El cierre de todas las delegaciones del Ente Nacional de Comunicaciones (ENACOM) del interior del país fue otro duro bastonazo que castigó a más de quinientos trabajadores y volvió a resentir el federalismo.
“En el país funcionaba al menos una delegación por provincia y en ciudades con más de quinientos mil habitantes también había una delegación”, explica Nicolas Francés, que después de haber prestado servicios en la delegación Mar del Plata durante catorce años, recibió, al igual que sus compañeros, el telegrama de despido
En la delegación Mar del Plata, tras publicarse el primer miércoles de abril en el boletín oficial la Resolución 7/2024, se designó a dos personas por sesenta días para realizar el inventario y se despidió a los otros diecinueve trabajadores que eran parte de la oficina local.
En la provincia de Buenos Aires funcionaban tres delegaciones: la de Mar del Plata que abarcaba veintisiete municipios de la zona, otra en La Plata y la restante en Bahía Blanca.
“Una oficina cercana del ENACOM servía a los usuarios para hacer eclamos sobre la facturación de los servicios, las averías, los incumplimientos de instalación, los problemas de portabilidad, la mala facturación del roaming de los celulares, la no recepción de factura. También problemas postales de encomienda, bloqueo de email, todo lo que controla el ENACOM, aplicando las leyes vigentes”, enumera Francés.
El cierre estas delegaciones va en sintonía con el decreto 302/2024, del gobierno de Javier Milei, publicado pocos días después, derogando el que declaraba que la telefonía celular y fija, internet y la televisión paga eran servicios públicos esenciales. En consecuencia, liberó a las concentradas empresas de telecomunicaciones a la posibilidad de establecer sus propias tarifas sin regulación estatal alguna.
Con la excusa de “salvaguardar las reglas que permitan el desarrollo de un mercado en competencia y la libre fijación de precios de los servicios prestado”, se deja expuesto a los usuarios a pagar lo que las empresas quieran sin tener la posibilidad de reclamar por los incumplimientos en los que pudiera incurrir la empresa contratada.
Otro dato no menor, es que todo este movimiento en el área de las comunicaciones se da en el mismo mes en que el presidente de la nación viajó a reunirse con el magnate Elon Musk, dueño de la empresa Starlink.
“A cargo de nosotros estaba también el control de todo lo que es el espectro radiofónico. Desde controlar una señal de wifi que interfiera algo, los celulares, los servicios de emergencia, la comunicación de la policía, las comunicaciones aeroportuarias, prefectura, las comunicaciones navales. Todo lo que emite, una señal lo controlábamos porque esta regulado por el Ente Nacional de Comunicaciones”, dice Fránces.
Parece imposible, o al menos difícil de concretar, el control de las interferencias en los principales puertos de la provincia o en los aeropuertos y rutas aéreas desde una oficina en CABA. Mas aún cuando también en la sede central se produjeron despidos según lo informado por Yara Girotti, secretaria general de la Junta Interna del ENACOM - ATE.
“El ENACOM estaba conducido por un directorio que tenía la virtud de la pluralidad, donde estaban sentados el oficialismo y la oposición, el directorio fue disuelto y a finales de enero se intervino el organismo”, señala Girotti.
Por decisión de Javier Milei, desde el 26 de enero pasado reemplazaron al directorio los interventores Juan Martín Ozores, la abogada Patricia Zulema Roldán y Alejandro Pereyra, exdirector de ENACOM en la gestión de Mauricio Macri.
Desde Mar del Plata, Francés puntualizó también que “con el cierre de las delegaciones la gente pierde derechos. Nosotras también nos encargábamos de fiscalizar los contenidos que se emiten en la radio y la televisión y controlar los servicios de emergencia cuando se llama de un celular al 911 para que lo enrute a Mar del Plata y no lo enrute a Tandil, por ejemplo, que suele pasar en un momento en que una llamada es perentoria”.
En cuanto a la situación laboral agregó que: “Quedamos en la deriva. El cierre de las delegaciones se publicó en el Boletín Oficial el tres de abril y todavía no nos liquidaron los haberes. Nadie sabe nada. Nos tiraron a la marchanta a los trabajadores del ENACOM que somos gente capacitada. No somos ñoquis, como quieren hacerle pensar a la gente. En el caso mío, era responsable de las inspecciones a las prestatarias: los servicios fijos, los riesgos eléctricos de las telefónicas, la calidad del servicio de 3G y 4G, y que efectivamente brinden los servicios en donde tienen la licencia, porque muchas veces vas a un pueblo y no están dando el servicio”.
El Enacom fue creado por Mauricio Macri, en diciembre del 2015 a través del Decreto 267 en el cual se establece su rol como “regulador de las comunicaciones con el fin de asegurar que todos los usuarios del país cuenten con servicios de calidad”.
En el caso de este organismo no aplica la frase preferida del presidente “no hay plata”: “El ENACOM es un ente autárquico, autofinanciado. El dinero con el que se sostiene proviene de las inspecciones que realiza cuando aplica multas, de las auditorías o de las compras de licencia, o de las tarifas que se pagan al ente” dice Frances, y agrega: “A su vez parte de ese dinero va a parar a las arcas nacionales. En este momento uno escucha al gobierno decir que el PBI un punto menos, un punto más, pero nosotros recaudábamos para el Estado y somos el tercer ente más recaudador del país sin cobrar impuestos. Además, ayudamos a las cooperativas, a las radios a través de los FOMECA, a radios de pueblos originarios. En Mar de plata muchas cooperativas han brindado internet durante la pandemia gracias a los ANR del ENACOM”.
Las delegaciones de ENACOM fueron el primer mostrador del Estado en la atención a los ciudadanos que utilizan servicios de las empresas prestatarias del sector TIC. Sin estas delegaciones los ciudadanos se verán desatendidos y debilitados en sus posibilidades de reclamar a los grupos monopólicos y, a la vez, significa que el derecho a la conectividad -imprescindible en estos tiempos para todos y todas- se pierde. Otro avance del gobierno de Javier Milei, consolidando la libertad de negocio de unos pocos en detrimento de la mayor parte de los habitantes de la Argentina.