las personas viven en primera persona, sin relatos, y en gran medida con frustración e incertidumbre.
Muchos que tenían optimismo y esperanza los están perdiendo, al mismo tiempo que pierden poder de compra con sus ingresos, clientes en sus negocios y, cada vez más, hasta el empleo que tenían desde hace décadas. La depresión económica agudizada por el esquema de la gestión está generalizando a los perdedores del modelo implementado.
Todavía hay muchos que confían en el añejo estamos mal pero vamos bien, no tanto por la actualidad sino por los malos recuerdos del pasado reciente y no tanto. Hay un clima de época glocal que dice ir por nuevos caminos, aunque transita rutas seculares e ideas involutivas.
En cualquier caso, así como el ciudadano es soberano al votar, también es libre de expresar su opinión. Y un sondeo en el distrito más poblado del país puede dar una idea aproximada de cómo está no sólo el humor social, sino también la situación personal y familiar de los habitantes del corazón político de la Argentina.
Y el caso es que dos tercios de los habitantes del conurbano bonaerense no llegan a fin de mes y casi un tercio se encuentra en emergencia económica, según una reciente encuesta de contexto socio-político presencial y virtual sobre 800 casos mayores de 16 años, realizada entre el 19 y el 23 de agosto por la consultora Reyes-Filadoro.
Con 24 municipios y 10,8 millones de habitantes, los problemas económicos mantienen a la mayoría de la población de ese área de la provincia de Buenos Aires en estado de alerta y supervivencia. Sin embargo, remarcan en la encuestadora, casi la mitad de los entrevistados (48%) opina que la corrupción política es la principal causa de la pobreza.
Esa idea seguramente fue en parte definitoria para el triunfo de Javier Milei en el balotaje, así como para la reelección de Axel Kicillof como gobernador del distrito más importante del país, donde se encuentra el 37% de la población total y donde el combate a la pobreza es un desafío superlativo.
De hecho es una provincia que aporta el 32/35% del valor agregado bruto del país, pero recibe apenas el 20% de los recursos coparticipables y en baja. Y en la actual gestión padece no sólo detracciones en el envío de recursos desde Nación, sino el recorte total o parcial de partidas que financiaban fondos y programas provinciales en diferentes materias por el recorte del gasto público general.
Volviendo a la encuesta, un 30% de los entrevistados indica estar endeudado, especialmente las personas de menores ingresos. Y es bueno aclarar que como hay una gran cantidad de trabajadores no registrados, informales y no bancarizados, el acceso al crédito bancario les está vedado y el de financieras o prestamistas tienen tasas que duplican o triplican a las del mercado.
Este cuadro de crisis se ve agravado por la situación laboral, según el relevamiento, ya que el 76% considera que las oportunidades de empleo en la Argentina son malas. Y hoy, con 650.000 nuevos despidos de la era Milei, el panorama no daría muestras de mejoras en la calidad de las nuevas fuentes de trabajo que surjan de la reforma laboral y en un contexto de aumento del desempleo.
Las personas más afectadas por la recesión económica son las mujeres. En ese segmento, el 32% está buscando empleo activamente y el 70% se siente insegura de poder mantener su fuente de ingreso en los próximos 12 meses.
La economía es la principal preocupación para el 32% de las mujeres, comparado con el 18% en los hombres, quizás no sólo porque persiste la disparidad de géneros a nivel de ingresos sino porque cada vez hay más que son sostén de familia. Además, el 47% de las amas de casa declara estar “muy endeudada”.
De la encuesta surge que el panorama es un poco distinto para los votantes de La Libertad Avanza ya que, en general, gozan de una mejor situación económica que el resto. El 59% de las personas que votó a Patricia Bullrich y el 47% que votó a Milei en la primera vuelta, alcanzan a cubrir sus necesidades básicas.
Quizás por eso el 52% de los jóvenes expresa sentimientos positivos y un tercio de las personas que votó a Javier Milei en la primera vuelta se siente entusiasmada, mientras que otro tercio se siente conforme. Por el contrario, el 70% de los votantes de Sergio Massa manifiesta frustración (24%) y bronca (46%).
Aunque el nivel de aprobación de la gestión del Gobierno nacional no supera la mitad de los encuestados en el conurbano (39%), los votantes de Milei conservan el optimismo, si bien un cuarto de sus votantes cree que las medidas adoptadas hasta ahora benefician a la clase alta.
A pesar de la dura derrota sufrida por el Frente de Todos en las elecciones de 2023, y del daño reputacional que ha sufrido ese espacio en los últimos tiempos, el kirchnerismo (más allá de los renovadores y los albertistas) se mantiene como la fuerza política que genera mayor adhesión ciudadana en el conurbano, ya que un 20% de los consultados se identificó con dicha fuerza y el 9% con el Partido Justicialista en particular.
Con 49% de imagen positiva e igual de negativa, la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner es la dirigente mejor evaluada, especialmente por las personas que no llegan a fin de mes (59%), las personas que están muy endeudadas (66%) y quienes desaprueban la gestión del gobierno nacional (73%).
En segundo lugar se ubica Kicillof, con 46% positiva y 50% negativa, la tercera es Victoria Villarroel con 43/45 y le sigue Milei con 38/58. Resulta llamativo que Karina Milei aventaja a Mauricio Macri, ya que ambos comparten una imagen positiva del 23%, pero la negativa es 53 y 74 en cada caso.
En cuanto a la identificación partidaria del total de los encuestados, el kirchnerismo encabeza con el 20%, LLA con 15%, PJ con 9%, Pro con 4%, UCR, Fit y otros con 2% y con ninguno el 46%.
Pero al consultar sobre su orientación ideológica, más allá de su elección al votar, el 62% dijo no tener ninguna, centro, derecha e izquierda igualaron en 8%, centro-izquierda el 9% y centro-derecha el 4%.