Mg. Lautaro González Amato
La desinformación y las noticias falsas son amenazas latentes que ponen en riesgo la estabilidad de las democracias de la región. Con la proliferación de contenido engañoso en redes sociales y medios digitales, es crucial que ciudadanos, periodistas y la opinión pública en general, cuenten con herramientas efectivas para chequear la información que circula. Acá exploramos tres de las principales herramientas periodísticas que pueden ayudar a combatir este fenómeno.
En la era digital, la desinformación y las noticias falsas se han convertido en un problema global, especialmente en América Latina, donde la incidencia de Internet y las redes sociales creció exponencialmente hasta el límite de no distinguir qué es verdad y qué no.
Sin la dinámica y el ejercicio de chequear la información que se consume, se corre el riesgo de compartir contenido falso. También al periodismo le sucede. La semana pasada observamos cómo el mundo se horrorizó con la polémica desatada por la participación de la boxeadora argelina Imane Khelif en los Juegos de París, tras su combate de apenas 46 segundos con la italiana Angela Carini.
El sistema mediático hizo trascender que la argelina era transexual, a pesar de que, como en todos los países árabes musulmanes, la homosexualidad y transexualidad son un delito, y además la comunidad LGBTIQ+ es ampliamente reprimida. Lo cierto es que varios medios “se comieron la curva” y compartieron la noticia fomentando un debate falso. Ni hablemos de las noticias políticas que el sistema mediático da por verdaderas y en realidad no lo son.
El sitio web DataReportal, que ofrece informes para entender el comportamiento de las personas en el mundo digital, muestra que en enero de este año el número de usuarios de redes sociales en Argentina fue equivalente al 68,2 % de la población total, mientras que la tasa de penetración de Internet fue del 88,4 %. El análisis indica que los usuarios de Internet en Argentina aumentaron en 253 mil (+0,6 %) entre enero de 2023 y enero de 2024.
Por otro lado, el análisis de la UNESCO “Desinformación y Democracia: un Estudio Global” señala que “la desinformación pone en riesgo la calidad del debate público y la salud de las democracias”. Por eso, para enfrentar este desafío, es vital que tanto periodistas como ciudadanos cuenten con herramientas eficaces para comprobar la la veracidad de la información
A continuación, analizamos algunas herramientas periodísticas claves para combatir la desinformación en América Latina.
1. Fact-Checking: Plataformas de verificación de datos
Este tipo de plataformas son un grupo de entidades y personas sin intereses partidarios que tienen por objetivo desmentir o verificar las declaraciones públicas, ya sea por partidos políticos o personas que no se ajusten a la realidad objetiva. Esto ayuda al público a corregir percepciones erróneas de la realidad y aumenta el conocimiento acerca de los issues o debates relevantes en la opinión pública.
Organizaciones como Chequeado en Argentina, La Silla Vacía en Colombia y El Sabueso de Animal Político en México, ya demostraron ser efectivos en estas tareas. La metodología es sencilla: investigan declaraciones públicas, noticias virales y rumores, para luego hacer el contraste de la información con fuentes confiables y datos públicos verificables.
A modo de ejemplo, Chequeado desmintió numerosas afirmaciones falsas durante períodos electorales, ayudando a los votantes a tomar decisiones informadas. En relación a la verificación del discurso público, Laura Zommer, directora de Chequeado, subraya la importancia de estas plataformas: “La verificación de datos es una herramienta crucial para la transparencia y la confianza en la democracia.”
2. Herramientas digitales de verificación
Existen diversas herramientas digitales que permiten a los usuarios verificar la autenticidad de imágenes, videos y noticias. Google Reverse Image Search, por ejemplo, ayuda a comprobar la veracidad de una imagen, rastreando su origen y detectando posibles manipulaciones. Otras como TinEye e InVID también son útiles para este propósito.
TinEye ofrece soluciones de búsqueda de imágenes a una amplia gama de empresas, mientras que InVID permite a los usuarios analizar videos en busca de manipulaciones o desinformación. Según John Silva, experto en medios digitales, “estas herramientas proporcionan a los periodistas y ciudadanos una forma accesible y eficaz de verificar contenido visual, que es una de las formas más comunes de desinformación”.
3. Educación mediática y alfabetización digital
La educación mediática y la alfabetización digital son fundamentales para empoderar a los ciudadanos en la lucha contra la desinformación. Iniciativas como MediaWise y First Draft News ofrecen programas educativos y recursos para enseñar a las personas cómo identificar y evitar noticias falsas.
Para el caso de First Draft que se formó como una coalición sin fines de lucro en junio de 2015, uno de los objetivos que tiene el espacio es brindar orientación práctica y ética acerca de cómo encontrar, verificar y publicar contenido online. En septiembre de 2016, se expandieron como una red internacional de socios de redacciones, universidades, plataformas y organizaciones de la sociedad civil.
En ese sentido, la investigadora y cofundadora, Claire Wardle, argumenta que “la educación mediática no solo fortalece la capacidad de detectar información falsa, sino que también fomenta un entorno más crítico y reflexivo en el consumo de noticias”.
En definitiva, la lucha contra la desinformación en América Latina requiere un enfoque multifacético que combine herramientas tecnológicas, plataformas de verificación y programas de educación mediática. Al empoderar a periodistas y ciudadanos con estas herramientas, se fortalece la democracia y se promueve un debate público más saludable y transparente.
Porque como señaló recientemente el experto en comunicación política Manuel Castells, “la verdad es un bien público esencial para la democracia y debemos defenderla con todas las herramientas a nuestra disposición”.