Por: J.NyE
Mauricio Macri no se conformó con gestos: después de un zoom con la mesa directiva del PRO, decidió dar libertad de acción al bloque de Diputados para la votación del DNU que aumentó en 100 mil millones de pesos a los fondos reservados de la SIDE. El mensaje fue claro: se podía votar en contra y así lo hicieron 20 de los 34 miembros de la bancada conducida por Cristian Ritondo, quien no participó de la sesión, porque estaba de viaje.
Macri dejó claro que no está dispuesto a ser aliado fijo de Milei y que el entorno presidencial que criticó tiene nombre y apellido: Karina Milei y Santiago Caputo, quien tiene a cargo los fondos reservados de la SIDE. El ex presidente lo acusa a ambos de impedirle sumar a su gente al Gabinete, un pedido que le hizo al libertario en diciembre y nunca fue escuchado.
Milei no entendía nada: citó a Macri a Olivos para pedir explicaciones y no las encontró. Nunca lo creía capaz de votar con el kirchnerismo, un límite que, entiende, no debería ser tolerado por el histórico elector del PRO.
Por si faltaba un mensaje, el jueves, el bloque del Senado del PRO, votó en general de la reforma previsional y en contra de los artículos que Milei quería modificar. Macri dice que fue un malentendido, pero el Presidente no le cree. Fue un golpe bajo: ir contra el déficit fiscal es lo peor que puede haber para este Gobierno.
Los reclamos de Macri no variaron: quiere participación en el organigrama y en la agenda, si es que Milei pretende que sus legisladores levanten la mano junto a La Libertad Avanza, sin excepciones. Tampoco está dispuesto a entregar el sello para una fusión electoral de 2025.
Enterado de la maniobra, Caputo se fue a la Patagonia para no tener que dar explicaciones. Su alejamiento, además, tendría relación con una tensión con Karina Milei, con quien no estarían coincidiendo en todo. Hay versiones sobre una intención de la hermana presidencial de perjudicar al asesor estrella.
Macri no quiere a ninguno de ellos. Supo, además, que le llevan encuestas a Milei que marcan el final del PRO y el traslado de su electorado a La Libertad Avanza.
En Olivos, el boquense le recordó al libertario que los fondos reservados para hacer cyberpatrullaje no se los va a aprobar el PRO, porque será, tarde o temprano la herramienta para amedrentarlo. No compra la hipótesis sobre la necesidad de usar ese dinero para prevenir atentados internacionales.
Con la rebelión, Macri también quiso darle un mensaje a Patricia Bullrich y mostrar que sigue siendo él quien maneja el poder en el Congreso: la ministra de Seguridad sólo pudo reunir 4 votos para avalar el DNU de fondos reservados. La mitad de lo que cosechó a favor la UCR.
En el Senado, Bullrich quedó más expuesta y dejó a la vista que no tiene ni un teléfono. Si le quedaron contactos a Horacio Rodríguez Larreta: Guadalupe Tagliaferri votó todo a favor, incluso los artículos de mayor costo fiscal.
En Diputados el exjefe de Gobierno contribuyó al quórum con Héctor Steffani y Álvaro González, quienes entraron al recinto a poco del sonido de la chicharra. Macri ya no reniega de Larreta: ahora son socios contra Milei-Bullrich. La venganza dinamiza la política.
Macri no quiso pasar inadvertido y ordenó a Daiana Molero y Florencia De Censi a dar quórum a la vista de todas. La última es cercana a Ritondo, quien no estaba en el país pero jugó para su jefe. Nunca le falla.
Tal vez lo más tensionante de la crisis Macri-Milei es que no está claro cómo sigue el vínculo y cuál será la consecuencia en la gestión de Gobierno. El expresidente no garantiza que vaya a cambiar de actitud: sólo le prometió sostener el veto a la reforma previsional. Las demás discusiones, serán voto a voto.
Cuando llegue el presupuesto 2025, el ex titular de Boca pedirá que se garantice el aumento de la coparticipación a la Ciudad, que Milei promete pero no llega. También quiere que avance su agenda legislativa, con temas como ficha limpia y voto a residentes extranjeros.
Pero nada le importa más que sumar cargos en áreas sensibles, como infraestructura o energía, donde tienen intereses creados. No acepta mirar todo desde afuera los cuatro años y, si no es tenido en cuenta, está dispuesto a pelear en Ciudad y Provincia con listas propias. Antes, tal vez le marque la cancha a Milei con otras leyes que pida. Ya no es un aliado automático. Nunca más.