
Por: J.NyE
Elisa Carrió ya lo decidió: no ayudará a Javier Milei en el Congreso y colaborará, desde su residencia de Exaltación de la Cruz, al armado de un frente electoral que le reste votos a La Libertad Avanza y le complique volver a ganar.
No está preocupada por si la acusan de favorecer al kirchnerismo, al que imagina diluido en las internas peronistas. Tampoco le asusta que a su votante tradicional, adultos mayores y conservadores republicanos, le preocupe que a Milei le vaya bien.
Ese diagnóstico es el que empuja a un sector de la UCR a ayudar a Milei, al menos en las votaciones más importantes y levantar la voz sólo en temas concretos, cómo universidades y jubilaciones.
Este último debate fue empujado por la Coalición Cívica al inicio de las sesiones ordinarias y aún está a la espera de ser sancionado en el Senado, dónde Carrió no tiene votos. En esa Cámara, además, empezará a tratarse el miércoles los pliegos de los candidatos a jueces de la Corte, el primero de ellos Ariel Lijo, quien mantiene un viejo enfrentamiento con Carrió.
El enfrentamiento de Ricardo Lorenzetti -padrino de Lijo- con la chaqueña fue la causa de que la Coalición Cívica haya sido el único espacio en impugnar al juez, sin fisuras ni debate internos. Carrió le corrió el arco a Mauricio Macri, quien recién después de asumir como presidente del PRO dijo que no estaba de acuerdo con el pliego del magistrado.
En la UCR hay una interna feroz: Martín Lousteau está atado a los deseos de Emiliano Yacobitti, socio de Lijo a través del operador judicial Daniel Angelici. Los gobernadores no quieren pelearse con Milei por temas que no les afecta en el día a día, como un juez de la Corte. Carrió los tiene amenazados: si el PRO o el radicalismo facilita los votos para aprobar el pliego, los denunciará por corrupción.
El último sábado, Carrió dejó su residencia de Exaltación de la Cruz -donde también tiene un emprendimiento textil- para liderar el Congreso Joven de la Coalición Cívica, en el club Portuguesa, de Caballito. "Es necesario saber cómo hacen los jubilados para vivir, como hacen las clases bajas y medias para llegar a fin de mes y por qué quienes un juez como Lijo", dijo la ex diputada. Fue un mensaje a sus ex socios de UCR y PRO, con quienes ya no tiene diálogo institucional.
Serán esas las consigas de la Coalición Cívica para las próximas elecciones para insertarse en alguna alianza electoral, si es que la hay. Si no es posible reflotar Juntos por el Cambio, que le permitió engrosar la presencia legislativa en todas las provincias, Carrió no visualiza hoy un espacio en el que competir. Podría pedirle algún lugar en las listas al PRO en la Ciudad o en Buenos Aires, sólo si enfrenta a Milei. De lo contrario, el espacio podría quedar en el llano.
Su otra apuesta es volver a su origen y romper el Gobierno con denuncias, que no tardarán en llegar. Aún la acompaña buena parte de los legisladores que trabajaron en las presentaciones judiciales contra el kirchnerismo y terminaron siendo consideradas por la justicia, cuando Cristina Kirchner dejó la presidencia. En su residencia repasa la agenda de cada día para tener ocurrencias.
Lijo es el principal pero le sigue de cerca los fondos reservados de la SIDE, la caja secreta que tienen los gobiernos y Milei acrecentó en 100 mil millones de pesos por decreto. La Coalición Cívica fue el primer bloque que presentó un proyecto para rechazar el DNU y pide votarlo en el recinto. En el PRO y buena parte de la UCR prefieren esperar.
Hay una sesión convocada para el próximo miércoles, sin garantías de tener la mitad más uno para sesionar. Carrió ya avisó que los suyos estarán sentados para sesionar, pase lo que pase. Maximliano Ferarro, su diputado, denunció que ya devengó el 80% del presupuesto. La Casa Rosada lo desmintió: explicó que figura así porque es dinero que se rinde ante el Congreso. La pelea seguirá.