Durante dos días (20 y 21 de febrero) los jueces del Tribunal Superior de Londres escucharan a la defensa de Julian Assange, y a la parte acusadora (los representantes del gobierno de Estados Unidos), para evaluar si aceptan el pedido de apelación o si dan vía libre a la extradición el periodista de origen australiano a Norteamérica, donde sería juzgado bajo la Ley de Espionaje.
De ser enviado a Estados Unidos, el creador de WikiLeaks podría ser condenado a 175 años de prisión en una cárcel de máxima seguridad y en condición de aislamiento total. Según argumentan los especialistas, las condiciones de su encierro serían totalmente nocivas para su salud mental.
Según la defensa de Assange, no hay condiciones para que el periodista tenga un juicio justo en suelo norteamericano.
En declaraciones a la prensa, la esposa del acusado, Stella Assange, afirmó que “no hay posibilidad de un juicio justo. Si Julian es extraditado a Estados Unidos, nunca estaría seguro”.
En esa misma línea, recordó: “Estados Unidos planeó asesinar a mi esposo por hacer periodismo. Este caso es una admisión de que ahora criminalizan el periodismo de investigación. Es un ataque a todos los periodistas, en todo el mundo. Es un ataque a la verdad, un ataque al derecho del público a saber. Y su vida está en riesgo”
Desde 2010, el gobierno Estados Unidos lanzó una brutal persecución contra el creador de WikiLeaks por haber revelado los cables filtrados del Departamento de Estado que expusieron las violaciones a los derechos humanos realizadas por el Ejército norteamericano en la cárcel ilegal de Guantánamo y lo crímenes de guerra cometidos en Irak y Afganistán, entre otros hechos.
En 2019, tras ser sacado a la fuerza de la Embajada de Ecuador en Londres, donde estaba en condición de refugiado político, Assange fue trasladado a la prisión de alta seguridad de Belmarsh donde se encuentra en condición de aislamiento, lo que ha deteriorado su salud física y mental.
El complejo estado de salud de Assange impidió que esté presente en estas últimas jornadas judiciales.
En distintas partes del mundo se realizaron manifestaciones a favor del creador de WikiLeaks, en las que se pidió la no extradición a Estados Unidos y su inmediata liberación.
Según informó la agencia de noticias Telám, en Argentina “periodistas, sindicalistas, artistas e integrantes de Madres y Abuelas de Plaza de Mayo se concentraron este martes en la Plaza de Mayo en un acto en apoyo al periodista y activista australiano Julian Assange”.
“Los manifestantes reclamaron su liberación y que Estados Unidos retire los cargos por espionaje y evite su extradición a ese país, en el primer día de audiencia judicial en Londres”, remarca la agencia.
La defensa sostiene que Assange no es un hacker ni un espía, sino un periodista que recibió y publicó información de interés público que dejó a desnudo los delitos de lesa humanidad cometidos por Estados Unidos y que por ese motivo su extradición y posible condena sentaría un precedente y sería una amenaza para todos los periodistas del mundo.