Juan Pablo es de Rosario, pero hoy vive en Tandil. Llegó a la casa convivencial de Vientos de Libertad por voluntad propia, como lo hacen todos los pibes y pibas con problemáticas de consumo de drogas que deciden iniciar un proceso de transformación.
PolíticayMedios visitó a granja donde viven y trabajan veinte jóvenes que están rehaciendo sus proyectos de vida. Pibes a los que la pobreza les arrebató los sueños, que ahora intentan recuperar a través de un proceso político terapéutico. Algunos, finalizada la recuperación, se quedan para ayudar a los nuevos a capitalizar su historia y empoderarse como sujetos políticos.
“Hoy todo lo que se almorzó fue producto del trabajo de la tierra. Las verduras fueron cosechadas de la huerta y los huevos son de nuestras propias gallinas”, dicen con orgullo, en las redes sociales mostrando fotos de la cosecha.
“Contamos con terapias individuales, terapia colectiva, talleres de arte, de literatura, de masculinidades, de huerta. Hacemos ejercicios físicos y nos ocupamos de todas las tareas de la casa”, explica Juan Pablo.
Vientos de Libertad es una rama del Movimiento de Trabajadores Excluidos que se ocupa del consumo de sustancias, legales o ilegales, desde una perspectiva integral de la salud. Surgió en medio de los conflictos sociales, económicos y políticos que estallaron en el 2001.
Tandil creció a la sombra del eslogan “ciudad soñada”, hasta ocupar hoy un área urbana de 22,07 km2 y un área suburbana de 30,27 km2 donde conviven 145.575 habitantes. En Villa Aguirre, varias vecinas venían teniendo situaciones con sus hijos que atravesaban la problemática de consumo y que no encontraban respuestas en la ciudad.
Brenda Di Spalatro, responsable zonal de Vientos de Libertad, explicó que “con algunos municipios se ha logrado una buena vinculación, pero que en Tandil , las autoridades locales no valoran el trabajo”.
“Tenemos diferentes reuniones en donde discutimos las necesidades, pero al momento de ponerle sobre la mesa las necesidades que tenemos no hay respuesta y de diciembre para acá vemos una burocratización con respecto a la comunicación con este municipio que, además. no tiene políticas para abordar la problemática de consumo en territorio”, agregó.
El intendente Miguel Ángel Lunghi prefiere mirar para otro lado y no hacer visible el crecimiento del consumo en su ciudad.
“Es una ciudad intermedia que está creciendo y que en este contexto político, social y económico, el consumo crece y se complejiza porque se complejiza la realidad de las personas con las que trabajamos, pero también se complejiza la posibilidad de un proyecto de vida para esas personas y en lo que nosotros como organizaciones podemos acompañar”, reflexiona Brenda.
La política de Lunghi va de la mano con el desfinanciamiento del Sedronar que impulsa Javier Milei.
“Hoy el Gobierno de Javier Milei paralizó el convenio que nosotros tenemos con Sedronar. Convenio que se logró con años de trabajo, de lucha y de disputa al estado nacional y hoy está paralizado y eso hace que este en peligro la política pública que desarrollamos y llevamos adelante las organizaciones sociales teniendo en cuenta que no hay otras políticas públicas que tengan semejante desarrollo territorial en todo el País. La mayoría de quienes llevamos a cabo tareas de reinserción estamos dentro de los dispositivos de la red Sedronar y somos organizaciones sociales o las iglesias en general”, señala la responsable de Vientos para el centro y sur de la provincia.
Hay una caracterización de cómo llegan los jóvenes a los centros de recuperación: “Los conflictos con los que llegan nuestros pibes no son exclusivamente el consumo de sustancias, legales o ilegales, sino el despojo de sus proyectos de vida. Nuestros compañeros llegan rotos. Muchas veces están en una situación de pobreza estructural, no tienen una vivienda, no tienen trabajo, no tienen una red familiar que contenga, están inmersos en situaciones de violencia, o son perseguidos por las fuerzas de seguridad”, se explica en la web de la organización.
“Nos preocupan también otras políticas que afectan nuestro trabajo cotidiano: El Potenciar Trabajo que para muchos compañeros viene a ser base del sueldo en la cooperativa (en Tandil funcionan varias, una de ellas de cartoneros) para llegar a un sueldo mínimo. El Potenciar hoy está congelado y muchos compañeros fueron dados de baja del programa”, enumera Brenda. “También preocupa la baja de los convenios del Ministerio de Capital Humano a cargo de Sandra Pettovello, para que podamos sostener los comedores. En nuestro dispositivo se dan comidas. En el Convivencial y en los barriales”, puntualizó.
Vientos de Libertad construye con los pibes por los cuales nadie apuesta, los que la sociedad etiqueta como perdidos. Muchos de ellos salen de hacer un proceso y se transforman en verdaderos cuadros políticos, porque ya lo han perdido todo, y se reconstruyen mirando hacia adelante, con todo para ganar.
“Vine a darme la oportunidad acá”, cuenta Daniel, “gracias al equipo y acompañamiento de las personas, me pude dar cuenta de cosas que no las tenía presente. Hoy en día soy parte de la coordinación de la casa. Ya llevo más de un año trabajando y sigo creciendo y entendiendo que este proceso es político, terapéutico y que no es individual, sino colectivo”.
Juan Pablo deja el mate sobre la mesa y despide a PolíticayMedios con la esperanza puesta en el hasta ahora insensible corazón del gobierno libertario: “Acá me ayudaron a tener una mejor vida, a mirar de otra manera las cosas, a interpretar qué está pasando en la sociedad. Hoy estoy trabajando en el espacio. Acompaño a los chicos que están en proceso y estoy orgulloso del poder hacer este trabajo que es mucho más que un trabajo, es un sentimiento propio que hoy llevo y quiero transmitir a cada pibe que busca sanar su alma”.