POLITICA
El presidente de la Nación, Javier Milei, se reunió este jueves por la medianoche con la jefa del Comando Sur del Ejército estadounidense, Laura Richardson, con el objetivo de consolidar su postura geopolítica occidentalista y anunció una “base naval integrada” en la región del Atlántico Sur.
El encuentro se dio en Ushuaia, a donde el presidente acudió en la noche de este jueves tras una escalada en Río Gallegos junto a su jefe de Gabinete, Nicolás Posse; el ministro del Interior, Guillermo Francos; su par de Defensa, Luis Petri, y la secretaria General de la Presidencia, Karina Milei.
Allí, tras recorrer 2.350 kilómetros para poder reunirse con la encargada norteamericana de los asuntos militares del hemisferio sur, Milei anunció: “Hoy estamos aquí para ratificar nuestro esfuerzo en el desarrollo de nuestra base naval integrada”.
Al respecto, detalló que “se trata de un gran centro logístico que constituirá el puerto de desarrollo más cercano a la Antártida y convertirá a nuestros países en la puerta de entrada al continente blanco”, y puso de relieve: “Nos permitirá desarrollar la economía local, brindar un servicio logístico que permita las reparaciones y apoyo a los cruceros de buques comerciales que operan en el Atlántico Sur”.
Por simpatía política y discrepancia con los propósitos de la visita, el gobernador de Tierra del Fuego, Gustavo Melella, no recibió al presidente de la Nación de acuerdo a los protocolos.
Como en una secuela de los noventa, Milei intenta aferrarse al vínculo cada vez más estrecho con el gigante norteamericano, que en el pasado reciente apoyó al país en sus negociaciones con el Fondo Monetario Internacional (FMI).
“Tanto el pueblo norteamericano como el argentino tienen en común que cuando adoptaron las ideas de la libertad pudieron emprender las expansiones territoriales más importantes de sus historias a la altura de su ambición y vitalidad".
— Oficina del Presidente (@OPRArgentina) April 5, 2024
Discurso del Presidente Javier Milei junto… pic.twitter.com/L7oT58Rcoz
Además, entre otros gestos, la administración de Joseph Biden intercedió para facilitar la compra de 24 aviones de combate F16 fabricados en Estados Unidos a Dinamarca junto a un crédito blando de US$40 millones para equiparlos.
Como contraparte de los guiños de la Casa Blanca, desde la Rosada procedieron a paralizar los diferentes proyectos que venía proyectando China en Argentina, incrementando su influencia en el cono sur.
Entre otras decisiones, la administración de Javier Milei avanzó con la suspensión de las obras de represas hidroeléctricas con capitales orientales en la provincia de Santa Cruz, descartó a las empresas de China para la gestión de la Hidrovía y el acceso al litio, y canceló la construcción de centrales nucleares en Buenos Aires.
En una de sus últimas disertaciones en el Capitolio, Laura Richardson había alertado sobre el avance de China en la región, con las intenciones de desarrollar un puerto en Río Grande -Tierra del Fuego- y así aumentar su influencia en las cercanías del continente antártico.
Por otro lado, en medio de la polémica por el avance marítimo del Reino Unido sobre el espacio marítimo circundante a las Islas Malvinas, el mandatario aprovechó la cita para reivindicar la defensa de la soberanía de nuestro país sobre las islas.
Al respecto, enfatizó: “Nosotros estamos convencidos de que la soberanía no se defiende con aislacionismo y discursos rimbombantes, sino con convicción política y construyendo alianzas estratégicas con aquellos con quienes compartimos una visión del mundo en un mundo de escala global, pero de crecientes conflictos como el que vivimos hoy”.
En ese mismo sentido, concluyó: “Hoy el mejor recurso para defender nuestra soberanía y para abordar de forma exitosa estos problemas es precisamente reforzar nuestra alianza estratégica con los Estados Unidos y con todos los países del mundo que defienden la causa de la libertad”.
