La maniobra para desplazar a Alberto Fernández de la conducción del Partido Justicialista (PJ) fue tomando volumen tras las declaraciones de distintos dirigentes, como Fernando Gray, Pablo Moyano, Juan Grabois, Ricardo Quintela y las 62 Organizaciones Peronistas, entre otros, que públicamente reclamaron el paso al costado del ex presidente.
Luego, trascendió que Alberto se había comunicado con algunos de ellos para explicarles por qué no renunciaba, bajo el argumento de que trasladar el debate político a la interna del justicialismo beneficiaría indirectamente a Milei ya que correría de foco el enorme daño que está haciendo a los sectores más vulnerables y a la clase media.
Sin embargo, además de ese argumento, durante las charlas entre Alberto y sus interlocutores hubo un segundo tema menos difundido y más complejo. El ex presidente les recordó a quienes le reclaman la salida que en caso de concretarse ese pedido, quedaría al frente del PJ la vicepresidenta Cristina Álvarez Rodriguez, quien actualmente es ministra de Axel Kicillof y pieza clave en el armado de la fuerza del gobernador.
Más allá de que en términos políticos se construya una Mesa de Acción Política y se proponga para ese cargo al histórico José Luis Gioja, en los hechos concretos el Partido pasaría a ser controlado por el Gobernador bonaerense.
Esto, naturalmente, no es del agrado del resto de los gobernadores peronistas, pero mucho menos de Máximo Kirchner quien viene llevando una prolongada guerra fría con Axel que ya tuvo capítulos de extrema tensión, episodios de celos y enojos.
Uno de estos episodios se dió recientemente cuando, a través de una conversación telefónica, el mandatario bonaerense y su par cordobés, Martín Llaryora, sellaron la caída de la ley Ómnibus. Enterado de esto, Kirchner comenzó a operar mediáticamente para dejar en claro que él también había sido parte de esas conversaciones y que por ende también debía tener crédito por la caída de la mega ley.
En este marco y con el control del PJ en debate, el ex presidente del bloque de diputados de Unión por la Patria le habría reclamado a Wado De Pedro ciertas inconsistencias entre los deseos del número uno de La Cámpora y lo ejecutado por el actual Senador.
Fuentes consultadas por PyM no quisieron profundizar en los términos de la pelea y se limitaron a decir que no había antecedentes de un conflicto de semejante magnitud.
Mientras tanto en el campamento de Axel se encargaron de difundir que el gobernador asistió a la reunión junto con Cristina Álvarez Rodriguez, quien inicialmente no había sido mencionada por todos los medios que se enteraron de la reunión en Matheu 130. De este modo dejó claro que la sobrina nieta de Evita jugará un papel central en la transición y que tendría su respaldo para ocupar el sillón que hasta ahora ocupa Alberto.