Milei se alejó de Casa Rosada en una semana clave para su gestión - Política y Medios
07-10-2024 - Edición Nº6093

ENTRETELONES DE CASA ROSADA

Milei se alejó de Casa Rosada en una semana clave para su gestión

A medida que transcurrieron las jornadas previas a la espera de la sesión que se cayó el martes pasado en la Cámara baja, Casa Rosada mantuvo su postura de que si la Ley Bases no salía con media sanción en general y en particular –luego de los recortes negociados con la oposición “acuerdista”- iba a hacer recaer el ajuste sobre las provincias, responsabilizándolas por no permitir el plan de Gobierno oficialista, y a barajar la posibilidad de ejecutar una consulta popular, que aunque no vinculante, presione a todo el espectro político.

Los dirigentes de La Libertad Avanza demostraron -en off  y en on- que están aferrados a la idea de conjugar la exposición de la casta “que quiere seguir manteniendo sus privilegios”, a una primera señal de baja inflacionaria. Por eso, del 25,5 por ciento que el INDEC publicó en diciembre (2023), en Gobierno se empezó a hablar de la previsión de un 20% en enero de este año.

“¿De verdad creen que Javier (Milei) se hubiera subido a un avión para estar fuera del país ocho días si realmente pensaba que esta ley era vital?”, manifestó uno de los hombres que rodea al presidente y que se quedó en Buenos Aires a seguir lo que afirma que ya preveían que iba a pasar. “Ninguna sorpresa amigos”, aseveró en el Patio de las Palmeras.

En declaraciones públicas, el propio mandatario manifestó tiempo atrás: “Yo voy y envío el proyecto, a la luz de la que te dije que te afanan ¿qué me van a decir? Que no. Ok, me decís que no. ¿Entonces qué hago? Yo no me voy a poner a llorar. El paso dos es vos podés a llamar a referéndum, que es vinculante, pero necesitás la aprobación del Congreso, o tenés el caso de la consulta popular que la podés hacer libremente. ¿Entonces qué voy a hacer? Voy a llamar a consulta popular.

Una vez que tenga el resultado”, infirió el jefe de Estado, “la verdad es que si llegué a ser presidente va a haber consenso de que quieren que baje la inflación. O sea, yo tengo clarísimo que la gente me vota para bajar la inflación y para sacar a patadas a la casta. Es lo que me están pidiendo y yo estoy dispuesto a hacerlo”.

Esa línea es la que el núcleo duro de LLA sostuvo desde que se inició la vía legislativa, y que el propio vocero Manuel Adorni había subrayado en su momento al señalar que la “Ley Ómnibus es parte del camino”, porque “el Gobierno no empezó en la Ley Bases y no termina en la Ley Bases”. En la lógica del mileísmo, tener una votación favorable en torno a un potencial plebiscito, sería la llave para enviar nuevamente las medidas al Parlamento, y en caso de volver a ser rechazado, destacó el mismo titular del Ejecutivo, “los expongo a todos públicamente, porque esos están ahora abiertamente en contra de lo que la gente quiere, porque son una manga de estafadores y tampoco me voy a poner a llorar”.

El vértigo de la coyuntura hizo que la advertencia se concretara antes de lo adelantado y que frente a la primera negativa, Milei saliera a mostrar la lista de quienes no lo respaldaron, y después de confusos enojos, también la de los que jugaron en favor de sus iniciativas. “Le voy a poner una pata encima a la emisión de moneda. Voy a meter un ajuste tan drástico en el gasto público que en lugar que el fisco sea un elemento que impulsa la emisión monetaria, chupe dinero”, fue la amenaza del líder libertario que ahora empieza a tomar forma, aunque ya casi dando por descartado el hecho de hacer volver a la ciudadanía a las urnas. “No están dadas las condiciones económicas y tampoco el clima para pedirle a la gente que vaya  a sufragar por cuarta vez en pocos meses”, reconocieron en las galerías rosadas que dan al Salón de los Bustos.

Es cierto que hace más de una semana, un conspicuo declarante de Balcarce 50 -que habla siempre a micrófonos apagados- vaticinó que la normativa enviada por el Poder Ejecutivo al Legislativo no iba a prosperar y que preferían –textualmente- “que piensen que somos boludos”, y de esa manera, “poder avanzar con otras herramientas”. Los mandatarios provinciales y diputados dialoguistas ya comprobaron con Guillermo Francos que en las huestes libertarias administran el axioma del tero, ese de cantar por un lado y poner el huevo en otro. Prometer -entre cuatro paredes- coparticipar el Impuesto PAIS y luego negarlo públicamente, no se diferencia mucho de asegurar que se quiere impulsar una mega ley de 644 artículos, forzando con esa misma acción la intención de que ocurra exactamente todo lo contrario.

Uno de los que salió a ventilar esa sospecha fue el legislador de Hacemos Coalición Federal, Nicolás Massot, quien sostuvo que apostar a que no salga la ley tiene un único objetivo, “culpar a la oposición, construir un enemigo y avanzar con las reformas sin pasar por el Congreso”.  

Tras lo ocurrido en el hemiciclo de la Cámara de Diputados, los libertarios en red se mostraron tan activos como los kirchneristas y los trotskistas, cada uno defendiendo enfáticamente sus posturas, pero vale analizar si esa guerra virtual se condice con los pactos, intereses y objetivos reales de cada uno de sus líderes.

El pavoroso silencio de la ex vicepresidenta Cristina Kirchner genera sonrisas irónicas en los funcionarios gubernamentales cada vez que se los consulta al respecto. “Hay algo que los militantes de cada bando seguramente no saben”, esboza con sorna un analista y ex diplomático cercano al macrismo que cada tanto visita el palacio de gobierno u Olivos, y gusta de las teorías conspirativas, pero que, nobleza obliga, acertó la llegada del liberal libertario al sillón de Rivadavia un año antes de que esta se materializara.

Mientras Javier Milei lloraba en el muro de los lamentos y los comunicados de su ‘Oficina del Presidente’ en X, parecían seguir el libreto de lo ya expresado en este artículo, sus alfiles se reunieron en la sede del PEN con el propósito de reordenar el escenario de lo que dejan entrever, estaba fríamente calculado. Una postura que a su vez, e inevitablemente, lleva a pensar si la sobreactuación no forma parte de un preocupante síntoma de debilidad. De todos modos, esa especulación no evitó que el portavoz Adorni redoblara la apuesta y expresara en conferencia de prensa que “los objetivos los vamos a alcanzar con o sin ley”.

Tras la intensa agenda de Milei y su comitiva en Israel, donde estuvo con el primer ministro Benjamín Netanyahu, el presidente Isaac Herzog, familiares de secuestrados por Hamas, los principales rabinos locales y visitando varios sitios históricos, tampoco resulta casual que llegue a la ansiada audiencia con el Papa Francisco llevando un proyecto de ley bajo el brazo -presentado por legisladores de su fuerza- que proponen derogar la ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo (IVE) bajo el manto de una supuesta disputa interna con quien la presentó, la diputada libertaria Rocío Bonacci, quien confió a este medio que las críticas de los libertarios no provienen directamente de la Casa Rosada.

Sin dudas, lo que se dice y actúa en público no es lo que se opera detrás de las cortinas del poder. Esta resulta otra medida que huele a pragmatismo en materia de política exterior hacia el Estado Vaticano y una provocación interna a los mismos grupos que forman parte del 44% que no votó a LLA en el balotaje.

Antes de llegar a Roma, el presidente Milei se encargó de impulsar el recorte total a los subsidios al Fondo Compensador del Interior, con el cual solventaba a las empresas de colectivos en los estados provinciales. La subvención quedará en manos del sistema SUBE, que irá dirigida al pasajero que requiera la tarifa social. El problema es que la tarjeta no es de alcance nacional.

Así fue que gobernadores e intendentes de las principales ciudades del país salieron a cuestionar la medida que recibió por respuesta: “Las provincias y los municipios son responsables por sus sistemas de transportes públicos en el ámbito de sus distritos”, declaró Adorni. Sumando que “cualquier aumento  en las tarifas son responsabilidad de las jurisdicciones y no del Gobierno nacional”.

El funcionario no sólo apuntó a esos giros de la Nación, sino también a la reducción en enero de un 98% de las transferencias discrecionales a las provincias, a las que catálogo de “cajas que se utilizaron históricamente para hacer política” y que “se han terminado por decisión del presidente Javier Milei”, explicitó.  

Con la clara intención de que los mandatarios provinciales -que se mostraron negociadores y más tarde fueron díscolos a la hora de ordenar a sus legisladores votar en contra- “recapaciten” (aportó un senador de LLA), Milei envió a sus emisarios a decir a la prensa que piensa “rajar” a los funcionarios que responden a quienes bloquean su plan de gobernanza. Eso sí, dejó entrever que va a esperar a que se vayan sin que los echen.

Como es habitual en la estrategia libertaria, el portavoz presidencial aseveró que si algún episodio de despido o renuncia ocurre “será por cuestiones de gestión e idoneidad y no por una cuestión política”. Es que una vez que Patricia Bullrich (Seguridad) declarara que “no se puede estar en la misa y la procesión al mismo tiempo”, también empezó a tomar forma la intención de consolidar una fusión con el PRO. Una definición que en teoría produciría cambios en el Ejecutivo. Igualmente, eso se empezará a delinear, si se concreta, a partir del martes próximo, cuando Milei y su delegación retornen a la Argentina.

La premisa de conformar un interbloque entre libertarios y Propuesta Republicana pondría en el foco de la administración de Milei al ex presidente Mauricio Macri, quien por ahora es hablado por sus adláteres pero no se ha expedido personalmente. “Su límite es Massa”, gritan desde su mesa chica, y por eso pediría a cambio de ese relanzamiento gubernamental la cabeza de los funcionarios del Frente Renovador que continúan en la administración central.

Otras fuentes aseguran que el pedido incluye dejar afuera a los camporistas que sobreviven en YPF, PAMI, ANSES, Aerolíneas Argentinas y otras dependencias y firmas bajo control estatal, que alimentan el fantasma de un pacto con la jefa política del kirchnerismo.

Por lo pronto, Milei debe cumplir con las actividades pendientes en Italia. Asistir a la canonización de la primera santa argentina, María Antonia de Paz y Figueroa, conocida popularmente como Mama Antula, tener el esperado cónclave con el titular de la Iglesia Católica, Jorge Mario Bergoglio, reunirse con su par local, Sergio Mattarella y la primer Ministro, Giorgia Meloni.

La novedad es que a fines de este mes vuelve a viajar, en este caso a Washington, con la finalidad de participar en la Conferencia de Acción Política Conservadora, una cumbre del Partido Republicano donde se cruzará con el posible candidato presidencial por ese partido, Donald Trump, quien le brindó respaldo desde el principio. En las filas libertarias se esperanzan con que el magnate podría hacer más por el gobierno nacional si cumple su sueño de retornar a la Casa Blanca.

La primera quincena de febrero encuentra a Milei con su DNU en vigencia. Ese que la oposición exige tratar el 15 del corriente mes en el Senado. La exigencia ya llegó al despacho de la vicepresidenta, Victoria Villarruel, quien por ahora retrasa el pedido como ya hizo el 1 de febrero. Es que la táctica de la Libertad Avanza gira en torno a dilatar todo tipo de tratamientos legislativos hasta que aclare, ingresen dólares de la cosecha y que ese mismo frente externo le juegue a favor acompañando leves bajas del IPC, el objetivo de eliminar el cepo, y seguir en línea con lo que ellos denominan “nuestro norte”, nos referimos a la dolarización definitiva de la economía.  

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