
En un nuevo capítulo que revela la escandalosa falta de pericia de la administración de La Libertad Avanza, en las últimas horas se aceleraron los mecanismos para volver a redactar el dictamen de mayoría sobre la Ley Ómnibus que, en la madrugada del miércoles, había sido anunciado como logrado.
Los motivos obedecen a la desconfianza del entorno de Javier Milei de que el proyecto sea aprobado en el Congreso. En primera instancia porque el presunto documento contaba con más firmas de apoyo en disidencia que a favor del proyecto; y en segundo lugar porque el proceso de recolección de firmas fue, además de opaco, irregular.
Según trascendió, a lo largo de este miércoles se concertaron reuniones entre referentes legislativos e intelectuales del Gobierno y los jefes de bloque de bancadas aliadas, Cristian Ritondo (PRO), Rodrigo De Loredo (UCR), y Miguel Ángel Pichetto (Hacemos Coalición Federal), junto con algunos diputados elegidos estratégicamente.
El objetivo, un procedimiento por demás irregular: confeccionar un nuevo dictamen que conceda más tranquilidad el Ejecutivo y además se ajuste a lo firmado por los legisladores.
Es que, desde el entorno de la Cámara de Diputados afirman que el rejunte de autógrafos fue por demás improvisado. Si bien se juntaron las 55 firmas, no todas se rubricaron sobre el mismo documento, sino que el personal administrativo oficialista fue repartiendo diferentes borradores que diferían en su contenido unos de otros.
En este contexto, incluso llegando a un acuerdo con los titulares de bloque, el procedimiento en sí se encuentra viciado de falta de representatividad: una especie de cheque en blanco que primero se firma y cuyo contenido se negocia a posteriori en ámbitos paralelos a los institucionales.
En el transcurso del miércoles este mecanismo comenzó a encontrar obstáculos, entre los cuales el principal exponente es Pichetto.
El histórico dirigente del peronismo, hoy titular del bloque HCF, ya venía mostrando discrepancias con el equipo técnico económico de Milei (personalizado en Federico Sturzenegger) y ayer apuntó públicamente contra el ministro de Economía, Luis Caputo.
Días atrás Pichetto había declarado a los medios que Sturzenegger -titular del Banco Central durante el macrismo y de la Secretaría de Política Económica en el Gobierno de De La Rúa- “es buen técnico pero no entiende nada. Cree que Argentina le debe algo y se tiene que tomar revancha”.
El Ministro de Economía @LuisCaputoAR que no tuvo la valentía de venir al Congreso, tiene que dejar de apretar a los gobernadores y tratar de buscar acuerdos con los gobiernos provinciales en lugar de amenazarlos.
— Miguel Ángel Pichetto (@MiguelPichetto) January 24, 2024
Según filtraron fuentes testigo de la reunión desarrollada en Recoleta para rediseñar el dictamen, las hostilidades hicieron erupción a segundos de llegar al mitin, cuando el diputado vio al economista platense y advirtió: “Si está este tarado yo me voy eh”.
Mientras tanto, a través de sus redes sociales Caputo hacía públicas las amenazas financieras a las provincias en caso de que el Congreso rebotara la Ley Bases y puntos de partida para la libertad de los argentinos.
“Hoy mantuve reunión con el secretario de Hacienda y la subsecretaria de Provincias para delinear todas las partidas provinciales que se recortarán inmediatamente si alguno de los artículos económicos es rechazado”, publicó en X el ex ministro de Economía y presidente del Banco Central durante la administración Cambiemos, minutos después de las 14 horas.
A continuación, el titular de Hacienda intentó matizar el mensaje afirmando: “No es una amenaza, es la confirmación que vamos a cumplir con el mandato que nos han dado la mayoría de los argentinos de equilibrar las cuentas fiscales para terminar con décadas de inflación y flagelo económico”.
Pichetto tampoco se privó de esta batalla y respondió con otro post en la misma red: “El Ministro de Economía Luis Caputo, que no tuvo la valentía de venir al Congreso, tiene que dejar de apretar a los gobernadores y tratar de buscar acuerdos con los gobiernos provinciales en lugar de amenazarlos”.
Caputo no se quedó callado y citó al presidente del bloque HCF respondiendo: “Diputado, si algo me sobra es valentía, por eso acepté este puesto en el peor momento de nuestra historia”.
Respecto a su ausencia en el Congreso, explicó que “tenía cosas más importantes que hacer para el país como cerrar el acuerdo con el Fondo que estaba caído y estábamos al borde del default”.
Sobre el final, recalcó que “el tuit no es una amenaza, es una respuesta a todos los argentinos que se preguntan qué pasaría si el Congreso no aprobara la ley”, y sentenció: “Ratifico que vamos a cumplir igualmente con la meta fiscal, lo que implicará que las provincias contarán con menos recursos”.
El discurso del ministro, que raya el cancherismo, parece olvidar que el crédito con el FMI fue una decisión suya al frente del mismo Ministerio durante el Gobierno de Mauricio Macri. El cóctel entre improvisación, prepotencia y pretendida amnesia configura por el momento la táctica de La Libertad Avanza para pasar a como dé lugar la Ley Ómnibus por el Congreso. ¿El resultado? Una incógnita in crescendo.