Rupturas en el oficialismo
Antes de iniciar un segundo semestre cargado de desafíos legislativos, como la de aprobar el presupuesto 2025, Javier Milei resignó votos en ambas cámaras con el único fin de disciplinar la tropa propia y tendrá de ese modo más trabajo para reunir mayorías.
En Diputados, se confirmó la salida del bloque La Libertad Avanza de la mendocina Lourdes Arrieta, quien armó bancada unipersonal, denominada Fuerzas del Cielo-Espacio Libertad, con la sigla Fe.
Arrieta estaba enfrentada a Martín Menem, a quien lo acusa de no haberla protegido en la investigación que se inició por la visita que sostuvo junto a otros cinco libertarios al penal de Ezeiza para visitar a represores.
En el Senado, quedó fuera de la bancada LLA el formoseño Francisco Poaltroni, por rechazar el pliego de Ariel Lijo como candidato a juez de la Corte. Su punto de ruptura fue negarse a no cuestionar al magistrado, ante un pedido expreso del asesor Santiago Caputo. No se lo perdonaron.
Los pedidos de Macri
Después de haber colaborado con los votos en Diputados para rechazar el DNU que aumentó 100 mil millones de pesos los fondos reservados de la SIDE, Mauricio Macri le pidió a Javier Milei ser incluido en la agenda legislativa y algo logró: el Presidente recibió un contingente legislativo del PRO para escuchar los planteos.
La delegación fue liderada por el jefe del bloque de Diputados PRO, Cristian Ritondo, quien llevó también al titular del bloque MID, Oscar Zago, ex titular de LLA hasta abril. Milei necesita los votos de ambas fuerzas para sostener el veto a la reforma previsional
En la reunión Ritondo logró un compromiso para que todos los proyectos que envíe Milei tengan una revisión previa del PRO, para de ese modo facilitar la negociación legislativa. El Presidente se comprometió a reunirse más seguido con diputados y senadores aliados, como también a facilitar sus iniciativas, si coinciden con las preceptos del Gobierno. Toda una nueva época.
Pliegos de jueces, en stand by
El Gobierno no logró conseguir las firmas para dictaminar los pliegos de los candidatos a jueves de la Corte, Manuel García-Mansill y Ariel Lijo, quienes expusieron ante la Comisión de Acuerdos del Senado pero no lograron las adhesiones para llevar la discusión al recinto.
La traba es que nadie quiere mover primero y anticipar la jugada. Unión por la Patria tiene los votos para bloquear o aprobar los pliegos -que requieren dos tercios del recinto-, pero no tiene cohesión para definir sus pretensiones. El kirchnerismo puja con referentes de gobernadores y peronistas sin tierra y sin jefe.
Mientras UP no defina una postura, la UCR y aliados del gobierno, como Juan Carlos Romero, no quieren firmar ningún pliego. Lijo es el preferido del peronismo, mientras que García-Mansilla es rechazado por los sectores progresistas, por su rechazo al aborto legal.
La discusión seguirá las semanas siguientes y podría ponerse otros temas sobre la mesa, como las vacantes en la justicia federal o la posibilidad de ampliar el máximo tribunal.
Boleta Única, cerca del consenso
Después de seis meses de negociación, el Senado aprobaría este miércoles la ley de Boleta Única Papel, que en 2022 tuvo consenso en Diputados y nunca pasó el filtro de la Cámara alta.
Victoria Villarruel intentó sancionar el proyecto en enero, pero chocó con los partidos provinciales, que se niegan a tener el casillero para votar la opción de boleta completa, con todas las categorías a elegir.
Para contentarlos, Guillermo Francos envió un borrador que eliminó esa opción. Por pedido de la UCR bonaerense, también se contempló la organización cuando hay elecciones simultáneas.
El Gobierno cree que tiene los 37 votos para aprobar el proyecto y enviarlo a Diputados, para que allí se defina la sanción definitiva y el sistema pueda aplicarse desde 2025.
El veto a la jubilaciones
Javier Milei vetó la ley de reforma previsional sancionada por impulso de la oposición, que incluía un aumento del 8,1%, un refuerzo anual atado a salarios y la garantía de asistir a las cajas previsionales de las provincias.
El veto debe tratarse en la Cámara de Diputados y si hay dos tercios que lo rechazan la discusión seguirá en el Senado, donde el proyecto se aprobó con esa mayoría. De repetirse en ambas cámaras, el veto será rechazado.
Para evitar ese desenlace, Milei necesita de la ayuda de los gobernadores de distintas fuerzas políticas, que debería volver sobre sus pasos y enviar a sus diputados a aceptar el veto. No será una decisión fácil.