Por: Miguel Di Spalatro
En el corazón de la provincia de Buenos Aires, General Alvear es un típico pueblo bonaerense que fue establecido como municipio el 19 de julio de 1869. Situado en plena llanura pampeana, se encuentra a 220 km de la ciudad de Buenos Aires, 270 km de La Plata y 433 km de Bahía Blanca. Es parte de la Cuenca del Río Salado y está surcado por los arroyos Las Flores, Vallimanca, Tapalqué y el Canal Piñeiro. Con una población de poco más de 11 mil habitantes, su economía se basa principalmente en la producción agrícola-ganadera.
General Alvear se distingue por sus cultivos de soja, maíz y trigo, así como por su importante cantidad de cabezas de ganado. Además, cuenta con criaderos de cerdos, corderos, aves y producciones no tradicionales como chinchillas, guanacos, ñandúes, maíz pisingallo y caracoles. Pequeños establecimientos florícolas, hortícolas y de producción apícola también son parte esencial de su economía. El municipio capacita a jóvenes apicultores para mejorar el manejo y la producción de sus colmenas, buscando la sostenibilidad y el desarrollo local.
Un aspecto notable es la capacidad de General Alvear para fomentar la economía circular. El Grupo Riccillo, con 30 años de trayectoria, ha establecido una planta bioeléctrica en la localidad. Esta planta utiliza efluentes porcinos, cama de pollos y silos de maíz o sorgo para generar 1MW de energía eléctrica, que se vuelca a la red. A través de biodigestores, se produce biogás (metano) que alimenta un motor generador de electricidad. El residuo de la biomasa se convierte en biofertilizante, cerrando el ciclo de manera sustentable.
El 22 de julio, General Alvear conmemoró oficialmente su aniversario con música y un gran asado. La municipalidad organizó un almuerzo donde se asaron 12 vaquillonas, donadas por ganaderos locales, y se repartieron 17 mil sándwiches entre habitantes y visitantes. Alrededor de 80 gauchos, liderados por Juan Carlos Degregorio, trabajaron durante más de un día para preparar el asado gratuito.
Las festividades comenzaron el 20 de julio y se extenderán hasta el 28, culminando con una Jineteada de los Gauchos Peregrinos con entrada libre y gratuita. Sostener las tradiciones es una de las características que distingue a General Alvear. La comunidad rural, con sus parajes como El Chumbeao, Colonia San Salvador del Valle, Santa Isabel, El Parche, Los Gatos y El Tabaré, y sus estaciones ferroviarias José M. Micheo y Estación Emma, son reservorios de las costumbres camperas. Una característica especial del partido es que aún funcionan los “boliches de campo”, siendo los más tradicionales La Gotera, Los Chúcaros y El Sauce.
El intendente municipal Ramón José Capra, destacó el crecimiento y la calidez de la comunidad: “Alvear es una ciudad que empezó de la nada y hoy crece día a día. Es la ciudad de la amistad”. Subrayó el compromiso de los alvearenses para hacer de su ciudad un lugar cada vez más importante en la región. Acompañado por el senador provincial Luis Alejandro Cellillo y el presidente del Honorable Concejo Deliberante Julio Fabrizio Criado, Capra, que gobierna por tercer periodo consecutivo, rindió homenaje al fundador, Tte. coronel Juan Agustín Noguera en el cementerio local.
La ciudadana ilustre Julia del Carmen Cabral, se pronunció en el acto central, reflexionando sobre la historia y el presente de General Alvear, y llamando a la comunidad a enfrentar los desafíos actuales con integridad y valentía: “Ayer fueron guerras fratricidas las que marcaron una brecha en la sociedad, hoy, a siglo y medio de entonces, estamos casi en el mismo punto de desencuentro debido a la estupidez humana que no se anima a poner la cara y la palabra en el lugar y momento adecuados para expresar su disenso”, expresó.
La celebración del aniversario de General Alvear culminó con un concierto de “Los Tipitos” en la avenida 9 de julio, donde miles de personas se reunieron para disfrutar de la música y la camaradería. La conmemoración de su fundación no solo es un recordatorio de su rica historia, sino también una celebración del espíritu comunitario y la incansable búsqueda de un progreso que suele no llegar nunca a los pequeños pueblos del interior.