
Por: J.NyE
Maurcio Macri dio el puntapié inicial a una etapa aciaga de Javier MIlei en el Congreso donde, de ahora en más, ya no podrá contar con la denominada oposición dialoguista, un conjunto de fuerzas opositoras que ayudaron a sancionar la ley Bases y la reforma fiscal. Son la única alternativa que tiene el Presidente de abrir los recintos sin pedirle ayuda a Unión por la Patria.
A través de una carta enviada por el jefe del PRO en Diputados, Cristian Ritondo, el ex presidente reclamó 15 temas a tratar en el Congreso durante el último semestre como condición para facilitar cualquier otro proyecto pedido por el Presidente. El listado tiene temas que están en la agenda del Poder Ejecutivo, pero con la versión de la fundación Pensar.
Por caso, la baja de la edad de imputabilidad: el Gobierno la quiere en 13 años y el PRO en 14. Lo mismo ocurre con la reforma política, aunque en este caso el acuerdo parece más lejano. Milei está decidido a eliminar las primarias, abiertas, simultáneas y obligatorias, denominadas PASO.
Macri las quiere sostener, al menos como una opción: sabe que es el instrumento que le permitirá pelear las listas con La Libertad Alianza en una eventual alianza. La Unión Cívica Radical prefiere que las primarias sigan como están: obligatorias para cada frente electoral que se anote en las elecciones. Teme la incidencia de los oficialismos locales en las contiendas. El jefe del bloque de Diputados de UCR, Rodrigo De Loredo, asegura que en Córdoba esas maniobras de la fuerza gobernante son habituales.
El presidente del PRO también pide facilitar el voto de los residentes argentinos en el exterior, mediante correspondencia. Identifica una gran cantidad de adeptos en ese electorado, que no tiene tanta afinidad con Milei. Guillermo Francos no le prestó atención a esa demanda amarilla: es el único planteo de la reforma política que escribió Macri y aún no es parte de la agenda de la Rosada.
Diferencias así desmarcan a Macri de Milei, pero también arrastran a una mini rebelión al resto de las fuerzas opositoras que hasta ahora ayudaron al Gobierno a, por lo menos, diseñar una agenda legislativa con chances de prosperar. Además de la UCR, que colabora pese a las internas en ambas Cámaras, entablaron un diálogo permanente con la Rosada los partidos provinciales y jugadores libres que tienen bloques propios, como Miguel Pichetto. Ninguno puede jugar a aliado fijo si el PRO se para en la vereda opositora: se desdibujan para siempre.
Francos vio ese escenario complejo en su despacho, cuando recibió a Ritondo y De Loredo: hubo foto de la reunión pero no un comunicado. Ese mismo día, por la tarde, el jefe de Gabinete envió a los funcionarios de su cartera (Lisandro Catalán y Lule Menem) a escuchar a estos mismos jefes de bloque y otros de Diputados sobre cómo puede prosperar la reforma política. No hubo acuerdo, porque el destino de las primarias lo impide.
Ritondo y De Loredo anticiparon a Francos que nada sería igual. Palabras, palabra menos, le pidieron Francos que el Ejecutivo tomara la iniciativa de lo que viene y ya no concentre su presión en el Congreso. "La mirada debe estar centrada en lo que hagan ustedes. Ya tienen las leyes que pidieron", lo acorraló en un momento el cordobés. Ni siquiera llegaron a hablar del resto de los temas que planea Milei en el Congreso.
El problema de Milei es que esta rebelión le llegó justo en agosto, la previa del envío del proyecto de presupuesto 2025, que tendrá un largo y trabajoso debate con las fuerzas gobernantes del país (de todos los colores políticos) y el lobby de sectores que reciben fondos públicos y sufrieron la recesión. Las universidades están en primer lugar.
El Presidente ya empezó a buscar los votos y aseguró el pago de la deuda con el gobierno de la Ciudad de Buenos Aires por fondos de coparticipación, a partir de un aumento dispuesto en una cautelar de la Corte Suprema que Alberto Fernández se negó a cumplir. Si no lo hacía, el PRO no votaba ni el artículo uno de la ley de leyes.
Francos empezó a tener problemas con este tema y aceleró los vínculos con gobernadores que aún reportan a Unión por la Patria, como Raúl Jalil (Catamarca), Gerardo Zamora (Santiago del Estero) y Gustavo Melella (Tierra del Fuego). Ofrece lo que sea: mejorar obras públicas y pagar deudas. Necesita votos. Los dialoguistas ya no son lo que eran.